Mercè Aguarón: “Enfermedades como el lipedema son consideradas ‘menores’ porque tienen un componente estético”

Tiempo de lectura: 6 minutos

Lipedema y sistema fascial. Dos términos que, hasta ahora, siguen siendo ignorados y desconocidos por el gran grueso de profesionales de la comunidad científica y, desde luego, también por el grueso de la sociedad. Como lo es -aunque cada día menos- la Fisioterapia Estética Dermatofuncional

Por ello, en NUS Agency hemos querido hablar con dos fisioterapeutas -aunque su formación va mucho más allá- cuyos nombres resuenan cada vez que se mencionan estos conceptos. 

Ricard Tutusaus (Sabadell, 1968), fisioterapeuta, osteópata y Doctorando en Cirugía y Ciencias Morfológicas, y Mercè Aguarón (Barcelona, 1983), también fisioterapeuta y experta en Sexología Clínica, tecnología Physium System y abordaje en paciente con lipedema, llevan adscritas a sus nombres unas especialidades que conllevan infinidad de retos. Y de ello hablaremos en la entrevista de hoy. 

Fisioestética:

Tratamientos corporales con fisiotestética dermatofuncional

Ricard. Como fisioterapeuta y osteópata, ¿puedes afirmar que entendemos el cuerpo como una unidad y estructura interconectada? ¿De qué manera?

R: Una de las cosas que hay que destacar más en referencia al trabajo con el paciente es que, nunca el trabajo de forma específica soluciona o resuelve todas las necesidades de la persona. Así que… Entender el cuerpo como un todo y abordarlo desde una perspectiva global es casi imprescindible. 

Hay una serie de elementos y de nexos que permiten que el cuerpo esté interconectado, y que estructuras tipo músculo-esquelético acaben interaccionando con elementos o estructuras de tipo visceral y al revés. Como en gran parte del trabajo que hacemos, incluso a nivel de Máster, se le da un peso específico al sistema fascial. Y cabe recordar que en el sistema facial precisamente el tejido conjuntivo, que es el que lo va a estructurar y a formar, sería el elemento clave en esta interconexión. Y de hecho cuando hablamos de cómo se relacionan las distintas estructuras anatómicas entre sí, aquí hay un peso específico realmente importante en el tejido conjuntivo, que es el elemento de interconexión o unión, de relación entre ellas. 

Ricard Tususaus: “Entender el cuerpo como un todo y abordarlo desde una perspectiva global es casi imprescindible"

Has hablado del sistema fascial, y es que tú, precisamente, eres especialista en Valoración y Tratamiento Fascial. Antes de nada, ¿podrías explicarnos qué es exactamente la fascia y cuál es su papel en las estructuras del cuerpo? ¿Cómo definirías ese sistema fascial?

R: De hecho, fíjate que cuando hablamos de sistema facial, el elemento integrador a nivel histológico o nivel de tejido es el tejido conjuntivo o conectivo… El nombre ya te dice lo que va a hacer y la función de esta estructura tisular. 

Este conector lo tenemos en todo el organismo. El tejido conjuntivo crea auténticas cadenas en nuestro cuerpo que lo relacionan absolutamente todo, y lo bueno que tiene eso es que estas cadenas que va a formar mediante elementos interconectados son cadenas anatómicas que podemos utilizar tanto para valorar al paciente como para tratarlo. 

En muchos casos, esas cadenas fasciales, miofasciales pueden convertirse, también, en cadenas lesionales. Eso es algo a tener muy en cuenta, porque debes pensar que, cuando hay algún tipo de alteración hacia esa parte del cuerpo y hacia ese tejido puede haber también tensiones más o menos importantes que se crean en otras partes del cuerpo más alejadas. La dificultad está en descubrir cuál es el origen de esta lesión o cuáles son las zonas que pueden estar perturbadas dentro de esta cadena fascial y, a partir de aquí, mirar de solucionarlo de la forma más correcta posible y con las herramientas que tengamos a nuestro alcance. 

Sin embargo, no es el único sistema de relación o de conexión, eso hay que tenerlo en cuenta. En este caso hablaríamos también de un sistema nervioso, del sistema endocrino.

Si incidimos más y hablamos del concepto microbiota, entonces, ¿de qué manera percibimos que fascia y microbiota están conectadas?

