Abordaje del sistema fascial mediante fisioterapia estética dermatofuncional

sistema fascial
Tiempo de lectura: 6 minutos

¿Cómo trabajar el sistema fascial desde un buen abordaje? Ante esta disyuntiva, es básico y crucial que el fisioterapeuta estético dermatofuncional comprenda que, como asegura Ricard Tutusaus, fisioterapeuta y osteópata, se “entienda el cuerpo como un todo y se aborde desde una perspectiva global”. De hecho, volvemos a respaldarnos en el consejo de Ricard Tutusaus que, con lógica, asegura que “nunca el trabajo de forma específica soluciona o resuelve todas las necesidades de la persona.”

Así pues, si entendemos el cuerpo como un “todo”, ya podemos hablar con propiedad sobre qué es el sistema fascial, a qué afecta y, también, cómo trabajarlo desde la especialidad de fisioterapia estética dermatofuncional. Veámoslo.

Fisioestética:

Salidas profesionales del fisioterapeuta dermatofuncional

Sistema fascial: ¿qué es y a qué afecta?

Como hemos ido anunciando desde hace algunas semanas, la fisioestética dermatofuncional es una especialidad que abarca un abanico muy amplio de tratamientos. Dicho aún más claro, desde la fisioestética dermatofuncional se pueden abordar o trabajar un gran número de afecciones que afectan al cuerpo humano. También, desde luego, se pueden abordar una gran diversidad de estructuras que encontramos en el organismo, como puede ser el sistema fascial. 

Pero… ¿Qué es este sistema fascial y por qué últimamente empieza a ser vox pópuli? La respuesta es sencilla: cuando hablamos de sistema facial debemos referirnos al elemento integrador a nivel histológico o nivel de tejido. Entonces, también podemos entender este sistema como el tejido conjuntivo o conectivo que se encuentra en todo el organismo y que crea auténticas cadenas anatómicas interconectadas entre sí. 

Además, este tejido conjuntivo se forma por diferentes células con distintas funciones y está estrechamente conectado -y por tanto influencia- con otros sistemas corporales a través de una matriz colagenosa tridimensional. 

El hecho de entender el sistema fascial como un “todo”, entonces, cambia la perspectiva académica y científica sobre cómo se había estudiado y aprendido la anatomía del cuerpo. De hecho, en la anatomía clásica tradicionalmente los distintos elementos y estructuras  se han estudiado independientemente y de manera aislada sin considerar la existencia de un tejido conectivo sano que los entrelazase y sostuviera.

¿Por qué trabajar el sistema fascial desde la fisioterapia?

Como vemos, el sistema fascial o tejido conjuntivo es esa red conectiva, protectora e ininterrumpida que protege cada una de las estructuras y elementos -superficiales y profundos- del cuerpo humano. Entonces, abordarlo de una manera correcta, global y completa es básico para que estas estructuras anatómicas funcionen correctamente y no se generen en ellas cadenas lesionales. Trabajar este sistema músculo-esquelético inherentemente va a acabar influenciando en elementos o estructuras de tipo visceral, y al revés. 

Aplicando diferentes técnicas de terapia manual, trabajando en la reeducación de la postura y de los patrones motores y mediante el uso de aparatología y tecnología, la fascia -y, como consecuencia, el cuerpo humano- puede conseguir beneficiarse en gran medida. Esto se entiende en una mejora del funcionamiento de los huesos, músculos, órganos, vísceras, nervios, vasos sanguíneos, vasos linfáticos, y otras estructuras anatómicas. 

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¿De qué manera realizar un abordaje completo de este sistema fascial a través de la fisioestética?

Como asegura Ricard Tutusaus, si se realiza terapia manual significa que, de un modo u otro, se está tratando el sistema conjuntivo. Sin embargo, cabe decir que en fisioterapia hay muchas formas de abordaje y cada uno de los profesionales trabaja mediante unos sistemas adaptados. 

No obstante, hay que tener en cuenta que, según lo que se quiera conseguir en un paciente y un caso concreto, y según qué alteraciones o disfunciones padezca este, el fisioterapeuta deberá trabajar unos órganos u otros, y unas estructuras anatómicas u otras. Lo que hay que tener en cuenta es que “no es lo mismo trabajar elementos de la fase superficial, es decir, incidiendo justo debajo de la piel, o elementos viscerales más profundos que, evidentemente, requieren una contundencia mayor en la acción, en el tipo de trabajo que vamos a realizar”, asegura el fisioterapeuta y osteópata. 

Una terapia manual que tiene como objetivo el restablecimiento funcional del sistema fascial, en el caso que haya una disfunción, es la Inducción Miofascial, un tratamiento que consiste en la aplicación -por parte del fisioterapeuta- de un impulso de baja intensidad (de tracción y/o compresión) mantenido en el tiempo. Así, mediante esta ‘presión’ se da inicio a una serie de mecanismos moleculares asociados a la mecanotransducción celular, la piezoelectricidad y la viscoelasticidad. 

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