Núria Sáez: «La enfermería es mucho más que trabajar con una jeringuilla”

Núria Sáez
Tiempo de lectura: 6 minutos

Conversamos con Núria Sáez para descubrir la historia de una enfermera -o especialista de los cuidados- que representa la lucha contra el estigma y los estereotipos de género en una profesión ocupada, en un 86%, por mujeres.

Núria Sáez (Santa Coloma de Gramanet, 1969) no es una mujer de hacer cafés convencionales. Y por eso, supongo, ha sabido reinventarse varias veces. De hecho, ha llegado a reinventarse tanto que ha contribuido a la creación de un nuevo perfil -el de la Enfermera Gestora de la Imagen Corporal-. Pero eso ya lo sabíamos.  Hoy descubrimos a la Núria más íntima, más vulnerable, más reflexiva. La Núria que duda de los recuerdos, de las percepciones, de los sentimientos. Descubrimos a la Núria autocrítica y que habla de su propio ‘yo’ considerando la mirada ‘del otro’, para romper los esquemas preestablecidos e intentar ir un poco más allá. 

Desde que iniciaste tu carrera y la trayectoria como docente de enfermería estética y de terapias naturales, ha habido un cambio bastante importante. ¿De dónde vienen estas inquietudes empresariales y cómo consideras que has llegado hasta aquí?

Supongo que son, como decía Ortega y Gasset, “la persona y sus circunstancias.” Entonces, el tener una madre empresaria con una peluquería que funcionaba muy bien en la época, 40 años atrás, supongo que me influyó. En realidad, lo pienso mucho. Las peluquerías eran como un centro de acción social. 

Yo inicié mi carrera profesional allí, en la peluquería, con 8 años y lavando cabezas con un cubilete. A los trece, a parte de mis estudios, me puse a trabajar con ella haciendo depilaciones, limpiezas de cutis, etcétera, sin ser esteticista. Luego, sigo estudiando, sigo en la carrera de piano y paralelamente lo compagino con el atletismo, estando federada. 

¿Inquietudes empresariales? Siempre las he tenido. Desde que era adolescente siempre he pensado en ir más allá. Con 15 años empecé montando una pequeña escuela de música en la misma peluquería, donde impartía clases de piano para alumnos que luego se presentaban al Conservatorio del Liceo.

Pero todo cambia cuando las circunstancias lo requieren. La mudanza a Premiá de Mar, junto con los problemas renales de mi madre, el nacimiento de mi hermana -20 años menor- y la enfermedad de mi abuela, hacen que deba tomar un papel de cuidadora. Unas circunstancias que me llevan a decir “hasta aquí” con mis estudios y a emprender un rumbo nuevo hacia la formación, la estética, la Enfermería y el emprendimiento. Poco a poco, pude llegar a trabajar y colaborar en el Colegio de Enfermería de Barcelona -COIB- y, desde ahí y tras la pandemia del COVID-19, pude aventurarme en este nuevo proyecto apasionante que es NUS Agency. 

La Gestión en Imagen Corporal

La nueva salida profesional para especializarse en Enfermería Estética

¿Podríamos decir que NUS Agency nace desde un ‘renacer’? ¿Consideras la creación del proyecto como una respuesta a tus propias dificultades personales?

Sí y no. Sinceramente, considero que las dificultades no me hacen pequeña, al contrario. Y, definitivamente, entre mis inquietudes destacaba la necesidad de aportar algo más de lo que había visto en el mundo laboral, dar una equidad y una igualdad en muchos aspectos y dar respuesta a mis dudas respecto a la ética en el mundo sanitario. 

Desde ese plano de inquietud profesional, y a través del Colegio de Enfermería, busqué un hueco donde poder desarrollar un perfil nuevo: el de la Enfermera Gestora de la Imagen Corporal.

“Los problemas renales de mi madre, el nacimiento de mi hermana y la enfermedad de mi abuela hacen que deba asumir un papel de cuidadora”

¿Crees que estas inquietudes y que estos factores de tu vida personal te han llevado a asumir ciertas tareas del ámbito de los cuidados?

Tal vez. No lo sé. Simplemente… No hubo nada culminante que me llevase a estudiar enfermería, simplemente era lo que tenía que pasar. Supongo que todo me llevó ahí. 

Mi primera pareja tuvo una lesión por un virus en la espalda y se quedó hemipléjico. Yo, como compañera, estuve 10 años siendo su rehabilitadora personal. Ahí es cuando fui más consciente del trato diario continuo con el paciente, porque estaba haciendo de cuidadora. Siempre he querido ver las cosas desde otros ángulos del cuidado, desde muchos puntos diferentes. Imagino que, por eso, en las prácticas era la más rara. Porque todo el mundo quería ir a Urgencias, Pediatría… Pues yo iba al paciente oncológico, a prisiones, a riesgo de exclusión social o a centros de día. Me sigue impactando la vulnerabilidad. Siempre lo hará. 

¿Cómo te definirías más allá de los éxitos profesionales? 

No sé si es debido a mi dislexia o engranaje mental, diría que mi “todo” se hizo en base a definirme como una “antisocial”. 

