El uso del término estrés se ha popularizado sin que la mayoría de las personas tengan claro en qué consiste. En realidad, el estrés es una respuesta natural y necesaria para la supervivencia, aunque hoy en día se confunde con una patología. El estrés es un sentimiento de tensión física o emocional. Puede provenir de cualquier situación o pensamiento que lo haga sentir a uno frustrado o nervioso. El cuerpo reacciona ante el estrés al liberar hormonas. A corto plazo, estas reacciones son buenas, porque pueden ayudarle a manejar la situación que causa el estrés. Esta es la manera en que su cuerpo se protege a sí mismo.
Cuando entramos en fase de cansancio, el estrés nos puede afectar a partir de tres niveles:
- Psicológico: preocupación por pequeñas cosas, ansiedad, inseguridad, dificultad para tomar decisiones y para concentrarse, pensamientos negativos sobre uno mismo, los otros y el futuro, temor a la pérdida de control, irritabilidad y tristeza.
- Fisiológico: elevación de la tensión arterial, aumento del ritmo cardíaco, elevación del colesterol sanguíneo, cefaleas, lumbalgias, dificultades respiratorias, síntomas gastrointestinales y síntomas dermatológicos.
- Comportamental: bajo rendimiento, tabaquismo y/o abuso de otras drogas (alcohol, cocaína, etc.), absentismo, malas relaciones interpersonales, alteraciones en la alimentación, problemas sexuales.