R: El tema de la microbiota es bastante complejo porque no incide solamente en la fascia o en este tejido conjuntivo, incide a nivel general. Un ejemplo muy claro de ello es el lipedema, puesto que tiene un papel más que determinante para la microbiota a nivel intestinal y, claro, para todo el cuerpo. 

En el caso del tejido conjuntivo, para ello obviamente es muy determinante el estado en el que se encuentre esta microbiota. Y cuando hablamos de ciertas alteraciones inflamatorias, articulares, musculares o tendinosas de nuestro cuerpo, a veces el factor determinante es que la microbiota tenga un cierto estado de salud o de equilibrio. 

Esta microbiota debe controlar qué elementos o qué sustancias pasan a través de la barrera intestinal al torrente sanguíneo creando una especie de barrera de permeabilidad, y lo que sucede en los casos en los que está alterada la microbiota y pasan sustancias que debieran ser eliminadas -sustancias inflamatorias y toxinas-, esto acaba afectando a tejidos de nuestro organismo, provocando reacciones inflamatorias en distintas regiones del cuerpo, ocasionando en muchos casos, dolor.

Como fisioterapeuta, ¿de qué manera recomiendas realizar un abordaje completo de este sistema fascial?

R: Yo creo que en ese sentido debemos tener muy presente que todo el mundo que realiza algo de terapia manual sobre el cuerpo del paciente está tratando de una forma u otra el sistema conjuntivo, o el sistema fascial. Es decir, cuando tú movilizas una articulación mueves elementos del tejido conjuntivo: mueves cápsulas articulares, mueves ligamentos… Y estás generando una serie de tensiones tisulares que van a derivar en el desarrollo incorrecto de la articulación que pueden afectar en la movilidad, como también en muchos otros aspectos. 

Cuando tú movilizas una estructura visceral, -por ejemplo en el abdomen o en el tórax-, estás provocando cambios de tensión de estructuras tisulares que envuelven estos órganos, los anclan a las paredes de la cavidad que los contiene y facilitan la relación entre ellos. Por tanto, estamos actuando sobre unas serosas como el peritoneo o las pleuras, mejorando su función y la de los órganos que rodean.

¿Hay formas más precisas de trabajar según qué tipo de estructuras? Desde luego. Claro está que no es lo mismo trabajar elementos situados en capas más superficiales, es decir, de justo debajo de la piel, o elementos viscerales más profundos que, evidentemente, requieren una contundencia mayor en la acción, sin que esta contundencia se entienda como agresividad ni que genere dolor. 

En fisioterapia hay muchas formas de abordaje, cada terapeuta tendrá su forma de trabajar, en este caso, Mercè y yo, en las formaciones que realizamos, precisamente lo que intentamos mostrar es nuestra forma de trabajar o de abordar este sistema fascial: la valoración y el tratamiento de estructuras musculares o miofasciales, la parte más visceral o viscerofascial y todos los nexos de unión o relación entre ellos… En definitiva, y como he dicho, aquello que de una forma u otra puede presentar algún tipo de alteración o de lesión.

Ricard Tutusaus: "Cuando realizamos algo de terapia manual sobre el cuerpo del paciente tratamos de una forma u otra el sistema conjuntivo"

Recapitulando entre toda la información, podríamos decir que entendemos las fascias como tejidos conectivos que envuelven, sostienen y conectan todos los órganos, músculos y estructuras del cuerpo. O sea, como una red tridimensional que proporciona soporte y cohesión a todo nuestro sistema. Como tú has dicho, Ricard, podemos decir que, trabajando el sistema fascial se pueden abordar elementos viscerales profundos, o sea, órganos. ¿Cuáles son estos órganos diana a trabajar a través de la fascia y cómo se manipulan?

R: Lo cierto es que no se trabajan especialmente con un abordaje más completo, específico o extenso. Lo que sí que es cierto es que según lo que se quiera conseguir en ese paciente, y según qué alteraciones o disfunciones padezca este mismo, como fisioterapeuta te puede interesar trabajar unos órganos u otros. Solamente con una buena valoración del paciente, estableceremos que estructuras viscerales son clave en su tratamiento, para abordarlas eficazmente.

Te pongo un ejemplo: si tenemos un paciente que padece, por ejemplo, de reflujo gastroesofágico, nos va a interesar mucho trabajar en estructuras implicadas en ese mismo reflujo. Y eso significa trabajar sobre un estómago y elementos vecinos como el hígado, o estructuras musculares como el diafragma. Pero en ese tipo de pacientes, además, como suele haber una reacción en forma de quemazón, dolor y molestias en zonas del cuerpo como en el tracto esofágico o detrás del esternón y en el cuello o la garganta, por ejemplo, eso implica que también debamos tratar estas áreas.