En la vida todo depende de quién eres en base a cómo te sientes. Yo, eso, lo descubrí con 8 años. Supongo que era una persona tan sensible que me convertí en una antisocial. Mi grado de vulnerabilidad era tan evidente que lo que hacía era adentrarme más y más en mí. Me convertí en una niña introvertida y muy sensible, y tuve que hacer lo posible para no parecerlo. Está claro que todavía tengo esa niña que sigue siendo vulnerable, pero que ahora sabe cómo sobrellevar esa sensibilidad. Aunque esa sensibilidad siga viviendo en mí.

Núria Sáez. Fotografía: Eric Puig

¿Cómo se desarrolla esa niña en tantos y tan amplios campos? ¿Cómo salir a la palestra y enfrentarse a los propios miedos?

Tienes que exponerte. Punto. Obviamente hay un grado de superación de esa timidez. ¡Son tablas! Al final, aprendes a reaccionar delante de un público determinado, porque lo que a ti te importa no es tanto qué piensen los demás, sino qué quieres comunicar. Quien es tímido… Es tímido toda la vida. Lo que pasa es que el tímido rehuye. Rehuye de la posibilidad de que le valoren. 

El sector de la Enfermería es un sector mayormente ocupado por mujeres. ¿Cómo te sientes respecto a eso? 

Pues… ¡Como pez en el agua! Porque al haber vivido el cuidado, la gestión de los cuidados y la reflexión de los cuidados desde muchísimos ángulos… Me siento, realmente, en mi sitio. Como en casa.

“Siempre he querido ver las cosas desde otros ángulos del cuidado, desde muchos puntos diferentes”

Vayamos a la gestión de los cuidados. ¿Qué te genera esta expresión?

El cuidar proviene culturalmente de la mujer y profesionalmente y a nivel facultativo es mucho más fácil haber generado una figura del cuidado que una figura de la medicina. 

Venimos de un patriarcado en el cual parece que el hombre tiene que seguir dominando y, en este caso, parece que debe dominar una figura profesional por encima de la otra. Esto no significa que la medicina sea así, es una cuestión cultural. El hecho de que la enfermera no se empodere, no genere puestos de valor, no esté metida en política o en cultura, no esté metida en asuntos sociales, no esté metida en ciencia y no esté metida en emprender, hace que su figura muchas veces recaiga en un segundo plano. Históricamente se le ha quitado valor a lo que significa cuidar. La enfermería y el arte del cuidar es mucho más que trabajar con una jeringuilla. 

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Núria Sáez. Fotografía: Eric Puig

¿Qué necesita la enfermera para huir de ese estigma?

La actualización. La actualización, romper barreras y generar incomodidad. La enfermera puede ir mucho más allá de lo asistencial: puede hacer funciones de docencia, de la parte de la ciencia o la investigación, puede ser gestora… Y un largo etcétera. 

“El tímido rehuye. Rehuye de la posibilidad de que le valoren”

¿El concepto de Imagen Corporal empodera a las mujeres?

Sí, porque la imagen corporal tiene una connotación de género, tiene una connotación que se asocia a la propia carta de presentación de una persona, se asocia a las modas y a las tendencias. Pero esas modas también tienes que cuestionarlas. Tienes que pensar qué significan, saber por qué nos avasallan con los cuidados estéticos en la publicidad, en la televisión. Tienes que cuestionarte por qué se cosifica el cuerpo, y hasta qué punto va de verse o va de ser esclavo de un cánon.

¿Cómo salir de ahí y cómo influye la imagen corporal?

Muchos sectores poderosos han separado la imagen corporal del autoconcepto, de la autoestima, del sentimiento. De la valoración de la propia imagen personal. 

¿Salir de ahí? Yo creo que es que la gente ve una espiral. Y yo estoy tanto dentro de la espiral como fuera. Para mí, fuera de ella es muy importante el trabajo del cambio de género, por ejemplo, o también la imagen corporal y el autoconcepto en referencia a los pacientes de la unidad de quemados.

También está muy abandonado el paciente oncológico, por mucho que haya asociaciones o demás que lo respalden. Luego, la realidad es que hay una lista de tres años para trabajar una micropigmentación o simplemente para acompañar en el proceso.

Hay pacientes que parece que no existen. Los pacientes que tienen ostomías con incontinencias urinarias o fecales, los trastornos alimentarios e, incluso, hoy podríamos hablar también de antienvejecimiento o pro-edad. ¡Mira si es amplio el concepto! No sólo es lo que se vende en una clínica de cirugía estética. Va muchísimo más allá.

“Muchos sectores poderosos han separado la imagen corporal del autoconcepto, de la autoestima, del sentimiento”

Después de todo tu recorrido profesional, ¿de qué te sientes especialmente orgullosa como Núria Sáez?

De que si me caigo, me levanto. Si hay algo que me lleva atrás, no me quedo ahí. Yo tiro para atrás para tomar perspectiva, analizo qué ha salido bien y qué ha salido mal y… Y vuelvo. 

Para acabar. ¿Crees que hay un techo en tu carrera?

No creo que haya un techo. Mi futuro profesional radica en el presente. El presente es el futuro. Y mi presente no tiene techo. 

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