
¿Qué tipos de peelings químicos para el acné son los más adecuados?

El acné es una de las afecciones cutáneas más frecuentes y, aunque muchas veces se asocia con la adolescencia, puede persistir en la edad adulta dejando manchas, poros dilatados y cicatrices que resultan difíciles de tratar con cosmética convencional.
En este escenario, el peeling químico para acné se ha convertido en una de las herramientas más eficaces dentro de la dermoestética. No solo ayuda a mejorar la piel durante el brote, sino que también es capaz de atenuar las marcas y devolver luminosidad y uniformidad al rostro.
¿Qué es un peeling químico y cómo actúa en pieles acneicas?
El peeling químico consiste en la aplicación controlada de determinadas sustancias, habitualmente ácidos, que provocan la exfoliación de las capas más superficiales de la piel. Este proceso no solo libera los poros obstruidos, sino que estimula la regeneración celular y favorece la producción de colágeno.
En concreto, en una piel con acné, estos mecanismos se traducen en una notable reducción de la grasa, una menor formación de comedones, la atenuación de manchas postinflamatorias y una mejora progresiva de la textura y la elasticidad cutánea.
Tipos de peelings más utilizados en el tratamiento del acné
1. Peelings con ácido salicílico
El más empleado en casos de acné activo es el ácido salicílico, un beta-hidroxiácido liposoluble que penetra en los poros y actúa directamente sobre el exceso de sebo. Su acción antiinflamatoria lo convierte en el aliado perfecto para pieles grasas y con tendencia a brotes.
2. Peelings con ácido glicólico
En cambio, el ácido glicólico pertenece a los alfa-hidroxiácidos y se utiliza con frecuencia cuando además de acné existen manchas residuales o un tono apagado. Su capacidad para renovar la superficie cutánea lo hace idóneo para unificar el color y suavizar las imperfecciones.
3. Peelings con ácido láctico
Muy relacionado con el ácido glicólico, el ácido láctico ofrece un efecto más suave y es especialmente beneficioso en pieles secas, ya que combina su acción exfoliante con una mejora en la hidratación y la luminosidad.
Peeling químico facial: cómo aplicarlo
4. Peelings con ácido mandélico
Otro ácido muy valorado en el tratamiento del acné es el mandélico, derivado de la almendra amarga. Se caracteriza por ser menos irritante que otros y es una excelente opción para pacientes con piel sensible, más oscura o con rosácea. Su acción progresiva y segura lo hace ideal para quienes se inician en este tipo de tratamientos.
5. Peelings con ácido tricloroacético
En el caso de que el objetivo sea mejorar cicatrices superficiales o marcas más persistentes, el ácido tricloroacético entra en escena. Su efecto es más intenso y, aunque requiere un tiempo de recuperación mayor, ofrece resultados notables en la calidad de la piel.
De hecho, un artículo publicado en la revista Actas Dermo-Sifiliográficas de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) muestra que los pacientes tratados con peelings de ácido tricloroacético consiguieron mejorías moderadas o importantes en cicatrices de acné, alcanzando hasta un 70 % de reducción de las mismas después de una media de seis sesiones.
Estos resultados se explican por su capacidad exfoliante y regeneradora, ya que este ácido estimula la síntesis de colágeno y el remodelado dérmico, mejorando la firmeza y textura cutánea.
6. Peeling de Jessner
En un punto intermedio está el peeling de Jessner, una combinación clásica de ácido salicílico, láctico y resorcinol que resulta muy eficaz en pieles grasas y con acné inflamatorio, incluso en casos de acné quístico. Por supuesto siempre bajo valoración de un profesional dermoestético o médico.
¿En qué momento conviene realizar un peeling químico para acné?
Hay que tener en cuenta que saber cuándo aplicar un peeling químico es tan importante como elegir el ácido adecuado.
Los meses de otoño e invierno son los más recomendables para someterse a este procedimiento, ya que la menor exposición solar reduce el riesgo de pigmentaciones indeseadas.
Conclusión
El peeling químico para el acné es un tratamiento seguro y eficaz siempre que se lleve a cabo bajo supervisión profesional y se adapte a las necesidades de cada piel. El ácido salicílico continúa siendo la opción de referencia en pieles acneicas. Mientras que el glicólico, el mandélico, el láctico, el ácido trícloroacético o el Jessner aportan beneficios específicos en función del tipo de acné y de las características individuales del paciente.
En el Máster Enfermera Gestora de la Imagen Corporal y Dermoestética, Núria Sáez Gómez, enfermera gestora de la imagen corporal y dermoestética, docente u directora de este programa, imparte una asignatura centrada en protocolos avanzados para el cuidado cutáneo, donde aborda los distintos tipos de peelings y su aplicación según cada tipo de piel. Además, este tratamiento y su aplicación se pone en práctica durante las prácticas intensivas del máster.
Referencias bibliográficas:
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