En cambio, si lo que pretendes sobre un paciente es conseguir un efecto en el sistema nervioso vegetativo y que mejore la función intestinal, sería interesante tratar las zonas de paso de algún elemento del sistema nervioso parasimpático, como, por ejemplo, el trabajo del nervio vago, que contribuye a regular la función de estos elementos viscerales.

Antes de hablar más profundamente acerca de la fisioterapia estética dermatofuncional, me gustaría que hablásemos, como se ha dicho, de la relación que tiene la microbiota precisamente con el sistema nervioso. Mercè, ¿qué puedes decirnos al respecto?

M: Al final, esta relación se puede resumir con una metáfora: y es que todo depende de los acuerdos que nuestro organismo tenga con el enjambre de bacterias, hongos y microorganismos que residen en él. Para ejemplificarlo, a mí me gusta decir que nuestro cuerpo tiene un acuerdo con algunos de ellos y con otros no.

Entonces, con los que tenemos un acuerdo, por decirlo de algún modo, tenemos una simbiosis: ellos nos dan y nosotros les damos. Y, a través de esa simbiosis somos capaces de digerir, de sentirnos de una determinada manera gracias a las sustancias que estos microorganismos vierten en sangre. 

Esto sucede de tal manera que si cambiamos el patrón de microbiota a nuestro microbioma y éste se desequilibra -o bien porque nos infestamos de microorganismos con los que no tenemos esos acuerdos previos, o bien porque se ha desequilibrado en cuanto a volumen-, nos van a verter tóxicos en sangre que pueden producir sensaciones y emociones que nos desequilibran, como por ejemplo, hacernos sentir más tristes o más depresivos. 

Mercè Aguarón: “Si cambiamos el patrón de microbiota a nuestro microbioma y éste se desequilibra nos van a verter tóxicos en sangre que pueden producir sensaciones y emociones que nos desequilibran”

Entonces, esto va a tener una relación directa sobre cómo somos, cómo estamos y cómo nos sentimos. Y lo que sucede, ahora, y tal y como vive la sociedad actual, a unos niveles de estrés estratosféricos, es que estos desajustes son cada vez más visibles. Estos microorganismos con los que tenemos un acuerdo de vida nos condicionan de manera tan directa son muy sensibles a las tasas de estrés, entonces, continuamente estamos desajustándolos. 

Muchas veces lo argumento refiriéndome a un anfiteatro. Me explico: puedes imaginarlo como un anfiteatro donde cada silla corresponde a un microorganismo. Entonces, si yo tengo todo el patio cubierto, ya no puedo hacer entrar cepas correctas de esos microorganismos -como por ejemplo probióticos-, porque no se quedarán, no tienen dónde sentarse. Tal y como entran, saldrán. 

Lo que tengo que hacer, pues, es vaciar esas sillas y procurar espacios vacíos para microorganismos o cepas beneficiosas para nosotros. Si no, es imposible. 

Cuando la microbiota está alterada, también se altera la permeabilidad intestinal, permitiendo la entrada de tóxicos a la sangre, pero a su vez sucede algo parecido en la barrera hematoencefálica, permitiendo la entrada de esos tóxicos y células inflamatorias a nuestro cerebro produciendo, a largo plazo, inflamación cerebral y va a relacionarse directamente con patologías neurodegenerativas como la esclerosis múltiple, el Alzheimer o el Parkinson. 
Lipedema 2.0

Una de las áreas de las que sois expertos, en especial Mercè, también, es en el tratamiento de los lipedemas. ¿Podrías explicar qué son y cómo trabajarlos?

M: La cuestión de los lipedemas va directamente relacionada con lo que te acabo de comentar. Para empezar, el lipedema es una enfermedad que la Organización Mundial de la Salud (OMS) no la cataloga como tal hasta el último ICD‑11, en 2019, cuando se incluye en el capítulo de patologías de la piel, grasa y tejido celular subcutáneo. 

El lipedema consiste en una en una inflamación del tejido graso y en un encapsulamiento de ese adipocito que es la célula grasa y que va directamente relacionado con un aumento de la permeabilidad intestinal. Eso quiere decir que cuando la microbiota se ha alterado -cosa que ocurre en gran parte de la población- y pasan sustancias que no son deseables o que pasan antes de tiempo y por lo tanto no son reconocidas, se produce una hiperestimulación del sistema inmune, que, banalmente hablando, se vuelve loco. 

