Beneficios físicos y emocionales de la música en el sistema sanitario español

Beneficios físicos y emocionales de la música
Tiempo de lectura: 6 minutos

¿Cuáles son los beneficios físicos y emocionales de la música? ¿Cómo afecta la música a nuestra salud mental y a nuestro bienestar? ¿Por qué cantar o escuchar música es bueno? Desde luego, la música está presente en todos los ámbitos de la vida y es mucho más que un simple elemento de la cotidianidad: es una parte intrínseca de la salud y bienestar individuales y colectivos. A raíz de esta premisa, en NUS Agency pretendemos discernir de qué manera la música contribuye positivamente en el desarrollo del ser humano y cómo, a través de su uso, puede hacerse posible una conexión músico-emocional para aliviar el dolor y para combatir numerosas dolencias físicas y psíquicas. 

En Valencia, España, el pasado 3 de noviembre de 2022 se presentó una Propuesta no de Ley ante la Comisión de Sanidad y Consumo de las Cortes Valencianas que instaba al Gobierno a incorporar la música en el sistema sanitario de la comunidad. Por lo tanto, el desarrollo de estas próximas líneas se centra en la consideración y el análisis de esta iniciativa para su contribución positiva sobre las terapias musicales en la gestión de estrés, ansiedad, u otras muchas reacciones emocionales. 

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La terapia musical en los cuidados paliativos

Los beneficios físicos y emocionales de la música y el sonido en nuestro día a día

La música está presente en todos los ámbitos de nuestra vida. Puede cambiar el estado de ánimo, ayudar a contar una historia -o contarla- o hacer de colchón cuando el ser humano quiere abrazar sus emociones y no encuentra consuelo en otras actividades. La música es mucho más que un simple elemento de la cotidianidad humana: es una parte intrínseca de la salud y bienestar individuales y colectivos.

Según numerosos estudios que hablan sobre psicología musical y que destacan que los primeros instrumentos musicales provienen de la Prehistoria, también destacan que el ser humano ha aprendido a hacer música antes que a hablar. Mirando este aspecto en retrospectiva se descubre que el nacimiento de la música lo representan los sonidos de la naturaleza. El ser humano escucha su entorno y lo imita y se expresa puramente. Esta imitación respondía al deseo de deformar la realidad para obtener una fuerza mágica más grande. La imitación, por tanto, surgió como práctica estratégica de caza, fertilidad, etc. Así pues, observamos cómo los más primitivos antepasados del ser humano empleaban este método para comunicarse como respuesta a amenazas y situaciones de peligro o como herramienta de supervivencia. 

El catedrático inglés de Arqueología en la Universidad de Reading, Steven J. Mithen, habla de los orígenes de la música haciendo referencia a que los seres humanos podríamos invocar nuestro proceso educativo y a la sociedad en la que vivimos; pero este aspecto tendría que dar cuenta de los gustos musicales de cada individuo. Entonces, la explicación debería ir más allá, puesto que una de las razones por las cuales la música es tenida en gran estima es una característica universal de la humanidad. Darwin, incluso, en la obra The descent of man, and selection hablaba de los sonidos musicales como una de las posibles bases más primigenias para el desarrollo del lenguaje. ¿Cómo explicamos el tarareo de una madre para calmar a su bebé, si no lo relacionamos con un fenómeno musical previo al lenguaje? 

Música y psique: ¿cómo beneficiaría la introducción de la música en el sistema sanitario en el bienestar de los pacientes?

Entonces, ¿cuáles son los beneficios físicos y emocionales de la música? ¿De qué manera podemos unir música y psique? Identificando uno de los propósitos de la música tan claros como la “cohesión social”, tal vez, entonces, no se esté tan lejos de afirmar que música y emociones se correlacionan estrechamente; y de discernir que, en realidad, a través de su escucha se puede llegar a alterar el estado emocional. Tal vez, así, se entiendan las intenciones de la propuesta presentada ante la Comisión de Sanidad y Consumo celebrada en las Cortes Valencianas. El pasado 3 de noviembre de 2022 se aprobó la Propuesta no de Ley con voto afirmativo de todos los grupos políticos que instaba al Gobierno valenciano a incorporar la música en el sistema sanitario de la comunidad. 

Esta iniciativa, sin duda una propuesta pionera en España, resalta la importancia de “la humanización de la experiencia sanitaria mediante la música, presentada por el Grupo Parlamentario Socialista”. En ese orden de ideas, es importante considerar cómo la  introducción de la música dentro del sistema sanitario valenciano contribuye positivamente  en el cuerpo humano, consiguiendo establecer una conexión músico-emocional que puede llegar a aliviar el dolor y combatir numerosas dolencias físicas y psíquicas.

