Cáncer de mama y terapia breve estratégica: ¿cómo acompañar a las pacientes?

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Chantal Blanco

Especialista en Terapia Breve Estratégica por el Centro de Terapia Strategica de Arezzo y Mental Research Institute de Palo Alto.
A lo largo de su carrera profesional ha formado, asesorado y colaborado con diversas entidades como formadora gestora, consultora.

terapia cáncer de mama

El diagnóstico de cáncer de mama tiene un impacto enorme para la persona que lo recibe. Éste supone una amenaza que hace peligrar su vida en muchos aspectos. Perder la salud probablemente provoque un torbellino de emociones que acabe afectando inevitablemente a la relación que la persona tiene consigo misma, con los demás y con el mundo.

El papel del psicólogo se centra en acompañar a la persona en todo el proceso de enfermedad. Dado que las necesidades de la persona serán cambiantes y las emociones que irán apareciendo también, éste debe tener la habilidad de ir ajustando la intervención ad hoc en todo momento y construir junto con el paciente la mejor estrategia en cada momento.

Los objetivos centrales para realizar este acompañamiento a una persona que ha sufrido -o está sufriendo- cáncer de mama se centrarán en ayudarla a superar los desafíos emocionales que se presenten y a desarrollar estrategias efectivas para lidiar con la enfermedad.

Entrevistas:

Karen Carvalho: “En Terapia Breve Estratégica, la buena estrategia es la que funciona”

¿Cómo puede ayudar la Terapia Breve Estratégica a una paciente con cáncer de mama?

Veamos en qué sentido puede ayudar la TBE a la paciente que sufre o ha sufrido cáncer de mama, como también otro tipo de enfermedades oncológicas:

  1. Gestión emocional: a medida que avanzamos en el proceso van apareciendo diferentes emociones como miedo, rabia, dolor, etcétera. Ante estas emociones y ese proceso el psicólogo debe acompañar al paciente y ofrecerle estrategias que le permitan explorar y transitar de forma segura cada una de estas emociones. Si realizamos un buen acompañamiento en lo referido a su expresión, podemos favorecer el uso de la fuerza de la propia emoción en un sentido más constructivo y evitar que éstas lleven al bloqueo.
  2. Cambio de perspectiva: la TBE ayuda a los pacientes a examinar sus creencias y pensamientos relacionados con el cáncer de cara a generar nuevas maneras de percibir y reaccionar tanto al diagnóstico como al tratamiento. Este cambio es algo que va sucediendo a medida que vamos avanzando en el proceso de terapia y a medida que la persona se va enfrentando a los diferentes desafíos que se le van presentando.
  3. Estrategias de afrontamiento orientadas a lidiar con el estrés y ansiedad: Es fundamental enseñar a la persona a gestionar el miedo, analizar las demandas tanto externas e internas que van apareciendo y ayudarla a ir fijando metas realistas que la lleven a ajustar sus acciones de una manera más funcional.
  4. Fortalecimiento de la resiliencia: la TBE ayuda a la persona a reconocer y utilizar sus propios recursos internos para hacer frente a la enfermedad y enfrentarse a los desafíos emocionales de los que hemos hablado.
  5. Mejora en la calidad de vida: es importante acompañar a la paciente a encontrar un equilibrio emocional y mejorar su calidad de vida a través del mantenimiento de relaciones significativas, cuidado de sí misma y búsqueda de placer y satisfacción en su vida diaria.

Cáncer de mama y terapia breve estratégica: las diferentes etapas del proceso terapéutico

Si observamos el proceso de la enfermedad a través de las diferentes etapas veremos qué emociones suelen estar más presentes en cada una de ellas. Poder informar y explicar a la paciente a qué se va a tener que enfrentar en cada una a nivel emocional le ayuda a entenderlo como algo esperable y a no culpabilizarse por cómo se va sintiendo en cada momento:

  1. Diagnóstico: puede aparecer incredulidad inicial ante la noticia. Ésta provoca un gran choque que lleva a la persona a resistirse a creerse esa información, pues, de hacerlo, la desbordaría. Entender esta reacción como parte del proceso es fundamental para brindarle una ayuda adecuada. A ésta le sigue en mayor o menor medida una etapa en la que la rabia aparece y la persona se pregunta por qué le ha sucedido a ella y lo injusto que le parece, sintiendo enfado por todo lo que va a alterar en su vida la enfermedad.
  2. Tratamiento: en esta fase la terapia deberá adaptarse continuamente a cada situación y emoción que vaya apareciendo, pues será muy cambiante y oscilará entre el miedo, la incertidumbre, el dolor, e incluso la culpa. Entender cada una de ellas en cada momento y darle estrategias para que las gestione será clave.
  3. Fin del tratamiento: es muy probable que al finalizar aparezca una sensación de vacío y dolor importante. El psicólogo debe ayudar a la paciente a no perderse y retomar el camino de su vida previa a esta rutina de visitas y tratamientos a través de metas realistas y medidas.
  4. Recurrencia: la reaparición de la enfermedad lleva a la persona a una emoción intensa de desesperanza, donde reaparecen emociones como el dolor y el miedo. Acompañarla de nuevo en estos momentos y ayudarle a mantener el rumbo de su vida va a ser también nuestra función principal.
  5. Fase terminal: el fin de la lucha por la cura viene acompañado por una fase de cuidados paliativos que hay que ir introduciendo poco a poco y ayudar a la paciente a adaptarse y sobrellevar el dolor, las dificultades que vayan surgiendo y los pensamientos y emociones que irán apareciendo. La escucha y presencia serán claves para acompañar de una manera adecuada en estos momentos. Animarla a ella y a la familia a mantener al máximo su autonomía personal ayudará a vivir esta situación de una manera más digna y respetuosa.
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Aspectos relevantes de la terapia breve estratégica ante el paciente oncológico

Tal y como hemos comentado al inicio, es tarea del psicólogo estar muy atento a cómo se va sintiendo la persona para ir acompañándola y construyendo la intervención más adecuada en cada momento. Es importante que el profesional trabaje ciertos aspectos relacionales y de su comunicación claves en este tipo de acompañamientos:

  • Habilidades para analizar los intentos de respuesta y/o solución que ha intentado emplear el paciente y que le han podido llevar al bloqueo.
  • Habilidades para ofrecer la estrategia más adecuada que le lleve a dar la respuesta más funcional en cada momento para conseguir romper ese bloqueo.
  • Estrategias comunicativas -como el diálogo estratégico-, que guían a la persona a descubrir una nueva manera de percibir y reaccionar al problema que se le presenta.
  • Flexibilidad para ir adaptando la intervención a las necesidades cambiantes del paciente.
  • Capacidad de escucha y acompañamiento en el dolor sosteniendo los silencios que se puedan generar. Habilidades para que el paciente sienta comodidad ante los silencios y se permita sentir aquello que necesite de una manera lo más respetuosa posible.
  • Análisis adecuado de la información que puede procesar la persona en cada momento que nos permita intervenir e informar de manera adecuada respetando sus tiempos. No hacerlo podría provocarle más angustia y bloqueo.

La terapia breve estratégica se ha demostrado como una terapia fundamental en el acompañamiento de este tipo de procesos de enfermedad como ejemplifica el cáncer de mama. Ésta construye una intervención eficaz a través del análisis de cómo percibe y reacciona la persona al problema. Y es este análisis y redefinición constante de las necesidades del paciente que facilitan la flexibilidad que requieren estos procesos tan complejos y cambiantes.

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