Isabel Granados: “Que el Consejo General de Enfermería deje finalista a un proyecto como nuestro ensayo es algo innovador»
Ácido hialurónico para pacientes mastectomizadas: así es el proyecto finalista de la Beca ‘En la piel de la enfermera’ de 2023 impulsado por Isabel Granados y Mariona Urbano, alumnas del Máster en Imagen Corporal de NUS.
El Consejo General de Enfermería, la agrupación de Colegios Oficiales de Enfermería del territorio español ha celebrado, este 2023, la segunda edición de la Beca ‘En la piel de la enfermera’. En motivo de esta acción, enmarcada dentro de la campaña del mismo nombre que han organizado conjuntamente CGE y CeraVe, se han acogido más de 30 trabajos que han perseguido “la mejora de la calidad de vida de los pacientes a través de la piel”.
Desde el pasado mes de enero y hasta el 15 de marzo se ha trabajado en el análisis y valoración exhaustivos de las diferentes investigaciones con el objetivo de “potenciar su liderazgo y que todo ello revierta en una mejora para la población”, de entre los que han destacado temáticas diversas como los cuidados de grupos de pacientes específicos, como el paciente oncológico. De hecho, de esto hablaremos hoy.
¿Infiltración de ácido hialurónico para pacientes mastectomizadas? Una apuesta del Consejo General de Enfermería por el emprendimiento enfermero
Mariona e Isabel combinan diferentes lenguajes y hacen un tándem perfecto por el que decidir apostar científica y económicamente. Ellas son alumnas de la 4ª edición del Máster en Imagen Corporal y Dermoestética y nos han contado todos los detalles y entresijos sobre su Trabajo de Fin de Máster sobre infiltración de ácido hialurónico para pacientes que han sufrido cáncer de mama, una de los proyectos considerados “más innovadores” dentro de la enfermería y, más especialmente, la enfermería dermoestética y la Imagen Corporal. Veámoslo.
¿Qué os impulsó a dar el paso hacia la imagen corporal y la enfermería dermoestética?
M: En mi caso, ocurrió a raíz del descontento que tenía respecto al ámbito asistencial. A través de redes sociales pude saber más acerca de esta especialización en Imagen Corporal y enfermería dermoestética y, además de eso, tuve contacto con Núria Sáez, que fue profesora mía en el Tecnocampus de Mataró. Ella también me ayudó a descubrir que en enfermería había mucho más que lo puramente asistencial u hospitalaria y… Bueno. En un momento concreto e impulsada por algunos acontecimientos personales, decidí dar el salto y apostar por el Máster en Imagen Corporal de NUS.
I: Mi historia es un poco diferente a la de Mariona. De hecho, yo siempre he estado vinculada a la hemodiálisis y a la gestión. Estuve 10 años justamente ahí, en diálisis, y fue en ese ámbito donde coincidí con Mariona. Si te soy sincera, la verdad es que yo no sabía que las enfermeras podíamos hacer tantas cosas en el mundo de la dermoestética y desconocía que teníamos un abanico tan amplio en cuanto a posibilidades. Básicamente pensaba que la dermoestética no formaba parte de nuestras competencias y, de tanto oírla [a Mariona] me animé.
Esteban Gómez (CODEPA):
¿Digamos que esa fue la semilla que os dio la idea para investigar y materializar vuestro Trabajo de Fin de Máster sobre infiltración de ácido hialurónico con pacientes mastectomizadas? ¿Cómo surge el tema del proyecto y en qué consiste?
I: Como te comentaba antes, todo empezó en el área de Diálisis y en esa conversación que tuvimos junto con Mariona. Entonces, a raíz del inicio del Máster me hice eco de que en el hospital Germans Trias y Pujol había un servicio de micropigmentación en el que decidí pedir reciclarme para poder adquirir más cualidades como enfermera y para seguir aprendiendo. Casualidades de la vida, ellos buscaban una persona para poder aprender y aceptaron. Entonces, empecé a reciclarme en el servicio a la vez que iba adquiriendo nuevos conocimientos y competencias a través del programa formativo del Máster.
