Inma Torres: «Podemos decir que la práctica musical contribuye al retraso del deterioro cognitivo”

Inma Torres comenzó sus estudios musicales en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid y posteriormente se trasladó al Conservatorio Superior de Música “Manuel Massotti Littel” de Murcia, donde finalizó los estudios superiores de Trompa y Piano.
Inma ha sido miembro de la Orquesta Sinfónica de Murcia y de la Orquesta “Odón Alonso” de León. Ha desarrollado su labor pedagógica en diferentes conservatorios de España. Imparte cursos y masterclass en Valencia de Don Juan, Quincena musical “Manuel Enguidanos Cotanda” y C.P. M Albacete.
Ha participado en el proyecto “Prevención de la violencia a través de las artes escénicas” organizado por la fundación Don Bosco de El Salvador.
Actualmente ocupa la cátedra de trompa en el Conservatorio Superior “Oscar Esplá” de Alicante. Ha sido estudiante de la tercera edición del Máster en Neuromúsica de NUS Agency y ha dedicado su trabajo final a estudiar las diferencias cognitivas en la adultez entre músicos y no músicos.
Tu trabajo se ha centrado en estudiar las diferencias entre el cerebro de un músico y un no músico, porque tenemos claro que no hay discusión, funcionan diferente. ¿No es así?
I: Si, efectivamente. La práctica instrumental es una actividad altamente exigente y estimula diferentes áreas del cerebro produciendo diversos cambios tanto a nivel estructural como funcional. Entre estos cambios, se observa un mayor volumen en la materia gris, incremento en el volumen del hipocampo, modificaciones en la materia blanca, engrosamiento cortical y mayor volumen en el cerebelo.
Por otro lado, se observa un aumento de la plasticidad cerebral, ya que la práctica musical estimula la formación de nuevas conexiones neuronales.
También existe una mayor conectividad entre los hemisferios cerebrales. Los músicos tienen un cuerpo calloso más desarrollado, lo que facilita la comunicación entre el hemisferio izquierdo principalmente asociado al pensamiento lógico y analítico, y el hemisferio derecho asociado al pensamiento creativo, intuitivo y emocional.
¿Por qué tocar un instrumento aporta beneficios cognitivos?
I: Tocar un instrumento desarrolla diversas habilidades. Por ejemplo, la coordinación motora es esencial, ya que implica sincronizar el movimiento de las manos, los dedos, la vista y, en algunos casos, la respiración. El procesamiento auditivo permite reconocer y diferenciar sonidos, tonos y ritmos con precisión. La concentración es clave, ya que es necesario enfocarse en la ejecución, la lectura de la partitura y la sincronización con otros músicos.
Además, la práctica instrumental fortalece la memoria, ya que se deben recordar melodías, patrones rítmicos y estructuras musicales. También requiere habilidades de planificación y toma de decisiones, como ajustar la velocidad, la intensidad y anticipar las notas, lo que favorece la flexibilidad cognitiva y el control ejecutivo.
Todas estas habilidades activan y modifican estructuras cerebrales como la corteza motora, el cerebelo, los ganglios basales, el hipocampo, la corteza prefrontal y la corteza auditiva. Estas son estructuras que están implicadas en los procesos cognitivos.
Aunque luego analizaremos el impacto en avanzada edad, ¿es importante realizar este aprendizaje de joven o también ayuda a personas mayores?
I: El aprendizaje musical es beneficioso en cualquier etapa de la vida. Pero iniciarlo desde joven puede potenciar aún más sus efectos debido a la mayor plasticidad cerebral en edades tempranas. Además, optimiza funciones cognitivas, estableciendo una base sólida para el desarrollo cognitivo a lo largo de la vida.
Sin embargo, en personas mayores, el entrenamiento musical también puede generar mejoras significativas. Como hemos analizado en este estudio, tocar un instrumento en la vejez contribuye a mantener la reserva cognitiva. Es decir, favorece el deterioro cognitivo asociado al envejecimiento y mejora habilidades como la memoria, la atención y la velocidad de procesamiento.
