Notas sobre neurociencia, cerebro y epigenética

epigenetica y cerebro
Tiempo de lectura: 6 minutos

En el Módulo sobre “Neurociencia: cerebro y sistema nervioso”, que imparto en el Máster de Neuromúsica de NUS Agency, los alumnos estudiarán el encéfalo (cerebro, tronco cerebral y cerebelo), dentro de lo que es el sistema nervioso en general. 

Fundamentalmente lo haremos desde el punto de vista anatómico y fisiológico en relación con los comportamientos adaptativos del humano a los cambios en el ecosistema; sobre todo, dentro del campo del amplio abanico de la neurociencia y disciplinas asociadas.

Lo anatómico cubre la micro anatomía, células y tejidos, y, la macro anatomía, las regiones, zonas áreas, estructuras cerebrales y redes celulares. 

La fisiología abarca el estudio de la función vital como organismos vivos que somos, y comprende el estudio de los procesos y mecanismos fisicoquímicos de moléculas, células, tejidos y órganos, integrados, interrelacionados e imbricados dentro de sistemas y subsistemas corporales. Así, los sistemas nervioso, circulatorio, respiratorio, motor, digestivo, inmunológico, endocrino, termorregulador y reproductor.

La neurofisiología estudia el funcionamiento del sistema nervioso, el cerebro y las células cerebrales.

La anatomía (forma) y la fisiología (función) están estrechamente vinculados, pero en lo comportamental no todo es física y química, pues intervienen múltiples factores.

Aparte de la genética y de los procesos celulares físicos y químicos, estamos integrados en ecosistemas donde viven otros seres vivos, y nos relacionamos con estos, además de hacerlo con los integrantes de nuestra especie. Por otro lado, estamos influidos por variables planetarias como las del clima; y por otras, por ejemplo las derivadas de la energía solar y las de los movimientos de la luna. Y nuestras experiencias vitales dentro del entorno que nos rodea, en el que nos movemos y actuamos, aportan cuota parte importante de lo que somos y cómo nos comportamos

La energía es lo que mueve a todos los seres vivos. Sin energía los seres humanos morimos. Muerte cardíaca, circulatoria, cerebral. Hoy, cada vez más, físicos, matemáticos y químicos se preocupan por estudiar el campo energético que lo impregna todo.

epigenetica y cerebro

El cerebro y la epigenética

El cerebro está rodeado e interactúa con los campos electromagnético y cuántico, y hay un gran interés en estudiar el sistema nervioso y el cerebro al nivel más profundo, atómico y subatómico. 

Creo que las relaciones energéticas lo inundan todo. Y, comparto con Daniel Siegel, que la mente, a través del soporte del cerebro físico, procesa energía e información.

Para mí, analógicamente hablando, el cerebro  es como un transductor que procesa señales energéticas (ondas vibratorias o partículas) y las convierte en señales electroquímicas. Y también pienso que es como una máquina predictiva, que, sobre bases genéticas/epigenéticas y de memorias asociadas experienciales (su realidad algorítmica), ante situaciones concretas del entorno, previamente efectúa hipótesis y hace predicciones para la acción efectiva adaptativa que, posteriormente, va ajustando con la información que recibe de los sentidos (aprendizaje).

En ese trasfondo procedimental, tal como lo sostienen Zamzuri, I. et al. (2022, 105/279), intervienen las minúsculas oscilaciones del potencial de acción, localizables, focales, traducibles en ondas y medibles; y las ondas cuánticas, no localizables, difusas y no deterministas, lo que constituye un campo cerebral total.

A notar, como algo de gran importancia y actualidad, que, el epigenoma, físicamente representado por la cromatina, y que es como una capa de información más allá  de la codificada en el genoma, responde a señales intracelulares, y extracelulares como las vivenciales o experienciales, generando cambios en la metilación del DNA y la modificación de las proteínas histonas que recubren al genoma, llamadas cromatina; lo que está demostrado que afecta a la salud y lo comportamental, a través de cambios en la expresión genética y su transcripción a través del RNA. Si bien, no afecta a la secuenciación genética.

La epigenética provee una explicación molecular sobre cómo nuestro genoma está conectado con señales del entorno. Así se asocia con nuestro estilo de vida y entorno durante las condiciones intrauterinas y postnatales. 

“Además de su función estática, la epigenética también tiene un aspecto dinámico, donde la activación de cascadas de transducción (subrayado mío) de señales intracelulares a través de señales extracelulares, como hormonas peptídicas, citocinas o factores de crecimiento, da como resultado la activación de factores de transcripción y enzimas modificadoras de la cromatina.” (Carlberg & Molnár, 2022, 5/16).

“Nuestro epigenoma puede memorizar eventos ambientales, cómo, qué y cuánto hemos comido, si hemos estado en contacto con microbios o si hemos estado estresados de alguna u otra manera.” (Carlberg & Molnár, 2022, 6/160).

“El componente dinámico de la epigenética implica que algunos eventos de programación epigenética son reversibles. Por ejemplo, si un estilo de vida poco saludable junto con el exceso de alimentos y la inactividad física durante muchos años provoca la programación epigenética de los tejidos metabólicos que dan como resultado la resistencia a la insulina, este proceso puede revertirse mediante cambios significativos en el estilo de vida que conducen a una reprogramación del componente dinámico del sistema nervioso central-epigenoma. 

Esta reprogramación de nuestro epigenoma puede tener consecuencias significativas para nuestra salud; es decir, mientras no haya ocurrido un daño tisular irreversible, podemos tener en nuestras propias manos revertir una condición de enfermedad. 

