Begoña Solà: “La degradación de la imagen corporal en una enfermedad es algo que cuesta mucho afrontar”
Begoña Solà es enfermera especializada en paciente oncológico paliativo y atención a domicilio. Lleva dos años colaborando en el centro interdisciplinar Owings. Además, se formó como Enfermera Gestora de la Imagen Corporal en NUS Agency.
Nos hemos reunido con ella para hablar del acompañamiento al paciente oncológico, el cuidado de la imagen corporal, la autoestima y lo que la ha llevado a seguir formándose para poder ofrecer una atención más completa.
Tratamientos estéticos y aspectos bioéticos relacionados con la paciente con cáncer de mama
¿Se le da suficiente importancia a la autoestima? Entendiendo que, obviamente, la prioridad es combatir la enfermedad.
B: No se pone suficientemente el foco en la autoestima y es algo que debería ser evaluado con mayor frecuencia. Es un factor que difiere mucho de una persona a otra, pero tenemos que ser capaces de examinarlo, para poder ayudar a esas personas para las que resulta más importante. Creo se tiene que trabajar más con los pacientes la autoestima y poderte adaptar. Para mi es básica y la preparación de cada uno para afrontar esto
¿Qué te ha llevado a estudiar el Máster de Enfermera Gestora de la Imagen Corporal y Dermoestética en NUS?
B: La Imagen Corporal siempre me ha interesado, trabajar como enfermera me ha dado conocimientos para entender y detectar en qué momento se encuentra el paciente y poderle brindar mi ayuda en todos los ámbitos (física, psicológica y emocionalmente) para que esa degradación de la imagen corporal no sean tan brutal. Cuando me enteré de que existía el Máster en Enfermera Gestora de la Imagen Corporal y Dermoestética, me animé a ampliar mis conocimientos. He entendido muchos conceptos: entender qué le pasa a la piel en diferentes procesos, la fisiología, cómo poder tratar una herida, la micropigmentación, tratar la sequeded y cómo ayudar a revertir todo lo que va sucediendo.
Te interesa especialmente el tratamiento de las cicatrices. ¿Se pueden tratar desde una vertiente estética?
B: Definitivamente, hoy en día hay muchos tratamientos y aparatología para poder mejorar el estado de la piel y por lo tanto tratar muchos tipos de cicatrices. Los tratamientos estéticos en cicatrices nos ayudan a recuperar la autoestima y confianza. Hay que insistir que las cicatrices no son solo un problema estético sino que dan problemas a nivel funcional. Las adherencias a planos más profundos ocasionan alteraciones en su posición corporal, molestias, dolor e incluso trastornos funcionales. Las cicatrices quirúrgicas, por ejemplo, deben tratarse siempre para recuperar elasticidad en la piel y despegarlas. Una cicatriz que impida levantar el brazo por una mastectomía debe tratarse para trabajar los planos profundos y que ayude a que la paciente se encuentre mejor y se adapte mejor al día a día. No es solamente algo visual, sino todo lo demás que conlleva una cicatriz.
“Gracias al máster, he adquirido un abanico de conocimientos para transmitir a mis pacientes la importancia del autocuidado y mejorar estéticamente las secuelas de sus enfermedades"
¿Te centrarás únicamente en el paciente oncológico o te abres a otro tipo de pacientes también?
B: Mi principal paciente es el oncológico pero, gracias al máster, he mejorado en mi profesión y he aprendido a cuidarme a mí misma para transmitir los conocimientos a más pacientes y explicar que si tienen una buena higiene facial, una buena rutina, les va a ayudar mucho. Seguiré tratando a personas sanas o con algún problema de salud, pero ahora como enfermera especialista en imagen corporal también puedo ayudarles a mejorar estéticamente algunos de los problemas que nos sobrevienen durante nuestra vida.
¿Qué crees que aporta la visión holística al mundo de la imagen corporal?
B: La visión holística lo es todo en el ámbito de la imagen corporal, el poder atender a la persona desde todos los ámbitos: psicológico, físico, social, espiritual, es un todo. Cuando uno está bien, se nota y se transmite. Cuando uno necesita superar traumas o enfermedades, se nota también. Si te quieres, te cuidas, estás bien y se transmite.
¿Es cierto que una actitud positiva con uno mismo ayuda a superar enfermedades?
B: Sentirse bien ayuda a superar una enfermedad. La actitud es un 50% ganado. Cuando te dan un diagnóstico, dependiendo de la forma en la que lo afrontas y el apoyo de la familia, ya tienes ganado mucho. Y si no, por lo menos, el tiempo que estás viviendo, es un tiempo bueno. Cuando uno está positivo y tiene un buen apoyo social, el proceso de la enfermedad se lleva mejor.