Mientras tanto, entre los alumnos siempre hemos comentado nuevas ideas y debatido sobre el temario y las clases que se impartían y, tras una clase online que impartía Núria, Mariona y yo pensamos: “¡Ostras! Pues igual se podría mejorar la micropigmentación. ¿Cómo hacerlo?”.
Mariona Urbano: “No hay nada más enfermero que suplir una necesidad para mejorar el autoconcepto y la autoimagen de una persona”
M: Exacto. Como Isabel estaba en el ámbito asistencial, detectó la necesidad de las pacientes que venía a decir: “Vale. Tengo una reconstrucción areolar ‘tatuada’, pero me falta un poco de proyección”. Entonces… Justo ahí fue cuando fusionamos dos ideas en las que mezclamos el día a día que nos proporcionaba lo asistencial junto con la ventana que nos abrió el ácido hialurónico. Es decir, pensamos en juntar ambos conceptos para conseguir mejorar la calidad de vida de las pacientes que requiriesen el tratamiento.
Personalmente considero que no hay nada más enfermero que eso: suplir una necesidad para mejorar el autoconcepto y la autoimagen de una persona. Es eso. Además, las pocas personas a las que hemos podido mencionarles este proyecto estaban gratamente sorprendidas y, sinceramente, encantadas, cosa que confirma lo que ya pensábamos: que este tratamiento puede suplir una necesidad que existe entre esas pacientes.
¿Qué valores hay detrás de esta idea y cómo estáis trabajando en su materialización? ¿Cómo convertir una idea en el proyecto finalista de la Beca “En la piel de la enfermera 2023”?
I: Realmente era un proyecto que teníamos en mente y que pensamos que podría realizarse, pero en ese punto tan sólo era una idea. Entonces, a raíz de una publicación que realizasteis desde NUS Agency en vuestras redes sociales y que informaba de la existencia de la beca ‘En la piel de la enfermera’ del Consejo General de Enfermería, decidimos lanzarnos a la piscina, aún teniendo muchas dudas.
M: ¡Exactamente! Teníamos muchas dudas que oscilaban entre el tema a escoger para la realización del TFM -porque dudábamos entre dos ideas, por decirlo así-. Al final, estas dudas nos llevaron a decantarnos por lo que ahora conocéis: la infiltración de ácido hialurónico en pacientes mastectomizadas. Y… Bien es cierto que “nos dejamos fluir” y, a raíz de saber de la existencia de la beca, decidimos tirar hacia adelante para poder trasladar la idea sobre papel y poco a poco ir convirtiéndola en realidad e ir trabajando en base a ella.
Desde luego, estamos de acuerdo en que la enfermería es mucho más: es trabajar con el bienestar de los pacientes e intentar suplir unas necesidades que no están siendo trabajadas. Así pues, si hablamos de vuestro proyecto de investigación, ¿qué valores encontramos tras él?
I: Bueno, principalmente el proyecto quiere mejorar la calidad de vida de las pacientes y la imagen corporal de estas… Ese es el objetivo número uno. Evidentemente, el proyecto también busca una satisfacción personal, pero la intención primordial es la de poner en valor o dar a conocer a las enfermeras especialistas en estética. Porque las enfermeras especialistas en estética existimos y son muchas las cosas que podemos hacer de forma autónoma e, incluso, dentro de hospitales públicos.
Dentro de la enfermería estética hay este estigma o esta falsa creencia de que sólo se puede ejercer a nivel privado, y esto no es así. Dentro del ámbito público también se pueden hacer cosas más allá de lo que es la pura estética. Eso es muy de esencia de enfermera: trabajar no solamente la parte más “frívola”, por decirlo así, sino también la imagen corporal entendida en su amplio concepto. Eso es algo muy bonito, porque responde a una necesidad concreta que tiene una paciente.
M: Como dice Isabel, en la enfermería estética y la Imagen Corporal lo que se hace es ayudar a que una mujer pueda potenciar su atutoestima y empoderarse, por ejemplo, o facilitar su día a día ayudándola a cerrar una etapa complicada o dolorosa. Entonces… Nosotras intentamos que las pacientes puedan vivir su vida de la mejor manera posible, y también puedan estar cómodas con su cuerpo.
