EVOCA, el proyecto que une musicoterapia, IA y realidad virtual para reconectar con recuerdos

Ernesto Briceño es CEO y fundador de la startup Blue Mirror Technology, que trabaja de la mano de la Asociación Catalana de Musicoterapia aportando el apoyo tecnológico a la entidad.
Hoy hablamos con él para que nos explique el origen del proyecto de musicoterapia EVOCA y su aplicación en personas con Alzheimer, autismo y la Enfermedad de Williams entre otras.
¿Cómo surgió el proyecto Evoca?
E: EVOCA surge un poco antes de la pandemia como iniciativa viendo que la praxis de la musicoterapia era muy analógica y conservadora. Se seguía poniendo en práctica a la vieja usanza, usando las herramientas de toda la vida: instrumentos, voz, etc. Veíamos que había un panorama de posibilidades tecnológicas que estaban un poco lejos de esta praxis. Otras ramas las estaban incorporando y nosotros nos estábamos quedando un poco atrás.
Comenzamos a imaginar qué herramientas podían incorporarse para ayudar a que la musicoterapia fuera mucho más integral, inclusiva y actualizada. En aquel momento surgía una tecnología que se usaba en videojuegos (motores como Unity o Unreal), y que empezaba a plantear escenarios interesantes para la pedagogía.
¿Puedes especificar qué tipo de tecnología recogisteis para vuestro proyecto?
E: Experiencias de videojuegos. Imagina un usuario que en lugar de pasear por un bosque normal y corriente, lo hace en uno que tiene triggers emocionales personalizados. Por ejemplo, si yo soy del sur de España, el árbol que me encuentro es un olivo, que resulta ser un trigger para mi historia personal, background cultural, de alimentación, etc. El río que me encuentro es el Guadalquivir y eso también desata varias conexiones. Y todo el punto de partida de estos triggers siempre ha sido la música.
Por eso empezamos a crear estos prototipos de videojuegos en los que el escenario de paseo ha de activar nuestro cerebro a nivel de memoria de corto y largo plazo y que tuviera que ver con el pasado de la persona. Hablamos de sujetos con un estado inicial de pérdida de memoria o un nivel concreto de depresión que reciben a través de una experiencia lúdica una estimulación que resulta muy potente con gafas de realidad virtual. Al llegar la pandemia se interrumpió la experiencia con las gafas durante varios años y creamos otra solución con una mesa táctil con contenido similar.
Musicoterapia, neurociencia, IA y realidad virtual. ¿Cómo habéis unido todos estos conceptos?
E: Estos conceptos están unidos de manera natural, lo que pasa es que ahora los podemos identificar. Todo proceso cognitivo es neurociencia, que es la que se encarga de analizar, crear la métrica y la manera de identificar los problemas, además de mostrar cuáles son los caminos a seguir. La IA ya sabemos lo que está representando a nivel de paradigma general y humano.
Desde la musicoterapia buscamos lo que podemos hacer para dar soluciones a nuestros usuarios y la verdad es que no contar con la tecnología es trabajar a la vieja usanza, con un concepto de musicoterapia más vinculado a la metafísica y a las cosas milagrosas e inexplicables que a la ciencia comprobable y medible. La neurociencia nos da el marco para explicar a nivel neuronal qué pasa en un momento en el que la usuaria está cantando y eso le genera menos cortisol, más dopamina y un cocktail de neuroconectores que le ofrece una mejor calidad de vida.
Todo lo que la musicoterapia puede abarcar está bajo el paraguas de la neurociencia. La tecnología nos da un marco muy efectivo y casi revolucionario y la IA cambia el paradigma de muchas cosas. Creemos que la realidad virtual debería tener más presencia en los centros, pero no la tiene por varios motivos. Por el coste de las gafas, de la terapia que es muy personalizada, etc.
Experiencias inmersivas con neuromúsica
¿A quién va dirigida esta terapia? Leemos que principalmente a personas con Alzheimer.
E: El origen del proyecto fue con persona con algún deterioro de memoria, pero como nuestra asociación trabaja con varias poblaciones, el proyecto EVOCA lo hemos ido probando con casos de autismo o Síndrome de Williams y hemos visto que lo que aporta la experiencia puede ayudar más allá de las personas con Alzheimer. Creemos que ese ejercicio cognitivo lleno de triggers es una actividad positiva para varios casos y tenemos métricas que así lo demuestran.
¿El objetivo es activar diferentes zonas del cerebro y reconectar con recuerdos para alcanzar un bienestar emocional?
E: Es exactamente eso. Hablando en números, del 1 al 10, cuando yo me acerco a ti con una guitarra y trabajamos tu identidad sonora (elementos sonoros y musicales que para ti son importantes), el nivel de impacto de ese encuentro puede ser de 8. Cuando eso ocurre con realidad virtual, es un 10. Primero, porque la realidad virtual modifica tu sensación del ahora y dónde estoy. Eso lleva a visitar un momento mágico. La ventaja es que se podría crear una actividad colectiva, pero requiere de aparatos costosos.
"No aplicar las nuevas tecnologías a la musicoterapia es trabajar a la vieja usanza"
¿Está demostrado que el cerebro de pacientes con Alzheimer o algún tipo de demencia reacciona a sus canciones favoritas?
