
INMI, el fenómeno de tener una canción atrapada en la cabeza

¿A quién no le ha ocurrido que el fragmento de una canción se le quede atrapado en la mente sin poder parar de tararearla? Este fenómeno, conocido como “involuntary musical imagery” (INMI), recibe también el nombre de earworms (gusanos de oído). Se trata de fragmentos musicales de entre 15 y 30 segundos que se repiten una y otra vez en nuestra cabeza de manera inconsciente durante unos minutos o hasta varios días. Son melodías pegajosas, simples y de ritmo fácil, lo cual favorece el proceso mental de repetición. Esto demuestra la gran conexión que se da entre la música y la memoria. La ciencia lo ha estudiado y nos explica por qué sucede este fenómeno, a veces tan molesto, pero que ocurre a más del 90% de las personas.
Cómo se produce el INMI
El INMI es el resultado de procesos cognitivos y neuronales automáticos. No es un acto que nosotros decidamos, pero nuestro cerebro lo genera en determinadas condiciones. Este almacena recuerdos auditivos (como melodías o letras) en la memoria a corto y largo plazo. Si un estímulo relacionado (una palabra, un ritmo o una emoción) activa ese recuerdo, el cerebro reproduce mentalmente la música de manera espontánea.
Lo que entra en juego es la red neuronal por defecto (RND), también conocida como red de modo predeterminado. Es un conjunto de regiones cerebrales que se activan cuando la mente está en reposo y no está enfocada en una tarea específica. Se considera como el «piloto automático» del cerebro. Es en estos momentos (ducharse, caminar, conducir, etc.) cuando el INMI suele aparecer.
Las áreas cerebrales implicadas son las siguientes:
- Corteza auditiva: imaginación y recuerdo de sonidos
- Corteza prefrontal: procesamiento consciente, control inhibitorio
- Hipocampo: memoria asociativa
- Corteza motora suplementaria: representación interna del ritmo
- Cuerpo estriado: recompensa y repetición
Escuchar muchas veces una canción o haberla oído recientemente aumenta la probabilidad de que aparezca el INMI. También puede inducirse incluso al leer palabras relacionadas o ver imágenes asociadas a la canción.
La música puede desencadenar la liberación de dopamina, así que canciones que disfrutamos pueden activar el sistema de recompensa del cerebro. Esto provoca precisamente que queramos escuchar la canción repetidamente y facilita que se quede atrapada en nuestra mente.
Un fenómeno extraordinariamente común
El INMI o los earworms son algo extremadamente común, tal y como recoge la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, que apunta que hasta el 98% de la población occidental los ha experimentado en alguna ocasión. De hecho, la mayoría de los estudios coinciden en que entre el 90% y el 99% de las personas han tenido o sufrido un earworm alguna vez y muchos lo hacen varias veces por semana o incluso a diario.
Se estima que entre el 72% y el 92% de la población experimenta estos gusanos musicales con cierta regularidad, según el estudio de Andrea R. Halpern y James C. Bartlett: “The Persistence of Musical Memories: A Descriptive Study of Earworms”. Entre el 15% y 65% de las personas lo experimentan varios días a la semana. Un 20–30% reporta earworms diariamente o casi todos los días. Suelen durar entre 15 segundos y varios minutos, aunque en casos molestos pueden repetirse por horas.
El estudio realizado en Reino Unido en 2012 con adultos jóvenes “Earworms from Three Angles: Situational Antecedents, Personality Predisposition and the Musical Features Associated with Involuntary Musical Imagery”, analizó cómo la personalidad, el contexto y la estructura musical influyen en la aparición del INMI y concluyó que las personas con alta apertura a la experiencia y sensibilidad musical son más propensas a experimentarlo.
Este otro de Liikkanen, L. A. en 2012 publicado bajo el título “Musical activities predispose to involuntary musical imagery” encuestó a más de 12.000 personas en Finlandia y encontró que el 91.7% había tenido INMI en los últimos meses. Concluyó que escuchar música frecuentemente y tener hábitos musicales (como cantar o tocar instrumentos) aumenta la frecuencia de earworms.
¿Y si tener una canción en la cabeza ayudara a recordar mejor?
Una investigación reciente de la Universidad de California, Davis (2024) ha revelado que los earworms podrían desempeñar un papel clave en la consolidación de la memoria. En el estudio, se comprobó que aquellas canciones que se quedaban en la mente de los participantes ayudaban a recordar con mayor precisión escenas de películas previamente asociadas a esas melodías.
Cuanto más frecuentemente una canción se reproducía mentalmente, más sólido era el recuerdo tanto de la música como de las imágenes vinculadas. Aunque los participantes no evocaban conscientemente las escenas al recordar la canción, su memoria asociativa era significativamente mejor.
Este hallazgo sugiere que los earworms no solo son una curiosidad mental, sino que podrían convertirse en herramientas útiles para reforzar aprendizajes y experiencias. Incluso se plantean posibles aplicaciones en el tratamiento de personas con pérdida de memoria, como ocurre en enfermedades neurodegenerativas, utilizando la música como apoyo terapéutico.
¿Qué facilita el earworm?