Además, la práctica musical en edades avanzadas fomenta la socialización, el bienestar emocional y la motivación, lo que la convierte en una herramienta poderosa para la salud cognitiva y emocional en la tercera edad.
"Tocar un instrumento desarrolla la coordinación motora, la concentración, fortalece la memoria y las habilidades de planificación y toma de decisiones"
Háblanos en detalle de las funciones específicas que mejoran, en general, gracias a la formación y práctica musical.
I: La práctica musical requiere retener y manipular información en tiempo real, como recordar notas, ritmos y secuencias melódicas y por tanto mejora la memoria de trabajo.
La repetición y el aprendizaje de piezas musicales fortalecen la consolidación de recuerdos, lo que favorece la retención de información general, por tanto potencia la memoria a largo plazo.
Mantenerse concentrado durante la interpretación de una pieza musical desarrolla la capacidad de enfocar la mente en una tarea por períodos prolongados por lo que mejora la atención sostenida.
La práctica musical entrena la habilidad de centrarse en estímulos relevantes (como seguir una partitura) y descartar distracciones, por lo que mejora la atención selectiva y el control inhibitorio.Los músicos deben realizar múltiples tareas simultáneamente, como leer la partitura, coordinar movimientos y escuchar a otros intérpretes, lo que estimula la atención dividida.
La práctica musical exige estructurar y planificar ensayos, anticipar cambios en la ejecución, adaptarse a cambios inesperados, improvisar o interpretar una misma pieza de diferentes maneras y todo ello mejora la planificación y la flexibilidad cognitiva.
Los músicos enfrentan constantemente desafíos técnicos y expresivos que requieren encontrar soluciones rápidas y efectivas, lo que mejora su capacidad de análisis, toma de decisiones y resolución de problemas.
Tu trabajo ha analizado el impacto de la práctica musical en adultos mayores de 80 años. ¿Qué querías averiguar?
I: En la búsqueda de información sobre la influencia de la práctica instrumental en los procesos cognitivos, encontré numerosos estudios que evidenciaban el impacto de esta práctica en funciones ejecutivas, memoria, atención, etc. Pero pocos eran los estudios que se centraban en la edad adulta.
Por lo que mi intención era averiguar si la práctica instrumental influía también en las capacidades cognitivas de los adultos, teniendo en cuenta que con el envejecimiento, pueden experimentar un deterioro en ciertas funciones.
Específicamente, quería analizar si tocar un instrumento mejora habilidades como la resolución de problemas, la planificación, la toma de decisiones, la memoria y la atención, contribuyendo así a un mejor rendimiento cognitivo en la vida diaria.
Además, me interesaba explorar si esta práctica podría contribuir al desarrollo o mantenimiento de la reserva cognitiva, que actúa como un factor protector ante el declive asociado al envejecimiento.
¿Cómo se realizó el estudio y qué aspectos valorasteis?
I: El estudio se realizó a través de un cuestionario creado en la plataforma Google Forms en el que se formulaban cuestiones relacionadas con las tareas cotidianas que puede realizar un adulto en su día a día, tareas en las que están implicadas habilidades como la memoria de trabajo, la atención la resolución de problemas, la planificación, la toma de decisiones, etc.
Para ello se acudió a tres agrupaciones de la población de Llíria, Banda Unión musical, Ateneo de enseñanza banda primitiva de Llíria y Banda de Jubilados. A partir de los resultados se realizó un análisis estadístico y comparativo para obtener los resultados.
"La práctica musical en la vejez contribuye a mantener la reserva cognitiva, retrasar el deterioro asociado al envejecimiento y mejorar el bienestar emocional"
¿En vuestro estudio encontrasteis diferencias en las respuestas entre hombres y mujeres?
