Micropigmentación oncológica: areolas mamarias

cabecera-micropigmentacion-aerolar

Después de numerosos tratamientos y operaciones, el paciente oncológico deberá abrir la puerta a la fase de reconstrucción física y psicológica, para poder reconciliarse con el propio cuerpo. En el caso del cáncer de mama, una operación de reconstrucción mamaria ayuda a muchas pacientes en su bienestar físico y psíquico.

Y puesto que cada cuerpo es único, también cada servicio propuesto lo es: la escucha, la mirada experta y atenta al cuerpo de la paciente, la elección personalizada de los pigmentos en caso de micropigmentación, los consejos, el seguimiento y los retoques. Todo ello forma parte de este acompañamiento tan esencial posterior al cáncer. En este sentido, es fundamental contar con un equipo de profesionales que se hayan formado y especializado en el ámbito de la gestión de la imagen corporal.

A menudo olvidamos mencionar una parte del pecho muy pequeña pero importante: la areola. Después de una reconstrucción mamaria, la areola puede que haya desaparecido por completo. Incluso en los casos en que se haya hecho una reconstrucción de la areola, puede que ésta no tenga el mismo aspecto que la areola opuesta, lo que puede traducirse en un desequilibrio estético molesto para la paciente.

Este es el motivo por el cual los profesionales recurren a la técnica de la micropigmentación oncológica para la reconstrucción de dicha zona. Esta técnica se utiliza también para disimular y camuflar las cicatrices derivadas de la reconstrucción mamaria.

¿En qué consiste la micropigmentación areolar?

Se trata de introducir un pigmento bajo la piel mediante un dispositivo llamado dermógrafo. El color del pigmento quedará determinado por el de la areola intacta, mientras que en los casos de reconstrucción de los dos senos, se escogerá el color más adecuado, de acuerdo con la tonalidad de la piel de la paciente.

El personal especializado en este tipo de tratamiento inyectará los pigmentos en la dermis, a 2mm bajo la piel. Se necesitarán tintes distintos para recrear el pezón natural. Hay que tener en cuenta que el pezón será liso. No se reconstruye la piel, sino los pigmentos, lo que dará la impresión de un pezón real. Para conseguirlo, es importante que la cicatriz tenga por los menos 6 meses de antigüedad. El tratamiento se realiza bajo anestesia local para una mayor comodidad.

Así pues, el profesional diseñará la areola mamaria, y luego camuflará la cicatriz periareolar antes de recrear la areola. Siempre se hará una prueba de color previa, para garantizar que los pigmentos elegidos son los más convenientes.

El paso del tiempo será clave para que el seno cicatrice correctamente. Los resultados del tratamiento durarán entre 3 y 5 años, pero, en cualquier caso, se efectuarán varios retoques posteriores: uno al cabo de dos meses y luego entre uno y dos cada año.

Suscríbete a nuestra newsletter

Inscribirse a nuestra newsletter


Correo electrónico   *
Nombre *
Apellidos *
et_nus 
*Campos obligatorios
Nota: Es nuestra responsabilidad proteger su privacidad y le garantizamos que sus datos serán completamente confidenciales.