¿Música para hacer frente a la muerte? La terapia musical en los cuidados paliativos
¿De qué modo se hace posible que el paciente pueda llegar a conectar con sus propias emociones y consiga aliviar su dolor cuando se encuentra en los últimos estadios de la vida? Desde luego, el final de la vida de un ser humano es un momento muy complejo en el que es necesaria una buena gestión emocional.
Cuando una persona se encuentra en el último estadio de su vida, muchas veces en ella -y en su círculo afectivo- se identifica una mezcla de muchísimas emociones, donde predominan el dolor y la tristeza. Para conseguir lidiar con esta vorágine de sensaciones, algunos centros hospitalarios han apostado por la música en los cuidados paliativos para reducir la ansiedad, el estrés, la depresión o, incluso (y ligeramente) el dolor.
Cada semana, en España, alrededor de un centenar de personas reciben musicoterapia para dar una respuesta integral a sus necesidades físicas, psicológicas, emocionales, sociales y espirituales cuando su enfermedad se encuentra en un estadio avanzado o bien en los últimos estadios de la vida. Sin embargo, las evidencias de la influencia de la música en el cuerpo humano viene de lejos; para ser exactos, debemos remontarnos a los papiros egipcios, descubiertos por Petrie en la ciudad de Kahum en 1889. Según Laura Romera de Miguel, “estos papiros datan del año 1500 a.C., y en ellos se muestra la utilización de la música para problemas mentales, curar enfermedades, purificar el alma y relacionándola también con la fertilidad de la mujer.”
En este sentido, la música ha tenido un papel fundamental a lo largo de la historia, y por poner algunos ejemplos de ello podemos destacar los rituales de sanación y procesos religiosos o su consideración como un canal de conexión y comunicación con dioses y espíritus, entre otros.
Como bien explica la investigadora Romera de Miguel, es ya en la Antigua Grecia donde se comienza a valorar la musicoterapia como herramienta educacional y terapéutica, relacionando música con alma y estados de ánimo; y considerándola como un factor más que relevante para tratar las enfermedades mentales, y para incidir en la educación y la educación emocional.
Cuidados paliativos, enfermería y música
¿Sabías que la musicoterapia en países como EEUU es una de las terapias más utilizadas en cuidados paliativos? En España, sin embargo, en lo que se refiere a la aplicación en la asistencia sanitaria, esto aún sigue siendo una tarea pendiente en un gran número de centros hospitalarios. No obstante, un gran número de profesionales que trabajan con la música en su amplio espectro destacan su gran aportación no solo en la ayuda complementaria en la recuperación de una enfermedad, sino también en el “acompañamiento” cuando se requieren cuidados paliativos. Jordi A. Jauset, Director del Máster de Neuromúsica de NUS Agency y divulgador científico, destaca que “la musicoterapia también se perfila como un complemento al tratamiento farmacológico.”
Así pues, ¿cómo intentar paliar ese dolor o acompañar al paciente cuando está en su último estadio de vida? Los cuidados paliativos, definidos por la Organización Española de Cuidados Paliativos (SECPAL), como aquellos específicamente “diseñados para proporcionar bienestar o confort y soporte a los pacientes y sus familiares en las fases finales de una enfermedad terminal”, pueden incorporar la música como herramienta terapéutica desde un prisma en el que se facilita “la relación del paciente consigo mismo, porque de alguna manera puede empezar a conectar con sus emociones, con sus miedos, con sus fantasmas…, sino también con sus familiares” asegura Patxi del Campo, musicoterapeuta en el Programa Vivir con voz propia.
Placer al final de la vida
Sin duda, numerosos estudios científicos aseguran que la música afecta indudablemente en el estado de ánimo, la calidad de vida, la relajación y el confort de los pacientes tras la incorporación de la musicoterapia a sus cuidados. Como ocurre con la influencia de la psicología musical en la relación entre emociones y comportamientos, sabemos que la música tiene la capacidad de cambiar estados de ánimo, y, en lo relativo a los cuidados paliativos, puede llegar a incidir en el dolor psíquico y físico del paciente.
La música, siendo el hilo conductor, se combina con la terapia y otras técnicas que ayudan al paciente a relajarse en un escenario agradable, seguro, positivo. La musicoterapia en un paciente que está recibiendo cuidados paliativos, desde luego, no cura, pero sí contribuye a que el enfermo pueda llegar a sentir, a la par que dolor, placer. La música se convierte en un canal que sirve para arropar. Música para proteger. Música para acompañar y para contener el miedo.