I: El género no se consideró una variable de análisis en este estudio, ya que la población objetivo está compuesta por personas de entre 80 y 82 años, nacidas en la década de los 40.
En aquella época, el papel de la mujer estaba más limitado a determinadas funciones y su acceso a ciertas actividades, como la práctica instrumental, era restringido. De hecho, no se encontró ninguna mujer en el grupo de músicos, lo que impidió analizar esta variable y, por tanto, comparar las respuestas entre géneros.
¿Qué funciones cognitivas se ven afectadas en la vejez y cómo la práctica musical puede ayudar a mejorarlas?
I: Las funciones ejecutivas que se ven afectadas en la vejez son la memoria de trabajo, la planificación y organización, la toma de decisiones, la inhibición o el control de impulsos, la flexibilidad cognitiva, la atención y la velocidad de procesamiento.
En el proceso biológico del envejecimiento se produce una reducción del volumen en ciertas estructuras del cerebro y en la plasticidad cerebral, así como la pérdida de mielina y se produce un desequilibrio de los neurotrasmisores.
Y, como hemos dicho, la práctica instrumental favorece las nuevas conexiones neuronales y el aumento del volumen de todas estas estructuras que están implicadas en la memoria y en las funciones ejecutivas.
"La práctica instrumental favorece nuevas conexiones neuronales y el aumento del volumen de estructuras implicadas en la memoria y en las funciones ejecutivas"
¿Podemos afirmar que la práctica musical ayuda al retraso del deterioro cognitivo y, por ende, favorece un envejecimiento más saludable?
L: Sí, podemos decir que la práctica musical contribuye a retrasar el deterioro cognitivo, ya que estimula la plasticidad neuronal, favoreciendo la formación de nuevas conexiones entre las neuronas. Además, incrementa el volumen y la actividad de estructuras cerebrales vinculadas a los procesos cognitivos, lo que ayuda a ralentizar el declive propio del envejecimiento.
Por otro lado, la música también impacta en el bienestar emocional, ya que es una actividad que fomenta la socialización y la motivación. Estos factores están estrechamente relacionados con la regulación de neurotransmisores como la dopamina y la acetilcolina, que juegan un papel clave en la memoria, el aprendizaje y el estado de ánimo.
De este modo, la práctica musical no solo retrasa el deterioro cognitivo sino que también promueve un envejecimiento más saludable y equilibrado.
Así pues, ¿una de tus conclusiones a raíz de este trabajo es que el envejecimiento cerebral se puede retrasar?
I: Sí, efectivamente. Los resultados demuestran que los sujetos analizados que han realizado una práctica instrumental presentan mayores habilidades cognitivas asociadas a su vez con una mayor reserva cognitiva, la cual que actúa como un mecanismo protector frente al deterioro asociado al envejecimiento, permitiendo a los músicos compensar mejor los efectos del declive cognitivo.
En consecuencia, podrían estar mejor preparados para enfrentar los desafíos que surgen con la edad, preservando su calidad de vida y autonomía por más tiempo.
¿Cualquier persona sería una buena candidata a mejorar sus funciones cognitivas con entrenamiento musical?
I: En principio, el entrenamiento musical puede beneficiar a la mayoría de las personas, siempre que no presenten problemas de salud mental o enfermedades neurodegenerativas avanzadas que dificulten el aprendizaje o la práctica instrumental
Si es cierto que la magnitud del beneficio puede depender de varios factores como la edad, el nivel de entrenamiento previo, la frecuencia o intensidad de la práctica.
¿Podría ayudar a personas con primeros síntomas de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer?
I: Sí. Podría ayudar a personas con enfermedades degenerativas como el Alzheimer. Obviamente su efectividad depende de la fase de la enfermedad y la capacidad funcional del paciente.
En las etapas iniciales del Alzheimer, la degeneración neuronal afecta principalmente regiones como el hipocampo (clave para la memoria) y la corteza prefrontal (involucrada en la planificación y el control ejecutivo).
