Linfedema: ¿cómo entenderlo, prevenirlo y tratarlo?

linfedema
Tiempo de lectura: 6 minutos

Cuando hablamos sobre linfedema nos referimos a esa afección médica que se caracteriza por la acumulación de líquido linfático en los tejidos del cuerpo. Puede afectar a cualquier parte del cuerpo, pero suele desarrollarse, principalmente, en brazos y piernas. Esta afección, además, provoca una hinchazón que termina por desencadenar en el paciente gran incomodidad e incluso problemas de movilidad. 

Empecemos por el principio. ¿Qué es el linfedema? El sistema linfático se compone por una red compleja de vasos, ganglios y órganos que transportan líquido, un líquido que se denomina “linfa” y que podemos encontrar por todo el cuerpo. Cuando este sistema se ve sometido a factores que lo exponen como pueden ser las cirugías, la radioterapia o las infecciones, se desencadena una acumulación de linfa en los tejidos que deriva en el linfedema. 

Fisioestética:

Tratamientos corporales pre y post-cirugía con Fisioestética Dermatofuncional

Relación entre linfedema y cáncer de mama

Precisamente, y como hemos puntualizado, estos factores de estrés a los que se ve sometido el cuerpo pueden alterar el sistema linfático, y un ejemplo muy claro de ello podemos asociarlo a los pacientes oncológicos. Veámoslo en detalle: 

  • Cirugía de ganglios linfáticos: durante una cirugía para extirpar el tumor que provoca el cáncer de mama, es común que los cirujanos también eliminen algunos ganglios linfáticos cercanos para determinar si, con la intervención, ese cáncer se ha diseminado. Sin embargo, con esta intervención percibimos que se puede interrumpir el flujo normal del líquido linfático, creando una predisposición al linfedema.
  • Radioterapia: la radioterapia, una técnica común en el tratamiento del cáncer de mama, utiliza rayos de alta energía para destruir células cancerosas. Sin embargo, estos rayos también pueden dañar los vasos linfáticos, reduciendo su capacidad para drenar el líquido linfático correctamente y provocando una alteración en el sistema linfático que puede dar lugar al desarrollo de linfedema en los meses o años posteriores a la radioterapia.
  • Quimioterapia: aunque la quimioterapia en sí misma no es una causa directa del linfedema, puede desencadenar esa retención de líquidos en el cuerpo debido a los efectos secundarios, como la hinchazón. Las personas que han experimentado hinchazón significativa durante la quimioterapia pueden tener un mayor riesgo de desarrollar linfedema más adelante.
  • Traumatismos e infecciones: además de los procedimientos médicos, las lesiones traumáticas o infecciones en la zona del brazo o el pecho pueden dañar los vasos linfáticos, aumentando la probabilidad de desarrollar linfedema. Las infecciones recurrentes pueden agravar aún más el daño al sistema linfático, creando un entorno propicio para la acumulación de líquido linfático.
  • Factores genéticos y predisposición: algunas personas tienen una predisposición genética al linfedema. En estos casos, la estructura y función anormal del sistema linfático que se deriva desde el nacimiento pueden aumentar el riesgo de desarrollar linfedema, especialmente después de tratamientos invasivos como la cirugía de cáncer de mama.

¿Qué tratamientos se realizan para tratar el linfedema?

Esta técnica trabaja un gran abanico de afecciones cutáneas. Veámoslo en detalle: 

  • Reducción de celulitis: actuando a nivel subcutáneo, estimula la circulación y facilita la eliminación de toxinas y grasas acumuladas. Al promover la producción de colágeno y elastina, la tecarterapia suaviza la piel, reduciendo visiblemente la apariencia de celulitis y proporcionando una superficie cutánea más uniforme y tonificada. 
  • Eliminación de cicatrices y arrugas: calentando las capas dérmicas de la piel, la tecarterapia fomenta la regeneración celular. Las células dañadas se reparan, y la producción de colágeno se estimula, lo que suaviza la apariencia de las cicatrices y las arrugas. Este proceso, aunque es a largo plazo, logra obtener una piel más joven y luminosa. 
  • Tratamiento de hiperpigmentación y estrías: interviniendo con estimulación de la renovación celular, la tecarterapia consigue estimular la producción de melanina. Al hacerlo, ayuda a reducir la apariencia de manchas oscuras y estrías, devolviendo una tonalidad más uniforme y suave a la piel afectada. 
  • Mejora en la elasticidad y firmeza de la piel: se aborda la problemática mediante la estimulación de la síntesis de colágeno y elastina, los bloques de construcción esenciales para una piel firme y elástica. Este aumento en la elasticidad no solo mejora la apariencia general de la piel, sino que también contribuye a reducir las líneas finas y arrugas, proporcionando un cutis de apariencia más juvenil.
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¿Qué tratamientos se realizan para tratar el linfedema?

La fisioestética dermatofuncional es la principal disciplina que trata este tipo de afección. Cabe destacar que el profesional que lo realiza, siempre es un fisioterapeuta especializado y con conocimiento de la enfermedad para desarrollar planes de tratamiento personalizados para cada tipo de paciente. Las técnicas más usadas dentro de la disciplina son: 

  • Drenaje linfático manual: una técnica suave que estimula el sistema linfático para eliminar el exceso de líquido acumulado en los tejidos. Realizado por fisioterapeutas capacitados, este procedimiento reduce la hinchazón y mejora la circulación linfática, proporcionando alivio a los pacientes.
  • Compresión y vendajes: el uso de prendas de compresión y vendajes es fundamental en el tratamiento del linfedema. Estos dispositivos ayudan a mantener la reducción del edema y a prevenir complicaciones. Los fisioterapeutas también enseñan a los pacientes cómo cuidar adecuadamente su piel y a realizar ejercicios específicos para mejorar la movilidad y la fuerza.
  • Terapia física y ejercicio: la fisioestética también se centra en la terapia física y el ejercicio adaptado. Los programas de ejercicio supervisados ayudan a los pacientes a fortalecer los músculos, mejorar la flexibilidad y mantener un peso corporal saludable, lo que contribuye a controlar el linfedema.
  • Cuidado continuo y educación del paciente: el tratamiento del linfedema es un proceso continuo que requiere el compromiso del paciente. Los fisioterapeutas no solo proporcionan tratamiento, sino que también educan a los pacientes sobre técnicas de autocuidado, prevención de infecciones y medidas para controlar el linfedema a largo plazo.

El linfedema es una condición que afecta a la calidad de vida de las personas, especialmente después del tratamiento del cáncer de mama. La fisioestética se ha convertido en una disciplina integral para la mejora y tratamiento del linfedema, ofreciendo técnicas efectivas que no solo reducen la hinchazón, sino que también mejoran la calidad de vida de los pacientes. La comprensión temprana, el tratamiento adecuado y la educación continua son esenciales para ayudar a las personas a vivir de manera saludable y activa a pesar de esta condición.

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