Miguel Ángel Gago: “Un buen neuroliderazgo es invertir en la salud y bienestar de tus trabajadores”

Tiempo de lectura: 6 minutos

¿Qué es honestidad? De este modo empieza una conversación larga e intensa con el experto en neuromarketing y neuroliderazgo -y también docente del Máster de Neuromúsica de NUS Agency-, Miguel Ángel Gago. Él, definiría el término ‘honestidad’ con cinco cosas concretas: “calidad y rigor en lo que ofrezcas, buen trato, moral y valores para cuidar a los trabajadores, participación, integración, cohesión y cooperación y, por último, salud.” Así, con un discurso más que formado y con una oratoria impresionante, lo asegura el experto, y acompaña sus palabras de un “con salud, todo, sin salud, nada” firme. 

Esto es solo la antesala de un mapeo por el panorama empresarial actual, por un análisis exhaustivo de los datos comportamentales de la sociedad y por los consejos de todo un experto que nos da una masterclass sobre cómo ayudar a los líderes -y futuros líderes- a ser mejores, siempre teniendo en cuenta que “invertir en la salud y bienestar de tus trabajadores es invertir en resultados, productividad, creatividad e innovación.

¿En qué momento decidiste encaminar tu carrera profesional hacia la neurociencia?

Fue en el año 2004. Yo tenía la suerte para ese momento de contar con una dilatada experiencia gerencial que se inició en la empresa de mi familia, y que siguió una ruta por otras empresas de diversos sectores industriales y comerciales, además de las propias que inicié como emprendedor. Por aquel entonces, en el 2004, yo era gerente del área de Marketing y Ventas y, como es obvio, mi campo era el del marketing y la publicidad. 

Entonces, a raíz de eso tuve conocimiento de una investigación realizada bajo resonancia magnética funcional (fMRI) por Read Montague en los Estados Unidos, un estudio que aclaraba el porqué de las preferencias del consumidor por la marca Coca Cola frente Pepsi, concluyendo que se vinculaba con áreas cerebrales correlacionadas con lo “afectivo”, cuando eran contemplados símbolos de la marca como el logo, los colores y la forma del envase. Es decir, que todo surgía predominantemente a nivel no consciente a través de una publicidad repetida con gran frecuencia por diversos medios, conectada con imágenes de gente sonriente que reflejaban alegría, bienestar y optimismo, en suma, felicidad, con textos y jingles musicales extremadamente motivadores.

Neuromúsica:

¿Se pueden promover las compras con estímulos sensoriales?

Esa investigación movió completamente todos mis cimientos porque demostraba la importancia de lo afectivo sobre todo lo demás. Me pareció que sentaba bases sólidas sobre cómo impactar en el cerebro y pensé que, con el tiempo y en la medida que continuaban las investigaciones neurocientíficas y los desarrollos consecuentes, y utilizando tecnologías de vanguardia, esto se podría aplicar a la influencia en muchas otras áreas, no solo el marketing. Así, por ejemplo, en la educación, el liderazgo, la gerencia y la salud.

¿Cómo tú debes hacer para que las personas hagan algo que tú quieres? ¿O para que dejen de hacer algo que tú quieres o modifiquen de alguna manera sus conductas? A mí esto me pareció súper importante, porque por primera vez una investigación neurocientífica iba a servir de soporte a todo lo que se venía pensando y discutiendo en la psicología. 

Hoy se sabe que, el cerebro, en sus redes y algunas estructuras asociadas, puede ser modificado hasta ciertos límites, ya sea por uno mismo, con la adopción de ciertos hábitos, o bien por la influencia de otros o de los medios de comunicación. Esto se corresponde con el concepto de plasticidad cerebral. Y, esperamos, que se influencie siempre en función del bien y no del mal.

“¿Por qué no deberíamos asociar una disciplina científica como la neurociencia cognitiva con la filosofía?"

En la actualidad, además, ocurre que las marcas deben posicionarse con los diferentes temas de debate que están candentes en la sociedad. Es decir, la marca va más allá de lo que es la ‘venta pura’, traspasa esta barrera. ¿Cómo se consigue traspasar ese muro?

Desde luego, y, de hecho, mucho antes de que hubiera esta investigación, ya se venía hablando de la importancia que tiene que una marca ocupe un espacio dentro del cerebro. ¿Qué ocurre? Nosotros venimos hablando mucho, por ejemplo, del cerebro triuno, un concepto sumamente viejo.

