A propósito de la música, las emociones y el arte

musica y arte
Tiempo de lectura: 6 minutos

“La música compone los ánimos descompuestos y alivia los trabajos que nacen del espíritu.“

Miguel de Cervantes

Durante muchos años, neurocientíficos, musicólogos, psicólogos y antropólogos se han preguntado por qué los humanos disfrutamos tanto con la música.

Según la escuela Pitagórica, antaño se creía que la música se guiaba por la armonía de los astros. Actualmente, y gracias a la ciencia, se ha visto que la música sirve más bien para regir la armonía entre seres humanos.

El inicio de la música se cree anterior al del lenguaje, y su origen podría estar relacionado con el tarareo de una madre a su bebé. Este vínculo puede también relacionarse con el hombre prehistórico al bailar en sus rituales. La música aparece, así, como un vínculo comunicador de emociones en la familia y como un actor de cohesión social en la propia sociedad, siendo capaz de formar grupos y mitigar conflictos.

La música favorece la felicidad y la creatividad

La música posee una fuerte carga emocional. Eso es lo que nos lleva a escuchar la música que nos hace sentir bien. Diversos estudios han mostrado que algunas personas han tenido la experiencia conocida como “frisson»: estremecimiento que pone la piel de gallina, también conocida como “orgasmos de la piel”.

Esto sucede porque la música actúa en nuestro sistema nervioso de forma parecida a las drogas, el sexo o incluso la comida, activando el lóbulo frontal y produciendo la  dopamina. También produce oxitocina conocida como la hormona del amor.

Incluso se ha demostrado que estimula la creatividad: la exposición ante niveles moderados de sonido ambiental favorece que las personas sean más creativas debido al fenómeno llamado “resonancia estocástica”, por el cual se mejoran algunas funciones bajo ciertas estimulaciones sensoriales.

“Lo bueno de la música es que, cuando te golpea, no te duele”

Bob Marley

musica y emociones

La música como forma de arte

De todas las funciones de la música, quizá la más misteriosa corresponda a su integración dentro del mundo del arte: cómo se forma, se traduce y llega a las personas a través del sentido del oído, y cómo la interpretación de las notas musicales supone un intercambio entre el artista y el oyente.

Se ha considerado en ocasiones la música como un arte efímero. Las notas se las lleva el viento, pero sus partituras no. La música podemos considerarla impune al paso del tiempo: sus notas se transmiten de generación en generación, mediante antiguos cantares medievales y a través del folklore de cada pueblo.

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