«El soporte emocional y estético está poco integrado en el plan de cuidados oncológicos»

Carla Guerra es enfermera en área oncológica de hospital de día y recientemente ha iniciado una nueva etapa como enfermera gestora de la imagen corporal en una consulta de dermoestética. Tras finalizar el Máster en Enfermera Gestora de la Imagen Corporal y Dermoestética de NUS Agency, escogió para su TFM el proyecto de implementación de una consulta de enfermería para la gestión de la imagen corporal y estética en pacientes oncológicos en el Hospital General Mateu Orfila de Menorca.
Hoy nos ofrece su reflexión sobre este servicio esencial que todavía no ha adquirido el espacio necesario en las plantas oncológicas.
¿Qué necesidad has detectado para proponer la implementación de una consulta de enfermería para la gestión de la imagen corporal y estética en pacientes oncológicos?
C: En el contexto del Hospital Mateu Orfila, hemos identificado que los pacientes oncológicos experimentan un impacto significativo en su imagen corporal debido a los efectos secundarios de los tratamientos, como alopecia, cicatrices quirúrgicas, cambios en la piel y alteraciones físicas visibles. Esta realidad produce un deterioro emocional considerable, manifestado en ansiedad, depresión y aislamiento social. Actualmente, el soporte emocional y estético está poco integrado en el plan de cuidados oncológicos.
La propuesta de una consulta específica de enfermería para la gestión de la imagen corporal responde a esta necesidad no cubierta, buscando ofrecer un abordaje integral que combine asesoría estética personalizada, apoyo psicológico básico y educación en autocuidado. Esto no solo mejora la calidad de vida del paciente, sino que también favorece la adherencia al tratamiento y la recuperación global.
¿Crees que se debería poner más el foco en la percepción de la imagen corporal de las personas que atraviesan un cáncer?
C: Totalmente, el foco debe ampliarse para incluir la percepción de la imagen corporal como un componente esencial del bienestar del paciente oncológico. En la práctica clínica habitual, los aspectos físicos de la enfermedad suelen ser priorizados sobre las dimensiones emocionales o estéticas. Sin embargo, la evidencia muestra que las alteraciones en la imagen corporal afectan profundamente la identidad personal y la calidad de vida, incluso más allá de la curación física. Por ello, es fundamental que los profesionales de salud, y en particular la enfermería, integren este aspecto en la atención, para ofrecer intervenciones dirigidas que promuevan la aceptación, reduzcan el estigma y mejoren la autoimagen, facilitando así una mejor adaptación a la nueva realidad corporal.
¿Hasta qué punto es importante cuidar de la autoestima de los pacientes?
C: Cuidar la autoestima es un pilar fundamental dentro del proceso de atención oncológica. La autoestima actúa como un recurso psicológico vital que influye directamente en la capacidad del paciente para afrontar la enfermedad, mantener la motivación y adherirse a los tratamientos. En el caso de pacientes con alteraciones físicas visibles, una autoestima baja puede generar retraimiento social, depresión y una peor percepción de la propia salud. Por ello, la consulta propuesta no solo aborda la estética, sino que trabaja de manera activa en reforzar la autoestima mediante apoyo emocional, técnicas de imagen corporal positiva y estrategias de afrontamiento. Este cuidado integral contribuye a que los pacientes mantengan una actitud más resiliente y participativa en su proceso de recuperación.
"Es esencial que desde la enfermería se realicen intervenciones dirigidas a promover la aceptación, reducir el estigma y mejorar la autoimagen"
¿Este servicio lograría reducir problemas de salud mental?
C: Si, tiene potencial para reducir problemas de salud mental asociados a la enfermedad oncológica, como ansiedad, depresión y trastornos de la imagen corporal. Al proporcionar un espacio dedicado donde el paciente se siente escuchado, apoyado y acompañado, se disminuye el aislamiento emocional y se favorece la expresión de sentimientos. Además, la intervención dermoestética y los cuidados personalizados generan un impacto positivo en la autoimagen, lo que se traduce en una mejora del bienestar psicológico. Estudios indican que los cuidados integrales que incluyen apoyo en imagen corporal contribuyen a mejorar la salud mental y la calidad de vida, por lo que esta consulta puede ser un recurso esencial dentro del tratamiento multidisciplinar.
Apuntas en tu trabajo a diferentes diagnósticos relacionados con el trastorno de la imagen corporal y recogidos en el diagnóstico NANDA
C: Así es. En el desarrollo del TFM, se han identificado diagnósticos NANDA fundamentales para estructurar la atención, tales como “Alteración de la imagen corporal”, que refleja el impacto visible y emocional de los cambios físicos; “Baja autoestima”, ligada a la percepción negativa de uno mismo; “Ansiedad” y “Deterioro del afrontamiento”, que describen las dificultades emocionales para manejar la enfermedad. Reconocer estos diagnósticos es clave para planificar intervenciones específicas y adaptadas, permitiendo que la enfermera gestora diseñe cuidados integrales que no solo traten los síntomas físicos, sino también las consecuencias psicológicas y sociales.
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Concrétanos qué tipo de atención y cuidados se darían en este departamento.
C: En la consulta se proporciona una atención integral que incluiría:
–Evaluación exhaustiva de la imagen corporal y estado emocional del paciente.
–Apoyo psicológico inicial basado en técnicas de escucha activa y contención emocional.
–Asesoramiento personalizado en dermoestética, incluyendo cuidado de la piel afectada por tratamientos oncológicos, maquillaje terapéutico para disimular lesiones o pérdida de cabello, y recomendación de prótesis capilares o mamarias.