Begoña, llevas años cuidando a pacientes oncológicos y paliativos a domicilio. Debe ser muy duro emocionalmente, ¿no?
B: Poder ayudar a los pacientes y familias en estos momentos tan intensos y especiales e irrepetibles es muy gratificante. Podemos decir que es una escuela de vida en la que recogemos experiencias de las personas que vamos conociendo y elaborando un libro en el que vamos anotando y viendo las diferentes formas que la gente tiene de afrontar estos momentos. Es algo para lo que nadie está preparado, ni los propios profesionales. Yo he aprendido mucho.
También tienes una amplia experiencia en el cuidado de heridas oncológicas. ¿Cómo afectan en la imagen corporal de los pacientes estas heridas? ¿Y cómo las tratáis?
B: La afectación de las heridas dependerá de cómo lo viva cada persona. La pérdida de autonomía y la degradación de la imagen corporal es una situación que cuesta mucho afrontar, sobre todo en paciente oncológico. No es lo mismo un tumor visible, en el rostro por ejemplo, que en el pulmón. El tratamiento se basará en la calidad de vida, el estado de ánimo y potenciar la autoimagen. Depende del caso, la persona y la situación del momento. Necesitas intentar controlar los síntomas derivados del tumor y acompañar a la persona quitando hierro al asunto y normalizando.
Me comentabas hace unos días que te has encontrado casos de pacientes que han preferido renunciar a ciertos tratamientos contra el cáncer para no perder el cabello y no afrontar ese cambio radical en su imagen.
B: Fue uno de los motivos por los cuales me decidí a estudiar el máster, para dar soluciones a problemas como ese o similares. Que una persona renuncie a un tratamiento porque no quiere perder el cabello, es una decisión muy difícil y debemos tener la capacidad de empatizar con ella. Aquí comienza el acompañamiento asertivo, no imponiendo lo que nosotros creemos que es lo correcto, sino poniéndonos a su lado para acompañarla/o durante el proceso. Me cuesta escuchar a una persona decir “No quiero tratamiento y sé que me moriré”. La parte física es muy importante para las personas. Perder el pelo o las cejas es algo visible y ello implica perder la identidad. El cambio físico es brutal y puedo entender que haya gente que esto no lo soporte y puedo entender que alguien no quiera. Mi función va a ser estar a su lado tolerando y entendiendo sus creencias.
"Que una persona renuncie a un tratamiento porque no quiere perder el cabello, es una decisión muy difícil"
¿Crees que los pacientes tienen suficiente información y acceso a los tratamientos y técnicas que existen para paliar esas secuelas físicas?
B: Por suerte, hoy en día tenemos a nuestra disposición muchísima información, pero sin un mínimo de conocimientos es fácil confundirse y equivocarnos con el tratamiento. Esto en ocasiones puede llevar a consecuencias muy negativas. Mi consejo es siempre acudir a un profesional especializado para que nos asesore. Como profesional de la salud, yo he de estar enterada de todo para transmitírselo a mis pacientes, pero ha de ser una información veraz. En internet ves muchas cosas que no son verdad. Hay que ver cómo llega esta información a las personas. Han de ser guiadas por profesionales.
¿Cuáles son los tratamientos para evitar la degradación de la imagen corporal más demandados en pacientes oncológicos?
B: Lo principal son las cejas y la pérdida de cabello, que es lo más visible. Una areola, si no la tatúas, nadie te ve y puedes ir a la playa con una prótesis y un bañador. Es todo lo más visible, las cejas sobre todo, la piel que después de un tratamiento está sin vida, volver a darle una hidratación y enseñar técnicas de maquillaje por ejemplo. Está también la sequedad de la piel. Hay técnicas y tratamientos para poder volver a tener una piel normal.
”No se da suficiente importancia a la autoestima del paciente. Debería ser evaluada con mayor frecuencia"
¿Cómo de importantes son las secuelas emocionales que arrastran, relacionadas con ese cambio de imagen corporal?
B: La capacidad de adaptación de la persona a su nueva situación es algo básico. Tuve un paciente que tenía una tumoración en la cara y perdió medio rostro. Este señor salía a la calle porque no quería que esto le privara de hacer una vida normal. Se ponía una mascarilla y con su silla de ruedas se iba cada día a la calle a pasear. Otras personas, por una pequeña herida, se ven traumatizadas tanto que no pueden. Por lo tanto, es la capacidad de adaptación de cada persona. Depende de cada uno y de su autoimagen.