I: Lo que sucede con la micropigmentación es que el efecto es visual, pero no existe una proyección o un relieve. Como decía Mariona, cuando reconstruyes un pecho y lo haces con “la micro”, en el momento en el que llevas una camiseta sin sujetador, o tal vez un bikini, el efecto se nota: se ve que en un pecho hay un pezón y en el otro no. Entonces… Eso tiene un efecto psicológico importante para la paciente.
Además, la mayoría de las veces estas pacientes no quieren someterse a una reconstrucción quirúrgica por no pasar por quirófano, pero sí que se realizarían una infiltración, una técnica que no es para nada invasiva.
A parte de eso, me gustaría resaltar que, a nivel hospitalario, tenía un pensamiento de que tal vez los cirujanos plásticos iban a tomar una posición mucho más reticente en contra del proyecto… Y, la verdad, ha sido todo lo contrario. En todo momento han sido súper colaboradores y todo han sido facilidades.
M: ¡Así es! La verdad es que no esperábamos una acogida tan buena y eso es de agradecer, porque es un proyecto muy novedoso, está liderado por dos enfermeras y, al final, dos enfermeras que pertenecen a la enfermería estética: una rama bastante polémica. Entonces… Tener el apoyo hospitalario e incluso el haber quedado finalistas en la beca, es algo que no deja de sorprendernos.
I: Creo que eso es una de las cosas más importantes para todo para todo el colectivo. Y que el Consejo General de Enfermería se reúna y decida dejar finalista a un proyecto tan novedoso y para un público tan reducido no deja de ser algo valioso. Es dar un paso más allá para poder trabajar en la visibilización de nuestra profesión.
Isabel Granados: “Las enfermeras especialistas en estética existimos y podemos hacer muchísimas cosas de forma autónoma, incluso dentro de hospitales públicos”
Isabel. Al presentar el proyecto ante Canal Enfermero has mencionado que “la infiltración de ácido hialurónico ha tenido ya muy buenos resultados por parte de cirujanos prácticos, pero no aún en la enfermería”. ¿Qué comporta, como novedad, que una enfermera pueda realizar este procedimiento más allá de dar un gran paso en la visibilización de la enfermería y de esta especialización?
I: Comporta mucho, porque es algo muy autónomo. Es algo que rompe con los estigmas que han calado durante tanto tiempo en la población. ¿Me explico? Normalmente se suele considerar que las enfermeras estamos en un segundo plano, y el hecho de que el tratamiento te lo haga una enfermera choca. Entonces… Para la población y para nosotras mismas es muy importante el poder hacer un proyecto como éste de forma autónoma.
Además, y como te comentaba antes, hasta los propios cirujanos nos comentan que esta es una iniciativa muy importante porque las pacientes están cansadas de las intervenciones y lo necesitan realmente.
M: A parte de eso, cada vez más gran parte de la población está más y más acostumbrada a las infiltraciones, etcétera, entonces… ¿por qué no pueden solicitar este servicio, también, personas que acaban de pasar por un proceso de mastectomización? Sinceramente, creo que proyectos como este rompen muchos estigmas asociados tradicionalmente a la enfermería. El poder hacerlo y que se nos reconozca es importantísimo, y con la infiltración de ácido hialurónico la paciente puede tener las dos opciones y puede decidir pasar o no por quirófano.
¿De qué modo pensáis que el proyecto contribuye a mejorar la calidad de vida de otras mujeres?
I: En la autoestima, en la autoimagen, en la sexualidad, en el concepto de relacionarte, en poder ir a la playa, poder ir al gimnasio sin tapujos… En muchísimas cosas. A mí me gustó mucho una paciente que dijo: “siempre tengo eso ahí, y desde que me hice la micropigmentación -aún no hemos empezado con el ácido hialurónico-, a veces me he olvidado de lo que había pasado”. Para nosotras eso significa volver, en cierta manera, a la normalidad. Obviamente siempre habrá una cicatriz y habrá un proceso mental de sanación, pero al menos físicamente eso se puede paliar de la mejor manera posible.