Y lo que ocurre es que, como bien sabemos, el cerebro es un sistema complejo compuesto por muchísimas redes, unas redes que están de alguna forma implicadas con la publicidad regular y repetida. Entonces, en cuanto a la publicidad, si logras establecer un aspecto diferenciador con respecto a otras marcas, sobre todo de carácter afectivo, lo tendrás. Esa es la clave: incidir en lo afectivo, pero nunca sin olvidarnos de lo racional. Que todo sume. 

Las marcas tienen una personalidad, y esa personalidad, los que trabajamos con publicidad tenemos que construirla a través de la realización de estudios de mercado y el análisis de las personas que forman parte del target de esa marca. Más tarde, y mediante diferentes herramientas que nos brinda el neuromarketing, u otras herramientas de carácter fisiológico, conseguiremos tener una mayor certeza para poder llegar a hacer una publicidad lo más adecuada posible. Lo ejemplifican las imágenes, los datos específicos y un largo etcétera de documentos. Y estos datos para nosotros serán esenciales para saber con exactitud qué es lo que prefieren los consumidores y para intentar ocupar un espacio en el cerebro de tu target de marca.

En muchos de los libros que has escrito se revela un gran interés por el neuroliderazgo. ¿Qué es lo que más te atrae de este concepto?

Yo parto de un concepto de liderazgo que se distingue por la aspiración a la construcción de un mundo mejor para el progreso de la humanidad, en función de lo cual, quien lo asume, tanto a nivel individual (autoliderazgo) como de un colectivo, parte del compromiso y la acción consecuente de crear, construir, cambiar, modificar o superar algo.

Y, el neuroliderazgo aporta la aplicación de los descubrimientos de la neurociencia a lo mental y comportamental. Algo que se actualiza constantemente, pues la neurociencia es una de las disciplinas más fecundas y dinámicas, alimentada por otras muchas.

¿Cómo ligar o asociar conceptos como neuromarketing, neurociencia y neuromúsica?

Primero, partimos de que la neurociencia es una disciplina científica que es integradora y holística, es decir, que está asociada a otros muchos conceptos. Entonces… Debemos entender que, cuando la neurociencia es aplicada, en ella vamos a encontrar un aspecto súper importante: las disciplinas que le dan apoyo. Por ponerte un ejemplo, esto ocurre con la neurociencia cognitiva cuando la asociamos a la filosofía. 

¿Por qué no deberíamos asociar una disciplina científica como la neurociencia cognitiva con la filosofía? En realidad, tiene todo el sentido del mundo, porque la filosofía es la disciplina de la sabiduría y te ayuda a pensar, a tener un pensamiento crítico. Asociada, entonces, a la neurociencia, nos va a dar comprobación científica sobre todo lo que ocurre en el cerebro de las personas: sea neuromarketing o neuromúsica. 

Para estudiar todos los efectos que la música produce en las personas, tanto de los que la practican como de los que simplemente la escuchamos, la neurociencia se vale de una serie de investigaciones en el cerebro y en el sistema nervioso que van a poder determinar qué tipo de música debes emplear en casos específicos y concretos. Estos parámetros científicos que se determinan a través de la neuromúsica van a guiar en las terapias para aquellas personas que necesitan una nueva manera de contribuir a la sanación de ciertos estados psicofísicos. Y, además, hay una gran cantidad de investigaciones que demuestran fehacientemente y cada día más la importancia de la música bien gestionada por expertos terapistas. Cabe decir que, lo que garantiza que sea la adecuada, es que los terapistas estén plenamente acreditados.

Lo importante de la neurociencia es la comprobación científica, sobre todo a través de métodos de imagen, o sea, analizando, mediante la adaptación a las nuevas tecnologías, el funcionamiento de las diferentes áreas del cerebro en determinados casos.  

“La neurociencia asociada a la filosofía nos da comprobación científica sobre todo lo que ocurre en el cerebro: sea neuromarketing o neuromúsica”

Has hablado de la neurociencia asociada a la filosofía y de esta como una disciplina holística e integradora. Entonces, hablemos de la ética. ¿De qué manera intentar evitar 'hacer el mal' a través de este neuroliderazgo?

Considero que la bondad y la maldad siempre están presentes en el género humano, en todas las áreas de la vida. ¿Qué sucede? Que, cuando hablamos de bondad y de maldad, la moral y la ética son fundamentales y extremadamente influyentes. Y, respecto a la neurociencia cognitiva, como te comentaba, podemos apreciar que la filosofía es extremadamente importante ya que una disciplina se nutre de la otra. La filosofía nos ayuda a pensar, por eso, dentro de la neurociencia se estudian muchos conceptos que entroncan con la ética, la moral y la consciencia. 