Una iniciativa innovadora para el Sistema de Salud español

Esta resolución, en caso de materializarse, haría que la Comunidad Valenciana se convirtiese en la primera comunidad en destinar presupuesto oficial para la inclusión de la música en su sistema sanitario. Según evidencias neurocientíficas que hacen referencia a la música como un elemento clave que desempeña un importante papel en el comportamiento humano, como los estudios del divulgador científico y director del Máster de Neuromúsica de NUS Agency Jordi A. Jauset, se habla de la música como un importante eje para obtener beneficios físicos y emocionales en el ser humano. El comunicador y divulgador científico concluye que “una de las fortalezas de la música es su capacidad de evocar emociones y, por tanto, de los correspondientes cambios en los parámetros fisiológicos (hormonas, tasa cardíaca y respiratoria…) que subyacen con el estado emocional. Cualquier actividad musical (…) es una actividad muy dinámica para el cerebro, generándose respuestas a través del sistema nervioso que afectan a las constantes fisiológicas, así como a la bioquímica cerebral.” 

Además, y según afirma el psicólogo clínico y musicoterapeuta Pepe Olmo, el fenómeno musical “es algo ancestral y universal”. Según Olmo, “la música conecta con lo más básico de nuestro ser. Activa un montón de áreas del cerebro al mismo tiempo: la memoria, el ritmo, las emociones.” Además de eso, y en referencia a artistas y creadores musicales, la psicóloga musical Rosana Corbacho asegura que la música en psicología puede ayudar a gestionar “todo lo que conlleva el estrés, la ansiedad, la presión y las emociones que se esconden detrás de la industria musical. Cosas que existen, pero de las que casi nadie habla.”

Beneficios físicos y emocionales de la música

La música para canalizar y sobrellevar el dolor psíquico

Numerosos estudios neurocientíficos aseguran que la música tiene la capacidad de cambiar estados de ánimo, actuando a través de las muchas estructuras emocionales del cerebro. El neurocientífico Miguel Ángel Gago habla de la neurociencia como una disciplina integral que asocia las diversas estructuras recordando “que la neurociencia en su aplicación y sobre aspectos cerebro-mentales y del comportamiento, por ser holística e integradora, recurre a disciplinas varias que la pueden complementar. Por ejemplo, la filosofía, la física, la química, la biología, la psicología, la sociología, la antropología y la estadística.” 

A través de este pretexto, las diferentes ramas de la neuromúsica trabajan la “sensorialidad”, para que el receptor pueda llegar a comprender la emoción que está sintiendo y conseguir canalizarla. A través de la historia de la musicoterapia, se constata un hecho común, que es la capacidad de la música para producir efectos en el ser humano a todos los niveles: biológicos, fisiológicos, psicológicos, intelectuales, sociales, espirituales, etc. 

Está comprobado científicamente que la música ayuda a aumentar el bienestar y reducir la ansiedad de distintos tipos de pacientes de cáncer, hemodiálisis, UCI o en Unidades de Salud Mental o Geriatría, por ejemplo. Ana María Gutiérrez, investigadora de la Universidad de Córdoba, habla de ella como una “herramienta de enorme eficacia en la medicina, contribuyendo a aliviar y tratar los síntomas de toda clase de enfermedades físicas y psíquicas desde una perspectiva creativa y distendida, que ayude además a potenciar las habilidades del paciente y contribuya al bienestar interno. Esto permite al individuo enfrentarse al sufrimiento y a la merma física y mental propia de cada patología afrontando su realidad de forma más esperanzadora, pudiendo además aliviar sus tensiones y evadirse en ocasiones de su dura realidad.” ¿Por qué no impulsar que la música forme parte de los planes de salud de los distintos sistemas sanitarios del país? Entonces, la iniciativa de la Propuesta no de Ley ante la Comisión de Sanidad y Consumo de las Cortes Valencianas; de materializarse, se convertiría en la primera de la historia española en recibir presupuesto de una comunidad autónoma. La inclusión de terapias musicales en el sistema sanitario puede ayudar a gestionar estrés o ansiedad y otras muchas reacciones emocionales.

Son muchos los beneficios físicos y emocionales de la música

Sin duda, en referencia a la música se deben tener en cuenta los múltiples beneficios que, en palabras de Gutiérrez, “produce en el sujeto de manera holística y su enorme difusión; a través de todos los medios y en toda clase de contextos”. La música encierra todo un mundo de posibilidades que, poco a poco, están empezando a eclosionar. El campo médico es consciente de ello, por eso, la musicoterapia es cada día más utilizada por los profesionales del sector médico. 

Como afirma la psicóloga Ileana Mosquera, “se puede concluir que la música desde tiempos antiguos ha venido mostrando su gran capacidad para incidir en la vida de una persona, afectando de una manera agradable o desagradable en sus emociones, interviniendo en la mente, cuerpo y espíritu.”. Indudablemente, el uso de la musicoterapia contribuye en un gran número de efectos que se entroncan con todas las facetas del individuo. Estas técnicas, no invasivas, pueden ayudar a incidir de manera decisiva tanto en el estado psíquico como físico del paciente. En definitiva: en palabras de la investigadora Gutiérrez, “todos estos beneficios se traducen en una mejora del individuo a nivel personal y, en consecuencia, interpersonal y social.” 

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