M: Al final es ofrecer lo máximo que podamos como profesionales para empoderar a las pacientes y conseguir que en cierto modo puedan retomar su vida de la misma manera que era anteriormente. La salud mental es muy importante y nosotras podemos brindar en cierto modo una pequeña ayuda o un empujón desde la parte de enfermería enfermería y de gestión de la imagen corporal a sanar o a intentar hacerlo.
Mariona Urbano: “Proyectos como el nuestro rompen muchos estigmas asociados tradicionalmente a la enfermería”
Cerrando un poco esta pequeña etapa del Trabajo de Fin de Máster, me gustaría que habláramos un poco de género e investigación. En base a vuestra experiencia, ¿creéis que la investigación y la ciencia no se realizan con la suficiente perspectiva de género? ¿La sanidad necesita esta visión de mujer?
M: Yo creo – o quiero creer- que la sociedad está en el camino del respeto y está trabajando por respetar más la perspectiva de género y la inclusión, pero sí que es verdad que a nivel sanitario y a nivel de investigación sigue habiendo un sesgo muy fuerte de género. Considero que esto en la práctica diaria y asistencial nos lo podemos encontrar muchísimo… Te pongo un ejemplo: cuando ves a una mujer con una bata blanca, ¿por qué crees que es enfermera? ¿Y por qué no lo crees si es un hombre?
Por eso, proyectos como este ayudan en cierto modo. ¿Por qué? Porque somos dos mujeres enfermeras que estamos muy familiarizadas con el trato al paciente y que, por eso, podemos llegar a implicarnos aún más en aportar una solución. Para mí eso es algo muy gratificante, como mujer y como enfermera.
I: En mi caso, estoy muy de acuerdo con lo que dice Mariona. Pienso que enfermería es una profesión muy de mujeres, pero cada vez menos. Ciertamente, la medicina ha sido históricamente de hombres, pero ahora mismo ese número se está equiparando. Entonces… Podemos hablar de sesgo en ese sentido.
Luego, están las etapas vitales de cada uno y cada historia es un mundo. Es decir: puede que todavía exista la figura de la mujer que se dedica más a los hijos y que vea esto repercutido en su vida profesional, pero, eso… Eso no es la sociedad, eso se refiere a la historia de esa persona. Aquí lo importante es que al menos exista la oportunidad y una sea libre para elegir qué quiere hacer y que el género no le limite para hacerlo.
Si hablamos de investigación, ahí sí que te diría que existe un sesgo de género más profundo. Es típico oír cosas como “esto son los nervios” o “estás premenopáusica” o “estás histérica”. Ahí sí que falta trabajo… Falta escuchar a las mujeres y poner el foco en los distintos dolores que estas presentan.
Para ir acabando. ¿Cuál o cuáles son los grandes retos para dar respuesta y buen acompañamiento a estas mujeres que han padecido la enfermedad?
M: Primero, ponerlo en práctica. Es decir, pasar la prueba del ensayo, pasar el momento más burocrático y empezar a poner el cronómetro en “modo ON”. ¡Y que salga bien! O sea… Realmente esperamos que los datos que recojamos del ensayo sean tal y como pensamos.
I: Queremos que los números sean tan buenos que las jefaturas y los que mandan decidan que es un proyecto valioso por el que invertir dinero. El reto es conseguir una mejora en la práctica y hacer que se convierta en un procedimiento más. Queremos traspasar la línea del estudio a la práctica, queremos que se instaure en este hospital y poder llegar a hacer un multicéntrico, como también poder ir a otras enfermeras que micropigmenten en otros hospitales y enseñarles la técnica y que ellas a su vez lo puedan hacer, tambiénm en el ámbito privado.
M: ¡No hay límites! Si realizamos el ensayo y los resultados son buenos, esperamos que no haya límites y que todo fluya y salga bien. Obviamente queremos el máximo apoyo por parte de los hospitales, así que está claro que no nos limitamos a nada, pero desde luego queremos que las pacientes siempre sean el objetivo común de todo el equipo que trabaje detrás del ensayo. Al final el beneficio es por y para ellas, para nadie más, y si hubiera que dar medallas éstas serían para ellas, así que… Nada más.