Dr. David Rodríguez Vela: «La cirugía plástica inicialmente surge como una práctica reparadora»

David Rodríguez Vela

El Dr. David Rodríguez Vela es un reconocido especialista en Medicina estética y Cirugía plástica, licenciado por la Universidad de Sevilla. Compagina su actividad en el ámbito público, en el Hospital Universitario Virgen del Rocío, con su actividad privada en centro médico Novaclinik Médica, del cual es fundador y donde ejerce como director médico y gerente. Además, compaginó la Medicina con sus estudios en Música, obteniendo el Título Profesional de Música en la Especialidad de Piano en el año 2008.

Hoy hablamos con él en esta entrevista de salud, música y medicina estética.

Estudiaste medicina y piano y has comentado en alguna ocasión que has conseguido aplicar las artes en la medicina y que la cirugía plástica es la especialidad que te lo ha facilitado.

D: Como cualquier disciplina artística, la música te ayuda a apreciar los conceptos de belleza, proporcionalidad, armonía, etc. Esa visión artística que en medicina es más científica y no la tienes tan aplicada. Desde los 9 años estudiaba piano y pensé en qué podía hacer en el campo de la medicina para poder aplicar esa vertiente artística. A mí me gustaba quirófano por trabajar con las manos y busqué dentro de las especialidades quirúrgicas qué me encajaba y así descubrí la cirugía plástica.

Hay que decir que la cirugía plástica es la gran desconocida porque todo el mundo piensa en la parte estética y es mucho más que eso porque abarca toda la parte reconstructiva. Y cuando yo vi la reconstrucción con cada caso particular en el que tienes en cuenta la funcionalidad y los aspectos estéticos vi que era una especialidad que te permitía tener una visión más artística.

¿Estudiar música te ha servido en tus estudios de medicina?

D: Indirectamente, mucho. La música te da una visión humanista. Medicina es una muy bonita, pero puede llegar a ser fría también porque hasta tercero o cuarto no ves a pacientes. Es una carrera eminentemente teórica y la música es todo lo contrario, tiene mucha práctica. Un escenario se me asemeja a un quirófano. Estás delante de un público con unos nervios porque has de ejecutar una obra que has estudiado durante meses y meses y tienes cinco minutos para demostrar lo que sabes.

En el quirófano, cuando vas a operar a un paciente, tienes a tu público que es la enfermera, anestesista y ayudante, y tienes que ejecutar bien todos los pasos. Esa tensión me recuerda a cuando me ponía delante de un piano. Cierto es que en música no está la vida de un paciente en juego, pero te ayuda porque desde pequeñito te has sometido a esa presión y consigues una seguridad estudiada y aprendida. La música para eso es muy útil.

Eres jefe clínico en la unidad de quemados, ¿es un área especialmente difícil?

D: Es un área dura porque aquí se ve toda la parte humana de la medicina porque el paciente quemado arrastra muchos problemas. Es un paciente que no solo tiene quemada la piel, sino también el alma. Son pacientes a los que cualquier ayuda que tú les des, la van a agradecer. De ahí la importancia de la musicoterapia, de estar pendiente de ellos. A parte de tratar la piel, al paciente le has de atender porque no es solamente la quemadura, es algo más. Y es lo complicado de esta unidad. Están mucho tiempo ingresados y tiene sus peculiaridades.

"La cirugía plástica es la gran desconocida porque todo el mundo piensa solamente en la parte estética y es mucho más que eso"

Así que a estos pacientes los ayudáis con música.

D: A día de hoy, solamente disponemos de dos días de musicoterapia, pero la gente que ha recibido esta terapia, el recuerdo que tienen de la estancia en la unidad es muy distinto al que no la ha recibido. Normalmente, los que no han recibido musicoterapia no quieren saber nada de nosotros. Normal, aquí lo pasan mal. Cuando han recibido musicoterapia, el recuerdo es muy diferente porque la parte mala la han olvidado y no ven este periodo tan negativo.

Tuvimos a un paciente que quería estudiar música, al final estudió veterinaria y se quemó. Pues durante su estancia aquí, aprendió a tocar el ukelele y a día de hoy nos sigue escribiendo, preguntando sobre sus quemaduras y sobre cómo va la unidad. La música tiene un papel bastante importante para ayudar a cambiar la visión, que esto no se viva como una tragedia tan grande y cambie el sentimiento hacia la esperanza y optimismo.

¿El principal beneficio de la musicoterapia se produce en el estado emocional?

D: Está demostrado que reduce la ansiedad anticipatoria y el uso de fármacos antes de la cura, pero también se consigue que la vivencia de este periodo hospitalario sea menos negativa.

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¿Tiene suficiente presencia la musicoterapia en los hospitales?

D: No, y partimos de la base que los musicoterapeutas no son sanitarios ni se incluye en la cartera de servicios del sistema de salud andaluz. No está contemplado. De hecho, la gente confunde música en los hospitales con musicoterapia, cuando el musicoterapeuta ve y analiza al paciente. A nosotros nos ha costado mucho introducirlo.

¿Y crees que debería tener más presencia porque la música ayuda a curar?

D: Muchas veces utilizamos fármacos con menos evidencia científica que la musicoterapia. Están demostrados los beneficios de la música. Ahora bien, ¿se puede permitir un sistema público tener música? Pues no lo sé, pero a día de hoy lo estamos consiguiendo con la ayuda de asociaciones, pero sí han de dejar entrar a los musicoterapeutas.

