El TSJ de Asturias dicta sentencia: una enfermera sí puede ser directora general
¿Por qué una enfermera puede ser directora general? “Se trata de funciones típicas de dirección, gestión y coordinación de servicios (…) sin que quepa extraer de su redacción que el mismo tenga que ser necesariamente ocupado por un licenciado en Medicina.”
Así, con rotundidad, el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) ha avalado el nombramiento de María Josefa Fernández Cañedo, licenciada en Enfermería, como directora general de Cuidados, Humanización y Atención Sociosanitaria del Principado. Esto, tras desestimar el recurso contencioso-administrativo que había interpuesto el Colegio de Médicos de Asturias.
Esteban Gómez (CODEPA):
¿Directora general? Una ratificación que supone un impulso para la visibilización de la enfermería en el Sector Sanitario
En esta sentencia, el TSJA avala el nombramiento de María Josefa Fernández como directora general al considerar que el cargo puede ser ocupado, como ha sido el caso, por una enfermera, y supone una clara apuesta por la profesión como visión estratégica dentro de la Sanidad Pública. También, y como afirma Núria Sáez, CEO de NUS Agency y enfermera especializada en Imagen Corporal, supone todo un “reconocimiento de la capacitación, formación y, desde luego, currículum que se adquiere en el Grado de Enfermería para poder ocupar puestos de responsabilidad y poder en el Sector Sanitario y la Administración”.
¿Qué nos dice, al respecto, la experiencia y opinión de la persona que ocupa el cargo más alto del propio Colegio Oficial de Enfermería del Principado? Esteban Gómez Suárez, presidente de esta institución y persona con la que hemos podido hablar sobre el recurso presentado y la consecuente la sentencia, asegura que “el acceso a cargos de alta gestión en el ámbito público, son cargos para los que se requiere, por supuesto, una competencia profesional y política que no excluye en modo alguno a las enfermeras”. Además, considera que en el caso que ocupa la noticia “las enfermeras aportan pericia y talento que es escaso en otros perfiles de la administración pública y la política. En definitiva, las enfermeras enriquecen la gestión pública y deben estar muy presentes en este ámbito político.”
Así pues, podemos apreciar que el nombramiento de una profesional de la enfermería como directora general, entonces, no es baladí. Por su parte, así lo hace saber Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería, que argumenta “que es lícito que una enfermera ocupe altos cargos en las consejerías. Su formación y experiencia y competencias profesionales así lo avalan, de acuerdo con la normativa existente y las decisiones judiciales que se van produciendo”.
La sentencia responde a un recurso por parte del Colegio de Médicos de Asturias que ha sido desestimado
Este nombramiento, enmarcado en diciembre de 2021, fue recurrido por el Colegio de Médicos de Asturias por entender que María Josefa Fernández Cañedo, como enfermera, no contaba con la formación y experiencia necesarias para el buen funcionamiento y rendimiento de su cargo.
El órgano colegial, además de presentar estas argumentaciones, alegaba que el nombramiento era una decisión “precipitada” que vulneraba la Ley de Transparencia, Buen Gobierno y Grupos de interés “por la falta de idoneidad del nombramiento en la comparativa entre las funciones de esa dirección general y la reserva de ley para licenciados en Medicina de la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias de 2003.”
Laura Almudéver (COENV): "Mientras que la Justicia y la sociedad reconocen nuestra excelencia, algunas administraciones viven a espaldas de la realidad"
Por su parte, Laura Almudéver Campo, presidenta del Colegio Oficial de Enfermería de Valencia, entiende que las argumentaciones del Colegio de Médicos de Asturias responden a un “interés inmovilista latente y larvado, que no se expresa pero que se sobreentiende, de que la Enfermería nunca sea rival para la Medicina y otras profesiones que monopolizan los altos cargos de gestión y dirección.” Además, explica que la consideración de “extralimitación legal por parte del Gobierno” a la que hacían referencia los miembros de la corporación asturiana, en realidad, es “una de las decisiones más acertadas que ha adoptado la Administración de Asturias”, puesto que “quieren que la supremacía histórica del médico hacia las enfermeras a lo largo de la historia se mantenga.”
Las funciones que ha asumido María Josefa Fernández como directora general de cuidados no solo han sido avaladas desde los órganos judiciales, sino que también han sido defendidas por los diferentes representantes de los Colegios de Enfermería de todo el territorio español. Como se ha podido leer a lo largo de párrafos anteriores, desde luego se asume que una enfermera sí que está capacitada para ocupar puestos de dirección y gestión, en mayúsculas. ¿Por qué, entonces, consideramos que el ámbito de la Medicina es el único válido para asumir este tipo de cargos?