Así como nuestra memoria mental, como los recuerdos de nuestra infancia, es un proceso de aprendizaje que se basa en la programación epigenética de las neuronas, cada célula de nuestro cuerpo también tiene una memoria epigenética que registra las perturbaciones a las que ha estado expuesta.” (Carlberg & Molnár, 2022, 6/160). 

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Las marcas epigenéticas pueden controlar la expresión genética.

“Las marcas epigenéticas son grupos químicos adheridos al ADN que pueden controlar la fuerza con la que se expresa un gen” (Harding, S., 2022, 181/330/18).

Se ha comprobado que las marcas epigenéticas no solo pueden durar durante la vida de una persona, sino transmitirse durante generaciones, pues el epigenoma tiene memoria que se transmite.

“…Las marcas epigenéticas se conservan no solo en los hijos sino también en los nietos de quienes han sufrido privación alimentaria, por lo que las poblaciones aún son vulnerables a través de múltiples generaciones” (Harding, S., 2022, 39/330/9). 

“…Esto conduce al concepto de herencia epigenética transgeneracional, que sugiere que el estilo de vida de la generación de padres y abuelos, como los hábitos diarios en la ingesta de alimentos o la actividad física, pueden afectar su descendencia.” (Carlberg & Molnár, 2022, 75). 

“…La memoria epigenética puede pasar de una generación a otra por heredabilidad de la misma indexación de marcas de cromatina” (Carlberg & Molnár, 2022, 7/160).

“No son solo los cambios bioquímicos para preservar y almacenar calorías que se ven afectados por la epigenética, sino también los comportamientos, como el antojo de comer alimentos ricos en calorías, comer más allá del punto de saciedad y conservar la energía al evitar el ejercicio” (Harding, S., 202239/330/9).

Como expuse en párrafos anteriores, nuestros cuerpos son objeto del impacto energético de ondas vibratorias y partículas a nivel sensorial y  electromagnético sin duda. Y todo me hace sospechar que también a nivel cuántico (mientras no haya otra explicación más convincente), siendo todas ellas transducidas por nuestros cerebros en señales bioelectroquímicas. Dichas ondas vibratorias, como se ha comprobado, impactan incluso a nivel epigenético, afectando nuestros comportamientos y la salud.

Justamente, al tiempo que estoy  escribiendo esto como resultado de unas lecturas de hace unos días, escucho una señal sónica que me advierte de un chat de mi amigo el profesor Jordi A. Jauset, en el que participamos el grupo de profesores de Nus Agency. A continuación, puedo leer un artículo suyo sobre la relación de la música, como conjunto de vibraciones de determinadas características físicas y la percepción cerebral de esta en relación con la posible influencia sobre la expresión genética. Y, así, me entero de que, el Instituto de Investigación Sanitaria (IDIS) de la Universidad de Santiago de Compostela, dentro de la disciplina de vanguardia denominada “sensogenómica” comienza a investigar “cómo los estímulos sensoriales, entre ellos la música, repercuten en nuestro ADN, buscando las bases moleculares que subyacen a la activación de nuestra información genética”

Estoy asombrado por estas “casualidades-acasuales” o fenómenos de sincronización inesperados, que, por suerte, me permiten aprender de un maestro como Jordi. Me hace recordar mis lecturas de algunos de los libros del transgresor Rupert Sheldrake y posibles fenómenos físicos, como lo que este autor denomina “campos mórficos”.

Transcribo de Carsten, C. & Molnár, F, (2019):

“La regulación epigenética es crítica para el normal desarrollo y funcionamiento de nuestro cerebro. El ADN dinámico y la metilación de las histonas, así como su desmetilación en loci de genes específicos, desempeñan un papel fundamental en el aprendizaje, la formación de la memoria  y la plasticidad del comportamiento.” (109/160)

“La epigenética es una de las áreas más innovadoras en investigación en la moderna biología  y biomedicina, donde las características moleculares de control epigenético pueden ser usadas como objetivos para intervenciones y tratamientos médicos.” (149/160)

Y concluyo en que es criterio aceptado por muchos destacados estudiosos del tema, como lo expresa Cheung-Hoy Yu, A., & Li, L., Eds. (2018), que se  ha comprobado que la musicoterapia, en manos de acreditados especialistas, resulta muy útil en el tratamiento, sanación y rehabilitación de ciertos trastornos físicos, mentales y afectivos, así como en la obtención de bienestar físico y psicológico y en logro de altos desempeños en lo personal y profesional. 

BIBLIOGRAFÍA

  • Calberg, C. & Molnár, F. (2019). Human Epigenetics: How Science Works. Suiza. Springer. https://doi.org/10.1007/978-3-030-22907-8_1.
  •  “Not Cure but Heal: Music and Medicine.” Andrade, P. E, & Bhattacharya, J., en Cheung-Hoy Yu, A., & Li, L. (2018). Advances in Neurobiology 21: Systems Neuroscience. Cap. 11. Suiza. Springer Nature. ISBN 9783319945934. 
  • Harding, S. E (2022). The Exquisite Machine: The New Science of The Hearth. The MIT Press. ISBN 9780262047142
  • “Neuroscience and Quantum Physics. Aspect of Human Brainwaves.” Zamzuri, I. et al., en Nima Rezaei, Editor. (2022). Multidisciplinarity and Interdisciplinarity in Health 6. (Integrated Science). Springer. ISBN-13 9783030968138
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