En Argentina y Chile son considerados personal sanitario. Aquí, a día de hoy, no están reconocidos como sanitarios y es sería un gran paso. Nuestro sistema sanitario, es cierto que no lo puede costear todo porque hay prioridades, pero sí que les dejen entrar en hospitales porque está demostrado que es beneficioso y los pacientes van a mejorar. Aquí lo hemos comprobado.

Vamos con la cirugía plástica. ¿Cómo estáis viviendo desde esta especialidad la influencia que tienen las redes sociales en la visión de nuestra imagen corporal?

D: Pues tienen un efecto muy negativo porque ofrecen una visión que no es real. La visión perfecta que se da en las redes sociales con filtros y tantas cosas, alteran la percepción. De la misma manera que la imagen que tú tienes en la cámara del móvil no es la misma que se ve en el espejo y no es lo mismo que la imagen real. Eso mucha gente no lo sabe, que cuando te miras al espejo no ves la misma imagen que estoy viendo yo.

Por ejemplo, el famoso aumento de labio para el que estás poniendo un mililitro, que no es nada. Hay pequeñas asimetrías que las has de ver en visión real. En los filtros de Instagram las pacientes buscan una proyección que no es natural, porque si la pongo para que se vea bien en las redes sociales o el espejo, en la vida real se vería como un monstruo.

¿Hay un problema en general de autoestima?

E: En el día a día hay muchos problemas a los que no podemos hacer frente. Entonces, ¿qué problema podemos más a o menos llegar a controlar? Nuestra apariencia. Además, estamos en una sociedad en la que el más guapo triunfa. Damos mucha importancia a la apariencia física, que es importante, pero no lo es todo. Tendríamos que trabajar otras áreas más y que no seamos solo un envoltorio.

Es importante sentirse bien con uno mismo, pero hay que reflexionar “¿Cómo me siento bien conmigo mismo?” Creo que se nos está yendo de las manos el concepto estético y de belleza. Por ejemplo, hay quién viene diciendo que quiere la nariz de Elsa Pataky. Pues es imposible, eso en tu cara es imposible, no te va a sentar bien. Hemos perdido esa realidad y el sentido de sentirse bien con uno mismo.

"Usamos fármacos con menos evidencia científica que la musicoterapia. ¿Se puede permitir un sistema público la música? No lo sé, pero han de dejar entrar musicoterapeutas en los hospitales"

Dices que los cirujanos plásticos tenéis una gran función desmitificadora.

D: Nuestra función es intentar poner al paciente en la tierra. Has de intentar adaptar tu ideal de belleza a tu cuerpo. Por ejemplo, cuando hablamos de peso, ya no hablamos de estética sino de salud.

Hay que ver hasta dónde es salud y hasta dónde es simplemente estética. Ahí la gente ha perdido un poco el norte. Los fumadores dicen por ejemplo “A mí me dan igual las arrugas”. Si cuando digo de no fumar no es por las arrugas, es por la tensión, el daño en la circulación, cáncer de pulmón, infartos, etc. Hay que poner en una pirámide la importancia de las cosas.

La cirugía plástica va más allá de lo puramente estético, banal o superficial porque ayudáis a reparar daños causados por enfermedades o accidentes, ¿no es así?

D: La cirugía plástica surge en la I Guerra Mundial para ayudar a los pacientes amputados con grande deformidad para intentar darles calidad de vida. Ya después, pues la estética siempre ha preocupado al ser humano. La especialidad que finalmente unió la parte reparadora con la inquietud humana de estar más bello e intentar rejuvenecer fue la cirugía plástica. Pero inicialmente surge como una práctica reparadora.

Llamáis a la cirugía plástica la cirugía de la emoción.

D: Al final, ya sea reparadora, para un cáncer de mama, o ya sea puramente estética, como una rinoplastia, al final el paciente se lleva esa parte emotiva, de verse bien, subir su autoestima, empoderarse, etc. Y lo notas en su estado emocional cuando ves al paciente en las siguientes visitas.  

¿Qué momento vive la medicina estética en la actualidad?

D: Están aumentando las estadísticas entre pacientes jóvenes y también mayores que recurren a la medicina estética. Estamos casi en el 50% de la población. No exagero, porque la gente miente diciendo que no se han hecho nada y sí lo han hecho. Y cada vez hay más gente que se preocupa por llegar a cierta edad bien. Ya no se ven pieles arrugadas y cada vez la gente se cuida más para llegar no luciendo más jóvenes sino con los años bien llevados, sin problemas en la piel y con unas arrugas y flacidez equilibradas según su edad.

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¿Cada vez se solicitan más tratamientos no invasivos?

D: Sí, inductores de colágeno, tratamiento con láser, peeling, etc. La gente es consciente que quieren llegar a cierta edad bien, sin aparentar muchos menos años. Ya se está perdiendo lo de la madre, la niña y la abuela con la misma cara porque las tres se han inyectado y ya no saben quién tiene qué edad. Lo que se intenta ahora es fabricar colágeno, retensar la piel, tomar suplementos alimenticios, etc. Vamos encaminados a una visión menos artificial y a estimular el llevar los años bien llevados, sin aparentar 25 años. Lo que llamamos envejecimiento natural.

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