Aníbal Pérez: «Hay muchos mitos alrededor de la musicoterapia”

Aníbal Pérez es músico de profesión, se graduó en Colombia como chelista. Se trasladó a Hamburgo, Alemania, para estudiar un máster en musicoterapia. Buscando vivienda, encontró un piso en un asilo de ancianos, donde debía tocar música a los residentes a cambio de alojamiento. Aníbal alargó esta experiencia durante dos años tocando el chelo y la guitarra. Esto lo puso en contacto con la musicoterapia profesional.
Actualmente trabaja como musicoterapeuta en un instituto atendiendo a niños con dificultades de aprendizaje y diferentes trastornos. Compagina esta actividad profesional con la realización del podcast sobre musicoterapia “Las Crónicas de Orfeo”.
Hoy charlamos con Aníbal para profundizar en el mundo de la musicoterapia y el enorme efecto que tiene en nosotros la exposición a la música.
¿Por qué te apasiona tanto el efecto de la música en las personas?
A: La música siempre ha estado presente en toda mi vida. Hay momentos específicos que me marcaron como por ejemplo cuando mi madre me levantaba temprano para ir al jardín infantil y casi siempre ponía una pieza de El Cascanueces, el movimiento de la danza rusa. Recuerdo que desayunaba y me sentía ya con energía gracias a esa música. Con el máster comprendí que se trataba del Efecto Arousal, que activa el sistema nervioso de manera inconsciente al escuchar música.
Otro momento que me conectó con la música fue al comenzar a tocar el chelo, concretamente una pieza de Bach, el famoso Preludio. Al tocarlo sentía que todo el universo estaba presente en mí, un sensación misteriosa y trascendental que me llegaba al alma. Luego ya comprobé el efecto de la música en otras personas, sin ir más lejos durante mi experiencia en el asilo de ancianos con casos de Alzheimer.
En tu podcast hablas de la musicoterapia desde muchas perspectivas y dedicas un capítulo a desmentir mitos. ¿Hay mucho mito alrededor de esta disciplina?
A: Hay muchos mitos y creo que es entendible porque, a pesar de que la música se ha utilizado en contextos terapéuticos, la musicoterapia como disciplina de salud mental tiene como 50 años de vida en Alemania. Hacer música, por ejemplo, no es musicoterapia y este es el principal mito. Otro mito es pensar que toda la música causa un efecto positivo. Eso es una romantización excesiva. También se cree que solamente la música clásica es la indicada para hacer musicoterapia. Y después se cree que la musicoterapia solamente consiste en tocar música, cuando la usamos como herramienta, pero hay una relación terapéutica. Se pueden usar recursos de pintura y existe el Método GIM en el que se utilizan imágenes y dibujas al escuchar fragmentos musicales. Otro mito muy equivocado es pensar que el musicoterapeuta no debe tener formación.
¿Cómo debe formarse un musicoterapeuta y qué habilidades debería tener?
A: Por ejemplo, un buen musicoterapeuta debe tener tolerancia al estrés para lidiar con pacientes que no son fáciles. Tenemos personas autistas que sufren ataques si se sienten muy sobre estimulados. También debe tener empatía y cercanía con el paciente porque esto es un tipo de psicoterapia. Es principal saber qué se siente en ese momento y los sentimientos que se despierten en nosotros mismos. Hay herramientas en musicoterapia que permiten saber qué ha pasado en una sesión. Y el trabajo en equipo es muy importante pues debemos trabajar con otros profesionales, sin ir más lejos con psicólogos.
"Pensar que toda la música causa un efecto positivo es una romantización excesiva. Creer que la musicoterapia solamente consiste en tocar música es otro mito"
¿Se valoran suficientemente los beneficios que aporta la musicoterapia?
A: En mi experiencia en Alemania, hay un trabajo en equipo. Puedes encontrar musicoterapeutas en hospitales generales, hospitales psiquiátricos, asilos de ancianos, etc. Los del equipo agradecen tu trabajo. El máster lo hice en un hospital psiquiátrico con pacientes agudos y los doctores me pedían que me quedara más tiempo porque con mi trabajo obtenían más información sobre la biografía de los pacientes, pues al estar tan alterados no se podían comunicar verbalmente. Al improvisar con ellos en un lenguaje no verbal, podía adquirir más información. En un trabajo multidisciplinar, la musicoterapia es muy importante.
Y sí, se puede medir la eficacia, lo cual nos permite que se integre en el sistema de salud cada vez más. La musicoterapia no está incluida en el sistema de salud de todos los países y debemos demostrar que es efectiva mediante estudios científicos, pero no hay suficientes. Entre los que se han realizado, se concluyó que, en pacientes con depresión y oncológicos, hay un efecto moderado en el descenso de la ansiedad. Esto es positivo, pues reduciría la toma de medicamentos.
"La música tiene un impacto en la autoestima de alumnos con dificultades"
¿Tú has comprobado a través de tu experiencia profesional esas conexiones y relación entre la música y el cerebro?
A: Este efecto que te he comentado anteriormente, el Arousal, es fundamental también en el tratamiento del trauma. Uno puede activar el sistema nervioso con la música. Los pacientes que han sufrido trauma tienen una sobreactivación del sistema límbico y uno debe actuar y tocar música en el mismo nivel de sobre excitación. Poner música muy lenta podría confundirles. Este efecto se da en el sistema nervioso y es interesante entender cómo funciona. En personas con demencia, la música no solo actúa en una región del cerebro, pues es un sistema muy complejo. Cuando alguien escucha música, esta interviene en casi todo el cerebro. Con la musicoterapia estamos influyendo en sistema motor y en su memoria. En definitiva, la música es una herramienta increíble.