No se puede empezar a estudiar cualquier disciplina sin sentar las bases fundamentales del ser humano. Los seres humanos no somos poseedores de la verdad, somos exploradores de la verdad, puesto que constantemente estamos en su busca. Y… ¿Cómo podemos hacer para evitar que algunas personas utilicen mal la tecnología, por ejemplo? Pues, ya lo digo yo:  tiene que haber un marco de normas éticas. 

En neurociencia constantemente se está hablando, digamos, de unas normas que, de alguna forma, regulen la aplicación de todas estas herramientas que van a entrar dentro de la parte “más noble” que tenemos: nuestro cerebro. 

Además de Investigador, Escritor y Divulgador científico, también ejerces la docencia universitaria. En las clases y cuando estás en contacto con los alumnos, ¿qué herramientas del neuroliderazgo empleas para empoderarlos?

Si bien es cierto que la neurociencia cognitiva, entre otras disciplinas, está vinculada y aprovecha los aportes de las matemáticas, la física, la química, la biología, la genética, la antropología, la psicología y la sociología, también lo está con la filosofía, lo que, especialmente, la distingue de otras disciplinas neurocientíficas.

Y la filosofía, como he dicho antes, nos enseña a pensar, a desentrañar en la búsqueda de la verdad. Así pues, en función de lo que creo haber asimilado en mi recorrido de aprendizaje, pienso que, en la docencia, antes que transmitir conocimientos, se debe partir de valorar al ser humano como tal y a sus propias ideas y opiniones. La diversidad es esencialmente valiosa, y no aprovecharla es un desperdicio.

Me gusta mucho hablar del concepto de la “plasticidad cerebral”, es decir, de la maleabilidad del cerebro humano en cuanto a redes y circuitos, pero también a estructuras a corto plazo y a largo plazo. Con ello quiero decir que podemos cambiar ciertos aspectos del cerebro a través de nuestras conductas. Y, como no somos poseedores de la verdad, debemos partir humildemente de la comprensión a través de la escucha activa con ánimo de aprender; y, con preguntas, fomentar la participación y el diálogo para encontrar significados compartidos entre todos.

"En la docencia, antes que transmitir conocimientos, se debe partir de valorar al ser humano como tal y a sus propias ideas y opiniones"

Cualquier persona que desee transmitir conocimiento, antes que nada, debe ser un alumno con disposición a aprender. Las raíces del descubrimiento comienzan por la curiosidad y por poner las presunciones y puntos de vista del “ego” entre interrogaciones. Está demostrado que, cuando el ser humano se siente tomado en cuenta, respetado y valorado, se genera credibilidad y confianza con seguridad psicológica; y que, en consecuencia, da lo mejor de sí. Y, una vez que hay confianza y seguridad psicológica derivada de la puesta en práctica de valores como los del respeto y la humildad, todos estamos mejor dispuestos a aprender y participar. De manera que las actividades se dinamizan y se aviva la pasión por hacer aportes. Digamos que se impulsa la inteligencia colectiva y no se fomenta la estupidez colectiva.

Semánticamente me gusta hablar de diálogo en vez de discusión o debate. Creo que la diferencia está en que, en vez de la intención de ganar con las ideas propias, se trata de que ganen todos, encontrando caminos de convergencia. Para esto se necesita autoconciencia y preparación, porque probablemente no hemos sido educados para ello. Y aquí, la humildad y el respeto se tornan dos valores no negociables. 

Cuando tú piensas que no eres poseedor de la verdad, sino de una fracción de algo sobre la base de tus experiencias de tu genética, realmente todo lo que vas a hacer es impulsar el avance la creatividad y la innovación. ¿Qué sucede, hoy, en muchas empresas? Que existe una jerarquítis desmesurada. Y cuando tú frenas la creatividad y la innovación por el sesgo de autoconfirmación de lo que tú mismo haces y no permites la ejecución sobre eso, estás frenando el progreso y el desarrollo.

neuroliderazgo

En la actualidad se habla mucho de un concepto de “empresa horizontal”. ¿Qué piensas sobre ese concepto?

Creo que el mundo está cambiando a pasos agigantados. Y la necesidad de afrontar estos tiempos sumamente variables, agitados y cambiantes debería exigir a las empresas una agilidad y rapidez mayor para adaptarse a los cambios, a lo que sus trabajadores piden o necesitan.

Lo lógico en este modelo es que tú, como líder, permitas a las personas que se puedan autogestionar en cada una de sus parcelas. Es decir, permitas que sean líderes en sus propias competencias para dar respuestas de forma rápida a los cambios en el entorno. Porque cuando existe esa jerarquía se retrasan las respuestas, puesto que hay que dar muchos pasos para llegar a la punta de la pirámide. 