Entre 2010 y 2013 se elaboró una lista de canciones proclives a generar earworms que la American Psychological Association publicó en un artículo. La encabezaba el tema “Bad Romance” de Lady Gaga. Como comentábamos anteriormente, las canciones más dadas a provocar el gusano musical son melodías simples y repetitivas, ritmos memorizables, una estructura predecible y letras o estribillos con alto impacto emocional o fonético.
Las personas con mayor apertura a la experiencia, afinidad musical o tendencia a la rumiación mental tienen más probabilidad de experimentar INMI. También depende del estado mental de la persona, pues el estrés, fatiga o ansiedad también lo facilitan.
La memoria musical también juega un papel importante ya que, a veces, aparecen canciones en nuestra mente sin haberlas escuchado recientemente o de manera repetida. Debemos tener en cuenta que la memoria emocional se vincula de manera directa a la musical, tanto que estas estructuras suelen permanecer durante enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
"El 1% de la población sufre algún tipo de trastorno musical congénito"
¿Cómo deshacerse de un earworm?
Si la melodía que se nos atasca en la mente nos gusta, la experiencia puede ser agradable, pero no siempre es el caso. La insistencia de nuestro cerebro recreando una y otra vez ese fragmento musical puede acabar resultando molesto y hasta angustioso. Para eliminar un earworm hay varias estrategias. Una de las más curiosas es masticar chicle. Según un estudio de la Universidad de Reading, en Reino Unido, esta acción podría interrumpir el ciclo repetitivo del earworm ya que involucra áreas cerebrales similares a la vocalización.
Otras opciones igualmente válidas serían las siguientes:
- Escuchar la canción completa: muchas veces, el cerebro repite un fragmento porque no ha “cerrado” la experiencia.
- Hacer una actividad mental exigente: actividades como resolver un sudoku o crucigrama, leer un texto complicado o hacer cálculos mentales. Esto compite con la memoria auditiva que genera el earworm.
- Usar una “canción limpiadora”: escuchar una canción poco pegajosa, sin letra repetitiva, para reemplazar el earworm sin provocar otro. Por ejemplo, música instrumental suave.
- Moverse físicamente: caminar, estirarte o hacer ejercicio suave puede redirigir tu atención y romper el bucle mental.
- Cantar o hablar en voz alta: usar la voz interfiere con la “voz interior” que repite la canción.
Es importante no luchar contra el earworm, pues resistirse suele empeorar el problema. En casos más persistentes, se puede recurrir a un especialista ya que, en ocasiones, las alucinaciones musicales pueden ser síntoma de problemas auditivos.
Cuando el earworm deja de ser inofensivo
Aunque la mayoría de los earworms suelen ser inofensivos y temporales, en algunos casos pueden volverse persistentes, angustiosos e incluso incapacitantes. Es entonces cuando se les considera obsesiones musicales, una manifestación poco común pero que se la puede recoger dentro del espectro del trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).
La obsesión musical se caracteriza por la repetición involuntaria y constante de una melodía no deseada, que genera ansiedad e interfiere con la vida cotidiana. La persona no quiere tener esa canción en la mente, pero no puede evitarlo, lo que desencadena una necesidad de neutralización (por ejemplo, evitar el silencio o reproducir otros sonidos).
Este fenómeno ha sido descrito en la literatura médica como “Stuck Song Syndrome” o síndrome de la canción atascada. Un caso clínico fue publicado Juan Orjuela (neuropsiquiatra y profesor del máster en Neuromúsica de NUS) y Lina Lizarazo en 2018, donde se analiza cómo esta repetición mental incontrolable puede convertirse en una forma de obsesión musical clínicamente relevante.
Referencias bibliográficas
- Williamson, V. J., Liikkanen, L. A., Jakubowski, K. (2014). Sticky Tunes: How Do People React to Involuntary Musical Imagery?
- Williamson, V. J. (2012). Earworms from Three Angles: Situational Antecedents, Personality Predisposition and the Musical Features Associated with Involuntary Musical Imagery https://n9.cl/84gc2w
- Liikkanen, L. A. (2012) Musical activities predispose to involuntary musical imagery. Psychology of Music. https://n9.cl/zoew6
- Beaman, C. P., & Williams, T. I. (2010). Earworms (‘stuck song syndrome’): Towards a natural history of intrusive thoughts. British Journal of Psychology,
- Anne Margriet Euser, Menno Oosterhoff, Ingrid Van Balkom. PUBMED CENTRAL (2016). Stuck song syndrome: musical obsessions – when to look for OCD. https://n9.cl/u7hpjj
- C. Philip Beaman, Kitty Powell, Ellie Rapley. THE QUARTERLY JOURNAL OF EXPERIMENTAL PSYCHOLOGY (2014). Want to block earwormsfrom conscious awareness? B(u)y gum! https://n9.cl/y0bn3
- Jakubowski, K., Margulis, E. H., & Stewart, L. (2024). Earworms enhance musical memory and incidental learning of associated information. University of California, Davis. Recuperado de https://www.ucdavis.edu/curiosity/news/song-stuck-in-head-helps-remember
- Orjuela Rojas JM, Lizarazo Rodríguez IL. The Stuck Song Syndrome: A Case of Musical Obsessions. Am J Case Rep. 2018 Nov 7;19:1329–1333. doi:10.12659/AJCR.912402