Tocar música relacionada con experiencias personales reactiva redes neuronales en la corteza medial prefrontal, por tanto, estimula la memoria biográfica y facilita la recuperación de recuerdos. Por otro lado, los ganglios basales y el cerebelo que son estructuras menos afectadas en las primeras etapas del Alzheimer son las estructuras donde se procesa la memoria procedimental. Esto significa que las personas con Alzheimer temprano pueden seguir tocando instrumentos o aprendiendo patrones musicales repetitivos.
Las personas con Alzheimer temprano suelen experimentar síntomas como ansiedad, depresión e irritabilidad debido a la pérdida progresiva de habilidades. La música reduce la ansiedad y el estrés y, aumenta la motivación
Sin embargo, en etapas avanzadas del Alzheimer, la capacidad de aprendizaje musical se ve gravemente afectada, aunque escuchar música sigue siendo útil para la regulación emocional.
¿Qué instrumentos son los más comunes para este tipo de población mayor que quiere conservar y/o mejorar sus funciones cognitivas?
I: Si bien los participantes de este estudio son instrumentistas de viento con años de experiencia, al iniciar la práctica instrumental en la edad adulta, es más común optar por instrumentos como el piano, la guitarra o la percusión.
Estos instrumentos requieren habilidades cognitivas y motoras que pueden estimular las funciones ejecutivas, pero presentan un menor desafío físico en términos de capacidad pulmonar y control del aire, lo que facilita su aprendizaje en edades más avanzadas. Además, su estructura permite un progreso gradual, lo que los hace más atractivos para adultos que buscan desarrollar nuevas habilidades sin una exigencia técnica inmediata
¿Hay géneros musicales que influyen más positivamente que otros?
I: Aunque en mi estudio se analiza la práctica instrumental en el contexto de la música clásica, un género que influye positivamente en diversas funciones cognitivas, existen otros estilos musicales que también pueden tener efectos beneficiosos.
Por ejemplo, el jazz, al requerir improvisación, puede favorecer la flexibilidad cognitiva, la memoria de trabajo y la toma de decisiones, o la música electrónica que favorece la atención sostenida y el procesamiento secuencial. En cualquier caso mi investigación se centra en la música clásica.
¿El hecho de ser un gran aficionado y analista musical durante toda la vida, pero no tocar ningún instrumento, puede aportar también beneficios cognitivos?
I: Sí, ser un aficionado y analista musical durante toda la vida, incluso sin tocar un instrumento, también puede aportar beneficios cognitivos, aunque en menor medida que la práctica instrumental.
Tocar un instrumento activa más áreas cerebrales simultáneamente (motora, auditiva, visual, memoria y planificación), generando una mayor plasticidad,
Pero la escucha y el análisis musical también son estímulos poderosos para el cerebro, y por tanto podría retrasar el deterioro cognitivo. Escuchar y analizar música: fortalece la memoria de trabajo y la capacidad de distinguir patrones sonoros; identificar estructuras musicales, cambios de tonalidad o ritmos a través del análisis; activa redes neuronales involucradas en el lenguaje y la percepción; y analizar distintos géneros y estilos musicales puede mejorar la capacidad de adaptación y pensamiento divergente favoreciendo la flexibilidad cognitiva.
Hablas de la posibilidad de que se abran puertas a futuros programas que incluyan la práctica musical en las estrategias de salud pública para mejorar el bienestar de adultos mayores.
I: Pienso que integrar la práctica musical en intervenciones dirigidas a adultos mayores podría ayudar a preservar sus funciones cognitivas, mejorar su bienestar emocional y fomentar la socialización.
Estos programas podrían diseñarse como actividades terapéuticas o preventivas dentro de centros comunitarios, residencias y espacios de rehabilitación, promoviendo un envejecimiento activo y saludable.