En mi obra La Empresa Inteligente (Modelo Redes Cerebrales): Relanzamiento Empresarial en Tiempos Turbulentos y Disruptivos, pongo muchísimos casos de empresas exitosas que están funcionando sobre la base de equipos autoorganizados y autogestionados que tienen el poder de tomar ciertas decisiones. En esos equipos hay liderazgos rotativos que son elegidos por las mismas personas -los líderes-, y en esos equipos se van a producir estas decisiones de carácter ágil, sin necesidad de consultar todas las decisiones con los CEO’s. Y se da un caso muy concreto: que la actuación de los líderes situados en otros planos y que integran coordinan, se comportan más como coach que como aquellos directores dictatoriales que tanto se nos vienen a la mente. Entonces… Simplemente se recurre a ellos en algunos casos muy concretos para conocer su opinión y sobre la base de su experiencia y del respeto que se les puede tener se les escucha atentamente, pero ellos no obligan a que se tome una decisión determinada. La decisión la toma el equipo. 

En estos casos, lo que ocurre es que un líder que tiene este perfil está fomentando que haya más líderes como él, porque está generando la necesidad de aprender a tomar decisiones, la necesidad de liderar. Este es el gran cambio que se vislumbra, y bajo mi prisma creo que es un modelo que, con ciertas modificaciones y adaptado a la idiosincrasia de cada empresa, puede funcionar increíblemente. Y, desde luego, será un modelo que deberá adaptarse al futuro.

“Invertir en la salud y bienestar de tus trabajadores es invertir en resultados, productividad, creatividad e innovación”

En un artículo de la revista Ethic titulado “¿Necesitamos descansar de nosotros mismos”?, se plantea que el nuevo rendimiento productivo parece afrontar la necesidad de aceptar que la incertidumbre es parte de nuestra rutina. ¿Crees que las nuevas generaciones ya han integrado o asimilado que la incertidumbre es parte de su proceso vital?

Para mí la incertidumbre es una de las leyes de la vida. Como profesor, siempre les comento a mis alumnos que, para ser feliz, quizá una de las cosas más importantes es que uno acepte estas leyes. Que se acepten estas cosas de las que hasta ahora se tienen plena certeza.

Si hablamos del cerebro, está claro: a este no le gusta mucho la incertidumbre. Y vivimos en tiempos donde la variabilidad, el rápido cambio, la volatilidad y lo caótico, son constantes. Si bien incertidumbre y volatilidad forman parte de la historia de la humanidad, hoy, la tecnología se transforma a pasos tan agitados, lo que nos sume en un mar de dudas y ambigüedades sobre lo que puede acontecer y qué sería mejor hacer y adoptar. 

Lo realmente importante en estos tiempos consiste no sólo en ser resilientes. Creo que, lo realmente clave, aparte de ser flexiblemente adaptables, es saber progresar en los tiempos en que estamos inmersos. A esto se refiere Nassim Nicholas Taleb con el término “anti- frágil”.  Sostiene dicho autor que lo resiliente aguanta los choques, pero sigue igual; mientras que, la antifragilidad, lo mejora. 

La pregunta es cómo hacerlo. Creo que pasa por aprender a auto liderarse, y lo primero, es aprender sobre cómo tener salud. Sin salud nada es posible. Y, el distrés, nos rompe electroquímicamente por dentro, nos desequilibra.

No puedo decir con certeza si las nuevas generaciones pueden ser más resilientes o anti frágiles que las anteriores, por el hecho de vivir en estos tiempos, en los que se resalta lo incierto y caótico, y, acostumbrarse a estos, por estar inmersos en estos. La incertidumbre forma parte de las leyes de la vida, y lo ha formado siempre. Debemos no solo aprender a convivir con ella, sino a disfrutarla.

¿No te parece que el mundo sería muy aburrido, tedioso, monótono y letárgico si supiéramos lo que va a suceder después de cada segundo vivido? Te invito a pensar, por un momento, en que, si bien, el cerebro de cada persona es estructuralmente similar, la genética de cada uno, y, sobre todo, las experiencias vitales, lo hacen distinto en cuanto a su proyección en lo comportamental. Ni siquiera el cerebro de dos gemelos monocigóticos responde exactamente igual en lo comportamental.

Por lo que pienso, que, la sensibilidad ante la incertidumbre, las posibles reacciones de angustia, ansiedad y estrés, ante estos escenarios puede haberlas o no. Y, de haberlas, pueden ser diferentes en la intensidad, dependiendo de quien se trate.

¿Algunas claves que puedas resaltar para aumentar la productividad en el trabajo y para fortalecer un buen ambiente en los trabajadores?