E: Tenemos métricas, lo que no tenemos es la publicación del estudio. La diferencia entre estimular con violín, voz o piano a hacerlo con realidad virtual es de 2-3 puntos, una diferencia importante a nivel terapéutico. Si esta actividad se hace cada dos semanas, con cierta regularidad, esta estimulación creemos que puede ser diferencial. Podemos mejorar la calidad de vida de estos pacientes.
La música como medicina
Nuevas investigaciones apuntan a que la música no solamente evoca recuerdos sino que también puede cambiar cómo los recordamos. Es decir, puede transformar las emociones asociadas a un recuerdo.
E: Aquí hay un trabajo de desprogramación. La primera asociación, que es un vínculo muy fuerte, requiere de un trabajo de tiempo para que este nuevo vestido emocional sustituya al que había originalmente.
¿El impacto conseguido tiene beneficios a nivel cognitivo, emocional y físico?
E: También social, de sentido de pertenencia, reduce niveles de cortisol, sube la autoestima y resuelve conflictos. Una de las prácticas que vemos cada día son los pequeños conflictos que aparecen entre los usuarios por problemas sencillos, pero que ocupan una parte emocional muy importante. Cuando hay una confrontación entre compañeros por diferencias, a veces poco importantes, a través de las dinámicas de musicoterapia logramos vencer esas barreras y regenerar el vínculo entre esas personas. Eso de que la música amansa a las fieras se podría extrapolar a cuando se producen conflictos.
Entendemos que hablamos de terapias muy personalizadas
E: Hay un perfil muy profundo creado por el equipo de psicólogos, psiquiatras y la familia para hacer que EVOCA sea lo más rico y completo posible. Se crea el perfil del usuario y a partir de ahí se genera la experiencia, el relato.
¿Dónde está presente EVOCA actualmente?
E: Ahora, en Catalunya, en centros de día, residencias de gente mayor y en la Asociación de Musicoterapia de Catalunya. De manera extraoficial, en Monterrey, México, con una ex alumna. Después de retomar las gafas virtuales, estamos pensando en hacer una presentación más robusta fuera de España.
Este tipo de terapias han sido diseñadas para aplicarlas con una continuidad, se deben mantener en el tiempo, ¿no es así?
E: Esto es importantísimo y eso ha sido uno de los grandes problemas que nos hemos encontrado. La musicoterapia tiene un problema importante a nivel de centros porque tenemos que explicar que no es entretenimiento. En este caso, la palabra música a veces lleva a la confusión. Entretener tiene una muy labor importante, pero en un escenario musicoterapéutico nos proponemos conseguir mucho más que eso. Queremos entrar con la música en un territorio en el que tenemos unos objetivos muy concretos: visitar el dolor, la nostalgia y emociones que a veces asociamos con lo negativo.
La musicoterapia requiere de un ritmo, una periodicidad y de formar parte de un serie de eventos para tener la certeza que se ha cumplido ese camino con una programación de ejercicios. En musicoterapia es imprescindible que ese impacto sea cercano en el tiempo. Para nosotros sería ideal dos veces por semana y ese es uno de los retos que tenemos todavía por delante.
"Debemos explicar que la musicoterapia no es entretenimiento y que tiene objetivos tales como visitar el dolor, la nostalgia y emociones muy concretas"
¿Qué cosas se consiguen con esta terapia continuada?
E: La inclusión de la musicoterapia en el día a día de los usuarios reduce el consumo de ciertos fármacos y esto es importantísimo. Se consigue la reducción del cortisol, la mejora de aspectos psicosociales, de la autoestima, la relación entre compañeros y el control del miedo o pensamiento en la muerte que angustia mucho a las personas de estas edades o con estas patologías.
Todos los otros picos de neuroconectores positivos se disparan también gracias a la musicoterapia y eso se traduce en calidad de vida. Y hay que hablar también del entorno como los trabajadores del centro de salud, que viven bajo un estrés muy alto. En el momento en el que hay musicoterapia, el impacto se amplía a las trabajadoras y trabajadores que forman parte de la sesión.
¿Qué tipo de profesionales intervienen en un proyecto así?
E: Intervienen musicoterapeutas, psicólogos, psiquiatras y en realidad todo el equipo médico. Si el doctor nos dice que un usuario no puede recibir impactos de cambios de luz o imágenes violentas, toda la información que programamos desde EVOCA estará diseñada para no correr riesgos de susceptibilidad física o emocional. Por ejemplo, si hay usuarios que tienen ataques psicóticos o sufren esquizofrenia, evitamos triggers que les puedan desatar un brote.
¿Está suficientemente explorado y explotado el poder terapéutico que tiene la música?
E: La musicoterapia está cada vez más presente en la salud, en hospitales y centros de atención, pero lo que va a ocurrir con la IA es que nos va a dibujar una realidad optimista y positiva en la evolución de las herramientas que utilizamos y su impacto en la calidad de vida de las personas. Todo lo que imaginábamos diez años atrás que costaba mucho desarrollar está cobrando una velocidad y efectividad que lo va a cambiar todo. Vamos a tener aliados muy efectivos y confiables y eso es lo que necesita la salud también.