Fisio-oncología y Fisioterapia Dermatofuncional: cuidando el cuerpo y la imagen en pacientes oncológicos
Si bien la psicooncología ha ido ganando popularidad y se ha ganado el reconocimiento que se merece en los últimos años, existe otro tipo de especialidad vinculada al proceso del paciente oncológico que todavía reclama su espacio dentro del acompañamiento a estas personas. Hablamos de la Fisio-oncología, una rama de la fisioterapia que se centra en la rehabilitación de los pacientes que han pasado por tratamientos oncológicos como quimioterapia, radioterapia o cirugías, desde la perspectiva de las afectaciones físicas y las secuelas que suelen dejar (fatiga crónica, linfedema, dolor muscular o articular, pérdida de masa muscular y fuerza, problemas de movilidad y equilibrio).
La fisioterapia oncológica busca mitigar estos efectos, promoviendo una recuperación física óptima. Sin embargo, hay algo que se está pasando por alto en esta línea de tratamiento y es que también se debe prestar atención a los cambios en la imagen corporal.
Ricard Tutusaus, codirector del Máster en Fisioestética y Dermatofuncional, nos contaba hace poco que “un cáncer mandibular, de lengua, un melanoma que afecte a la región craneal o un cáncer de mama incluso, pueden suponer para el paciente someterse a sesiones de quimio y radioterapia, que le generarán alteraciones sistémicas, adherencias tisulares, afectaciones en el sistema tegumentario, es el caso de la piel, cabello o uñas entre otras estructuras, que alterarán el día a día de esa persona tanto en el plano estético como funcional. Si en esos pacientes se requiere de cirugía para eliminar el tumor, seguramente se procederá a un vaciado ganglionar para evitar la proliferación de células neoplásicas, implicando la resección de elementos fasciales de la región del cuello o axilar en estos casos, creándose cicatrices, retracciones tisulares con afectación estética y funcional, e incluso graves problemas circulatorios y linfáticos. En fisioterapia tenemos las herramientas para saber qué ha pasado y cómo podemos acompañar al paciente en su proceso de recuperación en todos los ámbitos”
Para los pacientes oncológicos, el impacto en su imagen y bienestar emocional es profundo. Aquí es donde la fisioterapia dermatofuncional se convierte en una herramienta esencial, complementando la fisio-oncología para tratar tanto el cuerpo como la piel y tejidos afectados por la enfermedad y sus tratamientos.
La Imagen Corporal en el paciente oncológico
El cáncer y sus tratamientos pueden provocar cambios visibles en el cuerpo, como cicatrices, pérdida de cabello o alteraciones en la piel. Estos cambios no solo afectan físicamente al paciente, sino también su autoestima y bienestar psicológico. La percepción de la propia imagen corporal puede verse afectada, generando problemas de ansiedad, depresión o retraimiento social.
Es aquí donde entra la fisioterapia dermatofuncional, un área especializada que combina técnicas fisioterapéuticas para tratar alteraciones de la piel, el tejido subcutáneo y los músculos, con un enfoque en la mejora de la apariencia y la función de estos tejidos.
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Fisioterapia Dermatofuncional: un aliado en la recuperación
La fisioterapia dermatofuncional se dedica a mejorar la calidad de la piel y los tejidos tras tratamientos como la cirugía, la radioterapia o incluso en casos de linfedema, como bien nos cuenta Tutusaus:
Ricard Tutusaus
“Si es una persona con un cáncer de mama y le han hecho una mastectomía, tiene una cicatriz que puede generar problemas funcionales: igual esa persona no puede levantar el brazo. La parte estética es muy importante, pero la parte funcional también. Porque eso hará que esa persona acabe con problemas de movilidad del hombro, con mucho dolor, tendinopatías, etc. Y luego está el tema del linfedema, que tratamos específicamente en uno de los módulos del máster, desde la terapia manual.”
La fisioterapia dermatofuncional o fisioestética puede ser clave en la recuperación física y psicológica del paciente de cáncer, ya que puede aportar beneficios como:
- Reducción de cicatrices: a través de masajes, drenaje linfático y otras técnicas, es posible mejorar la apariencia de cicatrices postquirúrgicas.
- Mejora del linfedema: con técnicas específicas de drenaje linfático manual, se puede reducir la inflamación y mejorar la movilidad.
- Tratamiento de la fibrosis: después de la radioterapia, es común que los pacientes desarrollen fibrosis en los tejidos, lo que causa rigidez y dolor. La fisioterapia dermatofuncional ayuda a mejorar la elasticidad y aliviar la incomodidad.
- Cuidado de la piel post-quimioterapia: la quimioterapia puede causar sequedad, irritación o descamación de la piel. La fisioterapia dermatofuncional ofrece tratamientos que mejoran la hidratación y elasticidad de la piel.
“El caso de la reconstrucción de la mama, va más allá de la cuestión de la micropigmentación areolar, es todo un proceso en el que la piel sufre. Hay que trabajar ese proceso de acompañamiento a la mujer en la mastectomía, hasta que se le reconstruye la mama definitivamente. Hay que evaluar cómo puede afectar esa lesión o esa intervención a planos musculares, cómo afecta a un pectoral mayor, a un pectoral menor, por ejemplo, y elegir el mejor tratamiento desde la fisioterapia dermatofuncional.”
Ricard Tutusaus
Enfoque integral: más allá de lo físico
La rehabilitación de un paciente oncológico debe ser un proceso integral que no solo contemple la mejora de su movilidad o fuerza, sino también su bienestar emocional y su relación con su propio cuerpo. El trabajo conjunto de la fisio-oncología y la fisioterapia dermatofuncional permite abordar el cuerpo de manera holística, ayudando al paciente a recuperar su confianza, mejorar su imagen corporal y, en última instancia, su calidad de vida.
La fisio-oncología y la fisioterapia dermatofuncional representan un enfoque completo para el tratamiento del paciente oncológico, cuidando tanto el aspecto físico como el emocional, siguiendo con el modelo de intervención biopsicosocial. Abordar las secuelas del cáncer no solo mejora la función física, sino que también devuelve al paciente la confianza en su imagen corporal, aspecto esencial para su bienestar general.