–Formación en autocuidado para mejorar la autonomía del paciente en el manejo de sus cambios físicos.
–Coordinación estrecha con otros profesionales, como psicólogos y oncólogos, para asegurar un abordaje multidisciplinar.
–Micropigmentación restaurativa tanto de cejas como de areolas. Rutinas personalizadas.
Este enfoque facilita una mejora palpable en la calidad de vida y la autoestima del paciente.
Hablas de un enfoque multidisciplinar
C: Este enfoque es imprescindible dado la complejidad de las necesidades de los pacientes oncológicos. Colaborar con oncólogos, radiólogos, psicólogos e incluso fisioterapeutas y otros especialistas permite una atención más completa, que abarca desde el tratamiento médico hasta el bienestar emocional y social. En el Hospital Mateu Orfila, establecer esta colaboración potenciaría el impacto positivo del servicio, optimizando recursos y resultados y favoreciendo que el paciente reciba un cuidado holístico y coordinado.
Los cuidados de la piel cobran una importancia especial en el caso de los pacientes oncológicos, ¿no es así?
C: Efectivamente, los cuidados de la piel son un aspecto crítico en estos pacientes, ya que los tratamientos oncológicos generan alteraciones cutáneas que pueden ir desde sequedad e irritación hasta lesiones más severas. El deterioro de la piel no solo afecta la estética, sino también la salud y el confort del paciente. Por ello, la consulta incluye educación en cuidados específicos, utilización de productos adecuados y técnicas dermoestéticas adaptadas para preservar la integridad cutánea, prevenir complicaciones y mejorar la apariencia, contribuyendo así al bienestar general.
Señalas como clave la humanización de los cuidados y la atención holística. ¿Por qué?
C: La humanización de los cuidados implica tratar al paciente como un ser integral, respetando su dignidad, emociones y contexto personal. En el caso de pacientes oncológicos, que atraviesan situaciones de vulnerabilidad física y emocional, esta atención se vuelve esencial para evitar que se sientan reducidos a un diagnóstico. La atención holística, que considera cuerpo, mente y entorno social, facilita intervenciones más efectivas y satisfactorias, potenciando la participación activa del paciente en su proceso de salud y promoviendo una recuperación más completa y con mejor calidad de vida.
"La atención holística al paciente oncológico considera cuerpo, mente y entorno social promoviendo una recuperación más completa y mejorando su calidad de vida. "
Realizaríais un acompañamiento al paciente en todo el proceso, incluso antes de someterse al tratamiento, ¿verdad?
C: Así es. La anticipación es clave para preparar al paciente frente a los cambios que va a experimentar, reduciendo la ansiedad y el impacto emocional. Este acompañamiento precoz incluye educación sobre posibles efectos estéticos y emocionales, estrategias para afrontarlos y diseño de planes personalizados de cuidado. El seguimiento durante y después del tratamiento asegura continuidad en el apoyo, facilitando una mejor adaptación y recuperación a largo plazo.
¿Cuáles son las mayores inseguridades respecto a la imagen que tienen estos pacientes?
C: Entre las principales inseguridades destacan el miedo a perder su identidad física, la preocupación por el rechazo social, la dificultad para aceptar cicatrices o la caída del cabello, y la sensación de pérdida de atractivo. Estas inseguridades pueden llevar a un retraimiento social y afectar las relaciones personales, incrementando el sufrimiento emocional y afectando la calidad de vida. La consulta busca abordar estas preocupaciones con sensibilidad y herramientas que faciliten la aceptación y la reconstrucción positiva de la imagen corporal.
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¿Qué cualidades y conocimientos debe tener una buena Enfermera Gestora de la Imagen Corporal?
C: Debe poseer una sólida formación en dermoestética y cuidados oncológicos, así como habilidades en comunicación empática y escucha activa para brindar apoyo emocional efectivo. Es imprescindible que conozca las alteraciones físicas y emocionales propias del paciente oncológico, domine técnicas estéticas adaptadas y tenga capacidad para trabajar en equipo multidisciplinar. Además, debe contar con sensibilidad y compromiso para abordar la imagen corporal desde una perspectiva integral, garantizando cuidados humanizados y personalizados.
También es importante que tenga formación y experiencia en cuanto a los tratamientos oncológicos, así como la radioterapia, quimioterapia, inmunosupresores, inmunoterapia, etc. De esta forma, podemos abordar un cuidado más personalizado e integral al paciente e incluso a la familia.
¿Cuáles serían los pasos para montar esta consulta en un hospital?
C: Primero, realizar un análisis de necesidades específicas en la población oncológica del hospital para justificar el servicio. Luego, definir claramente los objetivos, funciones y protocolos de la consulta. Seguidamente, asegurar la formación especializada del personal y los recursos materiales necesarios. También es vital obtener el apoyo institucional y establecer alianzas con otros departamentos para garantizar un enfoque multidisciplinar. Finalmente, implementar un sistema de evaluación continua para medir el impacto del servicio y ajustar las intervenciones.
¿Crees que poco a poco se irá implementando esta atención en los servicios de salud de Menorca?
C: Considerando la creciente demanda de cuidados integrales y personalizados, y la evolución del paradigma sanitario hacia la humanización y calidad de vida, es muy probable que esta atención se integre progresivamente en Menorca. El Hospital Mateu Orfila puede liderar este cambio, sirviendo de ejemplo para otras instituciones, lo que beneficiaría a toda la comunidad al ofrecer servicios que van más allá del tratamiento médico tradicional.