Una mirada al pasado: el Plan Bolonia y las competencias de los diferentes perfiles de los sanitarios
En octubre del año 2007 el Gobierno español aprobó un real decreto en el que se dejaba asentado el Proceso de Bolonia, un plan con el que el país se incluiría en el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), consiguiendo modernizar el sistema superior de educación y contribuyendo a equiparar la mayoría de las titulaciones universitarias. De entre ellas, la Enfermería se convirtió en grado universitario de cuatro años, con 240 créditos de formación, lo mismo que otras carreras como Derecho, Psicología, Economía o Periodismo.
Núria Sáez (NUS Agency): "El fallo del TSJA supone un reconocimiento de la capacitación y formación que se adquiere en el Grado de Enfermería"
¿Por qué si estas profesiones se equipararon hace ya casi dos décadas aún siguen existiendo dudas y reticencias entre unas y otras? ¿Por qué se sigue considerando a la Enfermería como una “profesión de segunda”? Como muy bien apunta Laura Almudéver, “mientras que un médico, un economista, un abogado, o un psicólogo pueden ser gerentes de un hospital, una enfermera tiene, en muchas regiones de España, vetado ese puesto, pese a estar preparada para ocupar el cargo, tener competencias en gestión y tener un título universitario absolutamente equiparable a todos los grados universitarios.”
Planificación, programación, gestión de los servicios, coordinación, trabajo en equipo, negociación, supervisión, y capacitación, además de conocimientos del sistema de salud, sus normativas legales, metas sanitarias y financiación, manejo de conflictos, toma de decisiones y priorización de problemas. Estas son algunas de las muchas competencias y aptitudes que tiene una enfermera y que la capacita para gestionar los diferentes entresijos del panorama sociosanitario y de los cuidados.
Una enfermera sí puede ser Directora General: optimismo en el panorama sanitario futuro y un impulso para la profesión de la Enfermería
La representación de la Enfermería en altos cargos de la Administración y Sistema Sanitario apenas ha ocupado páginas en la historiografía española y habitualmente ha estado rodeada de polémica. Como apuntaba Pérez Raya del CGE, “afortunadamente son cada vez más las enfermeras/os que ocupan altos cargos de gestión demostrando ampliamente sus competencias y buen hacer”.
Volviendo a Valencia y escuchando a Laura Almudéver, “el colectivo médico -pero también el farmacéutico- teme perder su condición predominante en esa jerarquía sanitaria y evita, a toda costa, que a la Enfermería se le permita dirigir un centro sanitario o sociosanitario y, especialmente, asumir un cargo de alta gestión o relevancia en la Administración Pública.” Sin embargo, argumenta que “el perfil más adecuado para responsabilizarse de una Dirección General –y por qué no de gerente de un Departamento (o Área de Salud), una Secretaría Autonómica o de toda una consejería– es el de un profesional sanitario, cuya formación, cualificación y competencias hacen que sea el más capacitado para el puesto.”
Polémica ante el caso de Navarra: ¿una enfermera no puede ser gerente de un centro?
Según ha recogido el medio de comunicación Redacción Médica tras hacerse eco de la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Navarra, en este caso, que dictamina “que las enfermeras no pueden dirigir centros de salud en Navarra y que este puesto sólo puede ser ocupado por médicos”, la decana del Consell de Col·legis d’Infermeres i Infermers de Catalunya (Cciic) y también directora del equipo de Atención Primaria de Sant Andreu de la Barca, Glòria Jodar, ha asegurado que “las licenciaturas no te hacen merecedor de las competencias para gestionar organizaciones, son cosas distintas. Tienes que tener una serie de competencias postgraduadas, que es lo que te avala para hacer una gestión de equipos».
Así pues, no todo es oro lo que reluce. Por tanto, debemos ser muy conscientes de la diferencia de opiniones y cambios de legislación existentes a lo largo de todo el territorio, pese a que con el caso asturiano parece que, poco a poco, los Tribunales van reconociendo las muchas competencias y el valor que representan los profesionales de la Enfermería para la sociedad. Tomando como ejemplo el fallo del Principado podemos considerar que la resolución del TSJA es, como dice Esteban Gómez, “algo muy positivo para las enfermeras”, porque, según su visión, “va a servir para intentar limpiar la profesión de estereotipos anacrónicos y casposos”. Aún así, y pese a que casos como el de Asturias puedan brindarnos algo de optimismo, no debemos confiarnos, porque la “legislación sigue siendo la misma” y debemos trabajar, entre todos, para conseguir adaptarla a las nuevas necesidades que demanda la sociedad.
En definitiva, con este fallo del TSJA ampliamente debatido se establece una jurisprudencia que traza el camino a seguir para que en otras comunidades se haga lo mismo. Noticias como esta hacen que, paso a paso, se ampare cada día más la profesión y suponen todo un avance y sirven de ejemplo a otras comunidades autónomas sin que se ponga en duda el bien hacer de las enfermeras en altos cargos de gestión y/o dirección.
