
¿Qué son los peloides terapéuticos?

Los peloides terapéuticos son materiales naturales utilizados con fines terapéuticos, aplicados generalmente sobre la piel en forma de fangos, lodos o barros. Se caracterizan por contener agua mineral o termal y están respaldados por décadas de uso en medicina termal, fisioterapia y, más recientemente, en fisioestética y dermatofuncional.
El término «peloide» procede de la palabra griega Pelós, que significa “fango”. Esta técnica se lleva a cabo en balnearios, centros termales, spas médicos, clínicas de fisioterapia, clínicas de dermoestética y centros de talasoterapia especializados.
¿De qué están hechos los peloides?
Los peloides o fangos termales están compuestos por tres elementos básicos:
- Partículas minerales (como arcillas, limos, turbas o sedimentos orgánicos)
- Agua mineromedicinal con propiedades terapéuticas específicas
- Microorganismos, algas o sustancias bioactivas que se desarrollan durante su proceso de maduración
En cuanto a la elaboración de los peloides, esta se basa en la mezcla controlada de sus componentes. El proceso incluye una maduración biológica y físico-química que puede durar semanas o meses, durante la cual se desarrollan compuestos bioactivos como enzimas, ácidos orgánicos y sustancias antiinflamatorias naturales. La mezcla final debe tener una textura que permita su aplicación sobre la piel sin escurrirse ni endurecerse.
Hay que destacar que entre los tipos más comunes de peloides están los lodos marinos, la turba y los limos lacustres.
Evidencia científica y regulación
Según un artículo publicado en la Revista Sanitaria de Investigación, los peloides han demostrado efectos clínicos significativos en áreas como reumatología, dermatología y rehabilitación funcional. Estudios avalan su capacidad para modular respuestas inflamatorias, mejorar la circulación y favorecer la regeneración cutánea.
En el caso de España, la regulación del uso de peloides está recogida en el Real Decreto 1277/2003, que establece los requisitos para los centros sanitarios que aplican técnicas de hidroterapia y peloidoterapia. De esta manera, esta normativa garantiza estándares de calidad, higiene y eficacia en el uso terapéutico de estos productos.
Además, diversas investigaciones han demostrado que su aplicación regular puede influir positivamente en marcadores biológicos relacionados con el dolor crónico, el estrés oxidativo y la calidad de vida del paciente, lo que refuerza su integración en protocolos de fisioestética avanzada.
¿En qué consiste la fangoterapia?
La terapia con peloides, también conocida como fangoterapia, consiste en la aplicación externa de barros, lodos o arcillas terapéuticas sobre el cuerpo con fines terapéuticos, preventivos o cosméticos. Esta técnica, avalada por la medicina termal y la hidroterapia, se ha integrado en tratamientos de fisioestética y dermatofuncional, donde los beneficios estéticos se combinan con un enfoque clínico.
Para su aplicación, el peloide se calienta previamente entre 38 y 45 °C y posteriormente se coloca sobre zonas específicas o de forma general. Después, tras un tiempo de exposición de 15 a 30 minutos, se retira mediante ducha o baño termal.
En cuanto a las formas más comunes de aplicación, se incluyen:
- Envolturas (locales o totales)
- Cataplasmas en zonas específicas
- Baños de inmersión con peloides diluidos
- Masajes con peloides en tratamientos cosméticos
Efectos terapéuticos y beneficios
La eficacia de los peloides se debe a la acción sinérgica del calor, los minerales y los compuestos orgánicos presentes. Sus efectos terapéuticos incluyen:
- Acción antiinflamatoria y analgésica
- Reducción de contracturas musculares
- Estimulación de la circulación sanguínea y linfática
- Mejora de la oxigenación tisular
- Desintoxicación y regeneración cutánea
- Estimulación del metabolismo celular
- Relajación muscular y del sistema nervioso
Los peloides están indicados tanto para el tratamiento de dolores musculoesqueléticos (artrosis, fibromialgia, lumbalgia), como para el cuidado de patologías dermatológicas (psoriasis, acné, dermatitis, celulitis, envejecimiento cutáneo) y tratamientos estéticos integrales. Su acción mejora la oxigenación tisular, facilitando la reparación de tejidos y la salud de la piel.
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Este enfoque integral en el cuidado cutáneo, la función tisular y la recuperación se trabaja en profundidad en el Máster en Fisioestética y Dermatofuncional de NUS Agency, una formación especializada que conecta ciencia y práctica clínica. Dentro de su programa se encuentra la asignatura Oxigenación tisular, donde se aborda cómo optimizar la salud de la piel y los tejidos a través de técnicas terapéuticas avanzadas, como la fangoterapia, la tecarterapia, la diatermia o el trabajo con agentes bioactivos.
Por tanto, la combinación de conocimientos dermatofuncionales y estrategias de regeneración tisular convierte a esta formación en una herramienta esencial para profesionales que desean incorporar terapias basadas en la evidencia al ámbito de la estética avanzada y la fisioterapia funcional.
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