Se ha hablado de su aplicación en enfermedades neurodegenerativas, en el acompañamiento hospitalario, en casos de autismo, etc. ¿Hay aplicaciones menos conocidas?
A: Tenemos la Terapia de Reentrenamiento del Tinnitus (TRT), que busca ayudar a las personas a aprender a ignorar o reducir la percepción de los acúfenos. También aplicamos la musicoterapia en personas en cuidados paliativos porque el último sentido que se apaga antes de morir es el auditivo. Sabemos que en esos momentos hay unos procesos psicológicos como el duelo, que se tienen que trabajar. Y como decía antes, tenemos el tratamiento del trauma, para lo cual es muy importante formarse específicamente.
En el asilo de ancianos en el que trabajé, había una conocida de un cuidador que me comentó que trabaja con cuencos tibetanos y me explicó que durante una sesión con un cuenco lleno de agua, una señora reaccionó de manera extraña gritando. Posteriormente supo que la paciente había vivió un trauma con un barco que se estaba hundiendo. El cuenco la trasladó a ese momento. Este es un error que un musicoterapeuta nunca cometería, pues se sabe que los sonidos pueden tener efectos negativos. El planteamiento es tener un entorno seguro y cuidar lo que se escucha ahí dentro manteniendo a la persona en el presente, trabajando la experiencia traumática en el presente con unos tiempos muy controlados.
Es importante que recibáis un informe del paciente para saber cómo abordar su problema, ¿no es así?
A: Tenemos una anamnesis, una historia clínica del paciente, desde la primera visita. Se hace un diagnóstico, se investiga si hay cierto tipo de música que lo sobre estimule, se estudia la relación entre el paciente y su entorno, etc. La musicoterapia no es solo música y la música no es solo musicoterapia. En musicoterapia también se analizan las relaciones interpersonales. Por ejemplo, yo que trabajo con niños, veo como a mi consulta llega un pequeño con los padres y a veces ves diferentes actitudes entre un progenitor muy abierto a que estas sesiones ayuden a su hijo y al otro con una incredulidad total. Estas dinámicas familiares debemos conocerlas.
Comentas en tu espacio que la música puede ser una herramienta de búsqueda espiritual.
A: Exacto, y yo experimenté algo parecido. Tuve una experiencia espiritual tocando el chelo y en musicoterapia esto se ve en cuidados paliativos trabajando con el duelo y experiencias que van con el más allá de la muerte, con la búsqueda de lo trascendental. La música se utiliza en muchas culturas para acompañar este viaje. Después tenemos otros rituales como la ceremonia de ayahuasca, en la que se hace un encuentro espiritual interior y en el que la música en fundamental. El chamán debe saber cómo llevar la música para que la persona pueda reflexionar sobre preguntas fundamentales sobre su espíritu.
Existen numerosos métodos de musicoterapia. ¿Cuáles son los principales?
A: Los más conocidos son los receptivos, que se llevan a cabo cuando uno toca música para un paciente y ve cómo reacciona a instrumentos específicos. Y están los métodos activos, que son los de improvisación libre. Se le dice al paciente que escoja un instrumento y lo toque y así ves ciertas dinámicas a partir del contacto con la música. Otro método es el GIM o Método Bonny de imaginación guiada con música. Se escogen fragmentos de música y mientras la persona lo escucha, hace un dibujo dentro de un círculo. Estos serían los principales métodos.
"La musicoterapia puede ser una herramienta de búsqueda espiritual y esto lo vemos en cuidados paliativos. La música se utiliza en muchas culturas para ayudar en el viaje al más allá"
¿Cómo está afectando la IA en esta disciplina?
A: Ha habido una discusión cobre Inteligencia Artificial en Alemania y hay gente a favor y en contra. He leído que solamente el 20% de musicoterapeutas la han utilizado aquí, bien para crear canciones o textos. En neonatología también se puede utilizar creando relatos para recién nacidos. También se ha utilizado en investigación y personalmente estoy muy a favor en su uso para el análisis de datos. Pero hay que tener en cuenta ciertas problemáticas si se va a usar dentro de sesiones de musicoterapia porque habrá un tercer miembro artificial que influirá en la relación paciente – terapeuta. El paciente se puede sentir confundido y podría ser contraproducente. Por otro lado, hay que pensar que la IA no puede reemplazar la creatividad humana. Todavía es algo muy nuevo y, como toda herramienta, hay que conocer sus pros y contras.
¿Qué futuro le auguras a esta profesión?
A: Le auguro un futuro prometedor porque cada vez hay más interés, aunque sigue habiendo mucha desinformación. Veo que cada vez hay más institutos donde se ofrece formación acreditada. Cada vez conocemos más los efectos de la música en el cerebro y vemos todos los beneficios que hay, incluso económicos, en el sistema de salud. Sin ir más lejos, el gasto en anestesia es enorme en Estados Unidos y hay estudios que demuestran que con la música se puede reducir la dosis de anestesia y los costes que implica. Ojalá hubiera más musicoterapeutas formados en los hospitales.