Tratamientos dermatofuncionales realizados en fisioestética
Se suele creer que los tratamientos dermatofuncionales que se realizan desde la fisioestética o fisioterapia estética se aplican, básicamente, a nivel corporal. Sin embargo, la realidad es muy distinta, y es que en la fisioterapia estética existen muchos tratamientos faciales no invasivos con grandes resultados para el paciente que no se conocen lo suficiente. Hoy, te queremos compartir algunos de los más utilizados, de entre los que destacan la microdermoabrasión facial, la mesoterapia facial, la radiofrecuencia facial y la terapia de luz LED.
Los tratamientos dermatofuncionales faciales más realizados en fisioestética
Desde luego, la fisioestética dermatofuncional está totalmente enfocada al cuidado y la mejora de la apariencia física del cuerpo, especialmente de la piel y de los músculos. Aunque comúnmente suele asociarse a tratamientos corporales, esta especialidad abarca un gran número de tratamientos dermatofuncionales faciales que ofrecen grandes soluciones con tratamientos no invasivos e innovadores debido a que aportan un gran número de beneficios para el cuerpo humano. Veámoslo:
Microdermoabrasión facial
La microdermoabrasión facial es un tratamiento no invasivo y seguro que se utiliza para mejorar la textura y apariencia de la piel. Este tratamiento se realiza mediante un dispositivo con puntas de diamante que sirve para exfoliar suavemente la capa superior de la dermis, eliminando las células muertas y estimulando la producción de colágeno y elastina.
Esta técnica es uno de los tratamientos dermatofuncionales más recomendados en fisioterapia estética ya que resulta muy versátil al poder ser utilizado para tratar una amplia variedad de problemas de la piel. Por ejemplo, algunas de las problemáticas o imperfecciones de la piel que se buscan corregir son: arrugas finas, líneas de expresión, manchas solares, cicatrices de acné, poros dilatados y textura irregular. Además, es un tratamiento adecuado para todo tipo de pieles y no requiere tiempo de recuperación, lo que lo convierte en muy buena opción para aquellos pacientes que buscan mejorar las características de su piel sin cirugía ni inyecciones.
Además de esto, el proceso de aplicación de la microdermoabrasión facial es rápido y sencillo. Después de limpiar la piel para eliminar restos de maquillaje o suciedad, se aplica el dispositivo con puntas de diamante en la piel, realizando movimientos circulares y suaves. Este, utiliza una succión suave para recoger las células muertas de la piel y estimular la circulación sanguínea.
Entonces, es cuando, a medida que el tratamiento avanza, se debe ajustar la intensidad de la succión y la profundidad de las puntas de diamante para adaptarse a las necesidades de la piel del paciente, adaptando su duración entre unos 30 o 60 minutos, dependiendo de la extensión del área tratada.
Mesoterapia facial
Esta técnica, a diferencia de la microdermoabrasión, sí que utiliza pequeñas inyecciones de sustancias nutritivas y revitalizantes en la piel del rostro para mejorar su aspecto y textura. Su objetivo es estimular la producción de colágeno y elastina. Mediante este tipo de tratamientos dermatofuncionales se ayuda a mejorar la textura, el tono y la luminosidad de la piel, pero con la mesoterapia se trabaja especialmente en la reducción de la apariencia de arrugas finas y líneas de expresión y la mejora de la hidratación y la elasticidad.
Cabe remarcar que, después del tratamiento, es posible que se presente un enrojecimiento y una inflamación en la zona tratada, pero esto suele desaparecer en unas pocas horas o días. Además de eso, es importante que el paciente siga las indicaciones del profesional y evite exponer la piel al sol y a altas temperaturas durante las primeras horas después del tratamiento.
Las sustancias utilizadas en la mesoterapia facial pueden variar según las necesidades de cada paciente, pero generalmente incluyen vitaminas, minerales, aminoácidos, ácido hialurónico y otros ingredientes activos que estimulan la producción de colágeno y elastina en la piel.
Radiofrecuencia facial
De entre el abanico de tratamientos dermatofuncionales faciales también encontramos la radiofrecuencia facial: una técnica de rejuvenecimiento no quirúrgica que utiliza ondas electromagnéticas de alta frecuencia para calentar y estimular la producción de colágeno en la piel. Este tratamiento es efectivo para tratar una amplia variedad de problemas de la dermis como la flacidez facial, las arrugas y líneas finas, la piel apagada y la falta de definición en el contorno facial.
Durante el tratamiento de radiofrecuencia facial, se aplica un gel conductor en la piel para ayudar a conducir las ondas electromagnéticas a través de ella. A continuación, se utiliza un dispositivo de radiofrecuencia que emite estas ondas en la piel del rostro, lo que provoca un calentamiento controlado de las capas más profundas de la piel, incluyendo la dermis y el tejido subcutáneo.
Este calentamiento estimula la producción de colágeno en la piel, lo que ayuda a reafirmar y tensar la piel, reducir la apariencia de arrugas finas y líneas de expresión, mejorar la textura y la luminosidad de la piel y definir el contorno facial.
Terapia de luz LED
Los especialistas en fisioterapia estética utilizan la terapia de luz LED como uno de los tratamientos dermatofuncionales que mejor funcionan para combatir y tratar el acné, la rosácea, la piel apagada o la falta de definición en el contorno facial. Al realizar el tratamiento, se aplica una máscara o dispositivo que emite luces LED de diferentes colores en la piel del rostro. Cada color de luz tiene una longitud de onda específica que se dirige a diferentes capas de la piel y tiene efectos específicos en la misma. Por ejemplo, la luz roja se utiliza para estimular la producción de colágeno y mejorar la textura y la luminosidad de la piel, mientras que la luz azul se utiliza para matar las bacterias que causan el acné y reducir la inflamación de la piel.