Esto, lo que va a hacer es provocar una tormenta de citoquinas -que son sustancias que promueven la inflamación- y, en el caso del lipedema, va a inflamar el punto débil -la grasa-, produciendo una inflamación de ese adipocito y un endurecimiento de esta. Con lo cual, vemos que esa grasa no tan solo está muy inflamada, sino que además se endurece y, al endurecerse, se comprime y produce dolor. 

Mercè Aguarón: “El lipedema no responde ni a dieta ni a ejercicio. Para conseguir controlarlo se debe aplicar la lipomesoplastia, una téncica prácticamente desconocida”

Además, este lipedema no se puede diagnosticar con un ecodoppler, entonces… Cuando se intenta diagnosticar de ese modo no conseguimos poder incidir en la problemática real. La cuestión, entonces, radica en mirar hacia los vasos perforantes más pequeños, no llevar la mirada al gran vaso. Así se consigue avistar la pequeña punta del iceberg. 

Bajo mi experiencia, te aseguro que, poder atacar ahí significa, al fin, poderlo abordar en mayúsculas. Desde luego que el problema no va a desaparecer, porque si hay algo que sabemos del lipedema es que es genético, pero si se aborda bien puedes aprender a convivir con él.  

Nosotros, con un buen abordaje podemos conseguir resetearlo, controlarlo. Es decir, controlar la alimentación para hacer un “lavado”, para ayudar a que el cuerpo regenere mucosa y limpie el “patio de butacas” que comentábamos antes para eliminar las sustancias tóxicas, desinflamar el organismo y evitar la cirugía. Ejercer un control del lipedema es crucial porque éste no responde ni a dieta ni ejercicio.

¿Cómo resetear ese lipedema para revertir el aumento de células grasas y frenar el encapsulamiento?

M: Para poder hacerlo se debe aplicar la lipomesoplastia, un tratamiento que estimula el metabolismo de las células grasas a nivel local, mediante múltiples micropunturas. 

Esta técnica, que solo lo realiza un mismo profesional en distintas ciudades como Barcelona o Madrid, va acompañado de una reestructuración a nivel intestinal con la introducción de probióticos y la aplicación de una dieta cetogénica antiinflamatoria que nos llevará a disminuir la ingesta de carbohidratos para conseguir destruir la reserva lipolítica y la quema de grasa. 

Entonces… ¿Cuál es el resultado de combinar lipomesoplastia y dieta cetogénica antiinflamatoria? Reducción de volumen, reducción de inflamación y descompresión. 

Como fisioterapeuta, saber aplicar este tratamiento para controlar el lidepedema es básico porque cambia la vida del paciente por completo. Y esto puedo afirmarlo porque yo misma sufro de lipedema y, tras aplicar todo lo que te he comentado, pude llegar a reducir peso, pude reducir el dolor, pude proteger mi sistema inmune y mi microbiota y pude dar respuesta a las supuestas ‘intolerancias’ que me iban apareciendo poco a poco. Y ojalá me lo hubiesen podido diagnosticar antes.

El lipedema, además, es  una enfermedad que afecta básicamente a mujeres porque va ligado a los estrógenos, así que, en las fases de la vida en las que una paciente genera más estrógenos -pubertad, embarazo, etcétera-, va a aumentar más y más de manera progresiva.

¿Dónde empieza a aparecer ese lipedema? ¿A través de qué o cómo se puede diagnosticar antes?

Existe una desproporción que empieza por las piernas, la parte del cuerpo que tiene más dificultad para drenar. Allí es donde empiezan a depositarse estos adipocitos y, una imagen muy típica que nos ayuda a generar esta alerta es que las piernas se inflaman solamente hasta el tobillo, produciendo un signo que se denomina “Signo de la Copa”. 

Por eso, a mí, como fisioterapeuta, me interesa tanto divulgar y trabajar en base a este diagnóstico y tratamiento. Al final, como profesionales, contribuimos, así, a paliar el dolor que sufre la paciente, además de trabajar en su imagen corporal, en el componente estético y en su autoestima. 

Con el lipedema lo que sucede es que los especialistas no hacemos un trabajo de prevención, sino de control. Para mí eso es importante. Y con el control me refiero a seguir las pautas que hemos comentado antes.