Insisto, entre otras a las que ya me he referido en anteriores preguntas, la preocupación y el cuidado por la salud de todos los integrantes, la exigencia del buen trato entre todos, la estricta actuación bajo principios morales y éticos, la propensión y el fortalecimiento de la participación de todos. Y todo eso es objeto de una buena formación, no solo técnica. 

Desde luego, la disposición del lugar de trabajo, así como otros muchos aspectos que se relacionan con su desempeño influyen en un alto grado en cómo trabajaremos: la ergonomía de los objetos, la iluminación, la temperatura, los ambientes verdes y naturales. 

Por otro lado, hay una serie de aspectos que yo mismo considero fundamentales. El primero, la parte ética, la moral, la parte de los valores universales. La gente muchas veces se marcha de las empresas porque no se siente respetada, porque no siente que haya un ejemplo de conducta ética. Porque no hay honestidad.

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Y en ello, en cuanto a beneficios y condiciones para el trabajador, el norte de Europa nos lleva algo de ventaja. Extrapolándolo a un nivel global, ¿crees que las organizaciones están adaptando sus modelos de liderazgo a esta nueva realidad?

Te voy a ser sincero: no. En mi opinión, la gran mayoría no lo está haciendo. Y con esto hay información confiable al respecto.

No son de extrañar cifras que señalan que, hasta un 85% de las empresas investigadas, han caído bajo patrones de liderazgos tóxicos. Así lo reflejan, por ejemplo, los datos de la plataforma Kununu entre 2016 y 2017. Es decir, no se trata de malos liderazgos, sino que reflejan liderazgos que se caracterizan por su potencialidad para provocar daño psicofísico a las personas. Diría, que, para mí, son anti liderazgos por ser anti-gente. Y está demostrado que estos desalientan el desempeño, desmejoran la productividad, destruyen la creatividad y la innovación, lo que se traduce en malos resultados con merma de ganancias. 

Hablamos mucho de misión y de visión y nos parece algo utópico, filosófico y refinado. Ahora, también, se habla de propósito. Pues seamos consecuentes con lo que expresamos y con nuestros actos. 

“A nivel global, hasta un 85% de las empresas han caído bajo patrones de liderazgos tóxicos”

En muchos de tus artículos comentas que la propensión genética al liderazgo no es determinante, de manera que el liderazgo también se puede aprender. Pero... ¿De qué modo afecta esa propensión genética?

La predisposición genética se refiere a una probabilidad hereditaria más alta que la normal para desarrollar liderazgo, que tienen algunas personas. Esto ocurre solo en un 24%, a través del gen rs4950, como ha quedado demostrado por una investigación de Jan De Neve at al. realizada en 2013.

Pero hay que tener en cuenta una cosa: un 24% no es un 100%. Como sostenía el filósofo Arthur Schopenhauer, el azar es el que reparte las cartas, pero somos nosotros quienes las jugamos. ¿Podrían ser Messi o Ronaldo, lo que ha llegado a ser, sin los debidos cuidados, entrenamiento y guía? Pienso que pueda haber una propensión genética, pero, sin duda, cuentan cosas como el compromiso, la pasión y el trabajo duro e inteligente con persistencia en el esfuerzo. Y eso ocurre en todos los campos.

La epigenética, en estos casos, nos dice que nuestras experiencias diarias influyen sobre nuestros genes. Entonces… Tú puedes ser líder, claro. Pero, ¿qué necesitas? ¿Qué tipo de líder quieres ser? Yo, ante esto, digo: no necesariamente depende de un grupo, pero, si quieres ser líder, debes empezar por liderarte a ti mismo. Lo primero, en esto, es que te quieras, que te valores, que te ames profundamente. Y, lo segundo, debes tener autoconsciencia de tus debilidades y de tus fortalezas y debes tener mentalidad de crecimiento. 

Creo que tal vez podríamos finalizar la entrevista preguntándonos: ¿esas son las cualidades debe de tener una persona para ser buen líder?

Estas y muchas otras. Antes que nada, debes quererte y valorarte, creer que puedes serlo. Debes estar fuertemente convencido de tu potencialidad y tener mentalidad de crecimiento personal; y, en función de eso, prepararte para serlo. Somos perfectibles desde el nacimiento hasta el momento de nuestra muerte.

Debes esmerarte en querer a las personas, creer en ellas, valorarlas, inspirarlas, desarrollarlas con generosidad y cuidarlas con altruismo: el centro en las personas es esencial. Con ellas, todo. Sin ellas, nada. Son la causa y deben ser el efecto. 

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