Ricard Tutusaus: “El campo de la fisioestética es espectacular y nos brinda muchos enfoques, tratamientos y abordajes distintos para que los fisioterapeutas puedan desarrollarse como especialistas”

R: A mí me gustaría puntualizar que lo importante de todo esto es que encaja en el perfil del programa de Máster de Fisioterapia Estética Dermatofuncional que NUS Agency quiere ofrecer. De hecho, cuando hablamos del lipedema estamos haciendo referencia al uso de una tecnología poco conocida, a una patología que mucha gente padece pero que se desconoce generalmente, como también se desconoce su desarrollo y se desconoce su tratamiento.

Por ello es tan sumamente importante plantear que un concepto como el lipedema se aprenda en un programa de Máster. Este concepto es realmente curioso e importante y tiene una gran cabida en programas de este tipo, por ello, es necesario darle visibilidad en el ámbito de la fisioestética. 

Al fin y al cabo, en fisioterapia estética lo que hacemos es tratar muchas cosas: cicatrices, reparaciones tisulares, etcétera, y el campo de la fisioestética es espectacular y nos brinda muchos enfoques, tratamientos y abordajes distintos para que los fisioterapeutas puedan desarrollarse como especialistas. Y, en este caso, el campo del lipedema es espectacular y permite que el fisioterapeuta tenga una presencia realmente importante y relevante, aunque quizás, aún es poco conocida. El fisioterapeuta tiene los recursos, tiene el material, tiene la formación y tiene la maquinaria necesaria para hacer un trabajo de este tipo. 

Sin embargo, aún hoy poca gente lo puede trabajar, al menos, conscientemente y sabiendo o viendo globalmente cómo se concibe el concepto del lipedema. Y, al final, esa es la parte debe resaltarse en una formación de máster. Con el lipedema, y con muchos otros conceptos que aún hoy se desconocen en la sociedad y en un amplio grueso de la comunidad sociosanitaria, podemos abrir una vía de trabajo con mucho futuro. 

Portaa lipedema artículo

En la actualidad, en la Fisioterapia se está empezando a detectar una necesidad formativa aún mayor que nos abre un campo de trabajo a raíz de la Fisioterapia Estética Dermatofuncional, y conceptos como el del lipedema, muy interesante.

M: Desde luego. Además, yo creo que conceptos como el del lipedema no se incluían en formaciones de Grado o Máster. De hecho, a nivel de investigación, esta afección lleva muchos años de documentación y análisis y hay personas de referencia que lo han investigado, han luchado  para que se reconozca científicamente como es debido. 

Ocurre que enfermedades como el lipedema son consideradas “menores” porque tienen un componente estético. Y, de hecho, luchar porque estén reconocidas como tal ayuda mucho a romper con la etiqueta que liga lo ‘estético’ a lo ‘superficial’. Para mí, el hecho de que podamos dar esas herramientas a fisioterapias que quieren desarrollarse en un nuevo campo y desempeñarse conjuntamente con otros profesionales que tratan la Imagen Corporal y la dermoestética en su amplio concepto es algo muy potente e interesante. 

Y poder derivar a los pacientes a otros profesionales que tienen competencias distintas a las nuestras para acompañarlos lo mejor posible es crucial y básico para poder brindarles un cuidado óptimo. 

Mercè Aguarón: “Conceptos como el del lipedema aún no se incluyen en formaciones de Grado o Máster”

Al final, intentando ir más allá podemos llegar a hablar de la Imagen Corporal ligada a la autoestima y el autoconcepto de los y las pacientes.

M: En ese sentido, creo que la gran importancia que tiene esta difusión que se está haciendo es para que el propio fisioterapeuta sea capaz de percibir lo que puede llegar a crecer en el campo de la Fisioestética y que sea consciente de lo que esta especialización puede aportar en su formación. 

Aún hoy, la Fisioestética es una gran desconocida. Y, realmente, ¡el campo de aprendizaje es enorme! Y saber desarrollarse en este campo y poder ayudar a pacientes que han sufrido alguna lesión traumática, alguna enfermedad grave o que simplemente quieren potenciar su autoestima desde el punto de vista fisioterapéutico y trabajando conjuntamente con otros profesionales, es algo increíble. 

No debemos olvidar que salud y estética siempre, siempre, van muy ligadas. Y en ese campo todos los profesionales tenemos una presencia y una cabida. 

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